La vieja y restaurada casona de Richieri 139, donde desde hace 21 años funciona la cooperativa de trabajo de discapacitados mentales Esperanza, fue reinaugurada este martes con una fiesta a la que asistieron dirigentes políticos de diferentes sectores. “Estamos muy emocionados por el respaldo que recibimos. Nuestra idea es seguir creciendo e incorporar más personas al trabajo diario de la cooperativa”, sostuvo Nélida Chitarroni, presidenta de la cooperativa.
A partir del reconocimiento como cooperativa comenzaron a avanzar en las actividades productivas que se complementan con las de recreación. Esperanza elabora trapos de piso y rejillas con telares manuales, envasado productos de limpieza con la marca Esperanza, confección de alfombras y caminos pintados, cortado y sellado bolsas de consorcio, y además poseen un servicio de lavandería industrial. Ahora también van a ensamblar lavarropas semiautomáticos que se comercializarán en el mercado con su propia marca.
El emprendimiento productivo que hoy aglutina a 14 personas con capacidades diferentes nació hace dos décadas a partir del esfuerzo de un grupo de padres en procura de un espacio de integración para personas con estas patologías. Como consecuencia de gestiones ante el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) se otorgó un subsidio por 190 mil pesos destinado a la cooperativa que se empleó para la remodelación edilicia.
“Era una casa muy vieja que gracias a este subsidio conseguimos refaccionar. Aquí funciona un centro de jubilados, un centro de recreación, con talleres de murga, teatro y expresión corporal, además de las diferentes actividades productivas. Todo lo que se fabrica se comercializa en el local de la cooperativa y también en otros lugares, como supermercados, instituciones o dependencias oficiales que nos dan una mano”, indicó Chitarroni.
“La verdad es que se acerca mucha gente para sumarse al trabajo, pero la realidad es que no podemos tomar a nadie porque no tenemos dinero para pagar más sueldos. Nos propusimos incrementar nuestras ventas y así sí tomar más personas. Ahora son dos turnos de cuatro horas cada uno, y parte de los salarios los pagamos gracias a un subsidio municipal. La otra parte la ponemos nosotros”, comentó la presidenta de la cooperativa Esperanza, emocionada con la reinauguración del local ubicado en pleno corazón de Pichincha.
Para Chitarroni, el Estado en todas sus instancias debería pensar en una política de compras en la que se privilegie a experiencias asociativas de la economía solidaria, tanto por su fin social como por la generación de trabajo local y regional, no tan expuesto a los vaivenes de la economía tradicional.
De la ceremonia participaron el funcionario del Inaes José Orbaizeta; Roberto Bereciartúa, cofundador y uno de los impulsores de la cooperativa Esperanza; Marcelo Beltrán en representación del gobierno provincial y Mónica Montalfano, directora de Inclusión de la Municipalidad de Rosario. También estuvieron presentes el diputado nacional Fabián Peralta, la concejala Daniela León, las precandidatas a concejal del Frente para la Victoria rosarino, Norma López y Patricia Vallina, el titular del Pami Rosario, Armando Perichón, y el diputado nacional Agustín Rossi.
“Hay que rescatar este tipo de emprendimientos que durante años trabajaron con recursos propios como consecuencia de un Estado ausente”, señaló Rossi, quien valoró “el esfuerzo de las autoridades de la cooperativa y de los chicos que trabajan en la distintas actividades que se realizan aquí”. En ese sentido, el legislador destacó que “desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación existen políticas destinadas a este tipo de emprendimientos, que son políticas de Estado y no dependen de la voluntad de un funcionario”.
Chitarroni, por su lado, contó que diferentes espacios cooperativos de otras provincias querían conocer el funcionamiento de la Esperanza, ya que es la única del país formada por personas con discapacidades mentales. “Estas cosas nos hacen sentir muy orgullosos del trabajo que llevamos adelante. Esperemos sumar más gente y seguir creciendo”, anheló la presidenta de la cooperativa Esperanza.
