Así como en 976 Charly García tuvo “La máquina de hacer pájaros”, el gobernador Hermes Binner tiene en el Senado provincial, según su apreciación, “la máquina de impedir”. De todos modos, parece no funcionario aceitadamente porque, aseguró el mandatario, “no nos impide gobernar”.
El gobernador realizó esas declaraciones este martes durante el acto de inauguración del Laboratorio Central de Procesamiento de Papanicolaou, en la ciudad de Santa Fe.
Allí fue consultado por la prensa acerca de la posibilidad de insistir este año con la reforma tributaria trunca del año pasado, y respecto de la aprobación del presupuesto 2009, que aún no fue tratado.
“Indudablemente que esa máquina de impedir que es el Senado no nos impide gobernar”, respondió el mandatario santafesino, para enfatizar que, “estamos gobernando”.
Justamente, una de las chicanas con la que lo cruza la oposición es que a un año de haber asumido aún no comenzó a administrar, e incluso hay pintadas en paredones de Rosario que rezan; “Binner, un año perdido”.
En el mismo sentido, el gobernador agregó que “sería un mal signo para la democracia que no se apruebe el presupuesto” 2009, proyecto que fue enviado a la Legislatura pero que, por falta de acuerdo con la oposición, el propio oficialismo se negó a tratar.
El Frente Progresista y el Frente para la Victoria-PJ convivieron sin roces durante el primer semestre de mandato de Binner. La oposición le aprobó en ese lapso todas las leyes enviadas por el Poder Ejecutivo.
Pero la relación se resintió cuando la Casa Gris envió a la Legislatura la reforma tributaria, que planteaba una serie de incrementos impositivos a la ciudadanía, a la industria y a los tenedores de tierra.
El Senado, con mayoría del PJ, rechazó la propuesta y se inició una batalla parlamentaria que trabó varias iniciativas.
Sin embargo, Binner no se amilana por eso. Este martes aseguró que posee “experiencia en el manejo de crisis” ya que le tocó “gobernar la ciudad de Rosario en plena crisis de 2001 donde no teníamos absolutamente ninguna ayuda del gobierno provincial ni nacional y sin embargo salimos adelante”.
De todos modos, aclaró que “la del 2001 fue una crisis institucional de nuestro y lo que ocurre hoy es una crisis internacional”, y aseguró que “también es parte de la tarea del gobierno gobernar en medio de una mar con oleajes altos”.
