Un conflicto se desató la noche del lunes en el Instituto de Rehabilitación del Adolescente de Rosario (Irar), ubicado en Cullen y Saavedra, que involucró por lo menos a unos siete internos, según versiones del instituto. Según estas fuentes se tuvo que reforzar la custodia de los pabellones y se hicieron presentes los funcionarios del gobierno provincial, efectivos policiales y dotaciones de Bomberos Zapadores. El hecho sucedió luego de una orden de la jueza de Menores María del Carmen Mussa quien ordenó retirar de dos pabellones a tres guardias denunciados por golpear a internos. La jueza después revió la medida por pedido de las autoridades provinciales y deslizó que no le queda claro de quien depende el Irar. Hace sólo una semana, un joven de 17 años alojado en el lugar recibió una golpiza por la que aún se encuentra internado.

 

El ministro de Justicia provincial, Héctor Superti, sostuvo que "lo que pasó fue que una magistrada -la jueza de Menores María del Carmen Mussa- se constituyó en el marco de un hábeas corpus y luego de una inspección junto a un médico, de la cual no tenemos registro del resultado, ordenó el retiro del personal del Servicio Penitenciario de algunos pabellones lo cual de hecho significó dejar al Irar sin seguridad y encomendándole la misma a un empleado civil de la dirección nuestra que ante el temor de que se desborde la situación llamó al subsecretario de Asuntos Penales, Juan Lewis, quien se constituyó en el lugar. Esto es muy grave porque se dejó al Irar y a sus internos sin seguridad. Por eso hicimos gestiones ante la misma jueza para que se revea la medida".

"En el interín -continuó- los internos se alteraron, hubo un principio de incendio. Vinieron los bomberos y la policía, puse esto en conocimiento del gobernador de la provincia quien me dio la orden de preservar la vida. A partir de esas gestiones la jueza mandó un oficio revocando la medida y pidió que tres penitenciarios fueran sustituidos de la guardia. Eso nos pareció razonable. Inmediatamente se retomó el control del penal. Recorrí el penal con un fotógrafo y con las autoridades policiales y penitenciarias que me acompañaban, el Irar estaba en perfecto orden al igual que el estado de limpieza. Allí se retomó la normalidad", dijo en un reportaje a Radio 2.

Por su parte, Mussa dijo que luego de concurrir por la tarde del lunes al lugar, ordenó el relevo de la guardia de los sectores B y C. Poco después, fue llamada por la directora Silvia Crecente quien le dijo: “sin servicio penitenciario no pueden estar”. Sobre el incendio de colchones expresó: “No me consta. Gritaron pero no noté lo del incendio, no lo vi.”. Y expresó sus interrogantes sobre quien dirige el irar. “No sabemos de quien depende, aparentemente es una gestión mixta”, deslizó este martes en declaraciones al programa Trascendental de LT8.

Por su parte, desde la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC) Carmen Maidagan que “esto es culpa de un poder político que no tiene claro quien es la autoridad. No pude haber un doble comando (por la comisión mixta)”. “Ante la inoperancia que se vayan y que cierren el Irar”, disparó.

La CTC ya había hecho público su alejamiento de la Comisión de Seguimiento del Irar por no obtener respuestas acerca de lo sucedido la semana pasada con el joven apaleado.
La CTC envió una carta al subsecretario de Asuntos Penales, Juan Lewis y exigió el cierre urgente del Irar.

"Los graves hechos ocurridos la semana pasada en el Irar, donde un joven terminó internado en estado de coma y la resolución favorable de una Habeas corpus correctivo, resulta llamativa vuestra imposibilidad, como la de todas las autoridades políticas presentes en la reunión de los distintos ministerios, de asumir la responsabilidad que les cupo", dice la carta.

La CTC exige en la misiva "el cierre urgente del Irar, buscando en su caso otro lugar transitorio hasta que esté construido el nuevo, atento las fallas estructurales del actual edificio que han significado millonarias inversiones, sin solucionar su estructura, y la fijación de un plazo breve para el retiro definitivo del Servicio Penitenciario del Irar".

La CTC denunció cuestiones básicas como la falta de higiene, la falta de actividades, los reclamos por la cantidad de horas que los jóvenes se encuentran encerrados sin actividad alguna y sin tan siquiera salir al patio.

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