El Diez quedó al borde del juicio oral y público por el delito de "lesiones leves" que le habría causado a dos personas a las que atropelló en 2006, luego de embestir con su camioneta una cabina telefónica en el barrio porteño de Mataderos.
Maradona conduce al seleccionado nacional pero ahora deberá afrontar un serio inconveniente por no haber sabido conducirse en su vida privada. Es que en la madrugada del 10 de febrero de 2006, protagonizó un accidente de tránsito que terminó con una pareja herida y no se detuvo.
En aquella oportunidad, Diego conducía su camioneta Mitsubishi Montero y por razones que se desconocen se subió a la vereda en la esquina de Emilio Castro y Molina, en Mataderos, y chocó contra una cabina telefónica, cuyos vidrios causaron heridas a una pareja de veinteañeros (Ariel Matías Muñoz y a Romina Tonet).
Para colmo el Diez, no sólo no se detuvo a socorrer a las víctimas si no que negó tener ese vehículo (“sólo tengo un Mini Cuper”), después adujo que en realidad estaba en la camioneta pero que manejaba su amigo y cinco horas más tarde (el accidente fue a las 6.30) se lo vió alentando a Nalbandián en Parque Roca por Copa Davis.
Ahora, el actual entrenador de la selección quedó a un paso del juicio porque la Cámara del Crimen confirmó el procesamiento de primera instancia dictado por la jueza en lo Correccional Graciela Sarada Angulo de Quinn, por una figura que según el Código Penal, se reprime con penas de entre un mes y un año de prisión y sufrió, además, un embargo sobre sus bienes por 17.600 pesos, según confirmaron fuentes consultadas.