En apenas seis meses, desde octubre pasado hasta estos días, Acindar redujo a la mitad la cantidad de trabajadores de su planta de Villa Constitución. Sin embargo, la previsión de la empresa no es reducir en los mismos términos su producción, ya que del millón cuatrocientas mil toneladas del 2008 pasan al millón de toneladas para este año. Rápida para socializar los efectos de la crisis internacional, Acindar no mostró la misma actitud en los años anteriores en los que, favorecida por la devaluación del peso y la reactivación económica general, obtuvo enormes ganancias.

En cuanto a las desvinculaciones, son unos mil cuatrocientos los trabajadores que dejaron de cumplir tareas en la fábrica emplazada sobre el río Paraná. La mayoría pertenecían a empresas contratistas, pero también se fueron más de 300 operarios que estaban directamente ligados a la acería.

Según publicó en su edición de este jueves el diario El Ciudadano, el dato sobre la caída de puestos laborales fue difundido por integrantes de la comisión interna a través de un comunicado firmado por Sergio Ratti, Héctor Ibarra, Daniel Sequeira, Néstor Jauregui, Gustavo Fisco, Daniel Celio y Sergio Pisanelli, en el que destacaron “la angustia y el malestar creciente que se vive en la fábrica” y que “refleja el humor colectivo de desazón y enojo” entre los trabajadores.

Además, Ibarra, uno de los integrantes de la comisión interna, afirmó que “no hay motivos que justifiquen que se haya ido esta cantidad de gente”.

El delegado sindical relató que la debacle comenzó en octubre pasado, cuando la patronal les planteó que por la crisis frenarían la realización de obras de ampliación y refacción de la enorme planta ubicada a la vera de la ruta 21 y sobre el río Paraná. “Este tipo de trabajos es siempre eventual, pero venía teniendo mucha permanencia”, indicó Ibarra, que añadió que la sangría se hizo más fuerte durante diciembre, “porque ya sacaron compañeros de empresas contratistas que estaban prácticamente a la par nuestra, en tareas de mantenimiento y de limpieza industrial”.

Fue en ese mes de diciembre que patronal y trabajadores firmaron un convenio ante el Ministerio de Trabajo de la provincia con el objetivo de “preservar las fuentes de trabajo” apelando a suspensiones, contemplando el pago del 90 por ciento del salario de bolsillo a los obreros directamente ligados a Acindar y del 70 por ciento del piso salarial para los empleados de las contratistas.

Sin embargo, las desvinculaciones continuaron en enero, febrero y marzo, mes en el que la planta villense produjo apenas 32 mil toneladas de acero, contra las 110 mil que había producido en octubre pasado.

Pero desde la comisión interna señalaron que en este mes de abril ya se está trabajando para llegar a una producción de 88 mil toneladas, y que la previsión de la patronal es re-dondear un millón de toneladas en todo el 2009. Los delegados de los obreros cotejan esta cifra con el millón cuatrocientos mil que se produjeron durante el 2008, ponen sobre la mesa la actitud sindical de aceptar las suspensiones que significan un importante ahorro para la patronal y remarcan que entonces no se explica el por qué de la reducción del personal a la mitad.

Desde la conducción de la seccional villense de la UOM, en tanto, remarcaron su rechazo a la pérdida de fuentes de trabajo pero señalaron que hasta ahora no hubo casos de despidos.

“La crisis es mundial, todo el mundo la conoce, y comparando con otros lugares, como San Nicolás, por ejemplo, en Villa Constitución todavía no es mucha la gente que se ha quedado sin trabajo”, dijo Alberto Piccinini, secretario general del gremio.

“Acá no tenemos ningún despido, tenemos compañeros que han quedado fuera de con-trato y otros que han arreglado con la empresa y cobraron retiros, tal vez porque están cerca de jubilarse”, añadió Piccinini, que también leyó en el comunicado de la comisión interna un tiro por elevación contra la conducción sindical que él encabeza.

Es que los integrantes de la comisión interna de Acindar, aseguró, tienen afinidad con la anterior comisión directiva del sindicato que encabezaba Victorio Paulón, “que permitió que en Acindar llegue a haber una cantidad de contratados muy importante que tendrían que haber ingresado como efectivos; y nosotros, que estamos en el sindicato hace seis meses, estamos luchando para revertir eso”.

Al mismo tiempo, Piccinini insistió con que en el gremio están “en contra de los despidos”. Y también expresó su “repudio a las medidas económicas de ajuste que está tomando el capitalismo ante la crisis mundial”.

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