El ministro de Economía Amado Boudou confirmó que habrá novedades en el organismo de estadísticas y censos. Sostuvo que se harán importantes modificaciones para "fortalecer" el Indec. "Es una cuestión de eficiencia que hay que llevar adelante", afirmó. ‘Vamos a hacer un anuncio global que tiene que ver con un fortalecimiento de la organización, como alguna vez hicimos con el ANSES", detallo, tras la reunión con el titular de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez. Por otra parte, aseguró que el gobierno no tocará el tipo de cambio. "Hay otras formas de encontrar la competitividad", agregó

‘Vamos a hace un anuncio global que tiene que ver con un fortalecimiento de la organización, como alguna vez hicimos con el ANSES", informó, tras la reunión con el titular de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez.

"Es una cuestión de eficiencia que hay que llevar adelante. Vamos a trabajar en el fortalecimiento del Indec. Estoy convencido que hay que trabajar en el clima interno de estas organizaciones para llegar a funcionar como queremos", agregó el titular del Palacio de Hacienda, en declaraciones radiales.

Según una nota publicada este martes en Página 12 y firmada por David Cufré y Roberto Navarro, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le pidió a Boudou, que se hiciera cargo de reestructurar el Indec. “Y aunque el Gobierno no lo reconocerá abiertamente, el objetivo es recuperar credibilidad para las estadísticas oficiales y descomprimir la presión política por este tema”, adelantaron..

Uno de los puntos de mayor impacto es recrear en el Indec lo que hicieron los institutos de estadísticas de Francia, Inglaterra y Alemania: armar varios índices de inflación que reflejen el consumo de distintas realidades sociales. En Economía dicen que bautizarán informalmente a uno de ellos como el índice Versace, porque contabilizará la inflación de los sectores de altos ingresos.

Otros índices –todavía no está definido cuántos serán– medirán la evolución de precios de otros grupos sociales. De todos modos, el IPC actual seguirá siendo el oficial que, según el Indec, representa el patrón de consumo del 70 por ciento de la población. La apertura a otros índices, piensa Boudou, servirá para que los ciudadanos se identifiquen más con el que les corresponde. Y, a la vez, para que los empresarios “manejen datos más precisos según el tipo de consumidor” (ver aparte).

El proyecto de Boudou incluye otro punto que el ministro considera importante para empezar a cambiar la percepción social sobre el organismo. El funcionario ya confirmó, convocará a universidades nacionales donde se dictan las carreras o posgrados de Estadísticas para que evalúen y validen la confección de indicadores económicos. Serán llamadas las universidades de Tres de Febrero, de Rosario y de Tucumán.

Pero, además, el ministro propone crear un comité de control dentro del Indec con quienes son usuarios de los datos que surgen del Instituto: entre otros, la Unión Industrial Argentina, otras cámaras empresarias, la CGT y asociaciones de consumidores. A la vez, en la “nueva etapa” se plantea recrear la relación con los organismos provinciales de estadísticas, buscando en un futuro unificar criterios sobre cómo medir la inflación.

Entre las ideas en estudio también figura buscar la certificación ISO. El ministro espera que una vez puestos en marcha los nuevos índices, el ente de estadísticas pueda conseguir la calificación ISO 9002.

Desde hace más de dos años los datos del Indec comenzaron a ser puestos en duda por casi todos los sectores económicos y sociales. La desconfianza en el índice de inflación fue propagándose a otros indicadores que están condicionados por el nivel de precios, como las mediciones de pobreza e indigencia. La incertidumbre sobre el nivel real de precios también pone en duda la evolución de los distintos sectores económicos, como la industria, la construcción y los servicios. Y hasta el resultado del Producto Interno Bruto terminó siendo cuestionado. A partir de la desconfianza general sobre los datos de la economía comenzaron a surgir índices privados con un nivel de precisión tanto o más dudoso que el oficial. Sin embargo, estos datos pasaron a ser asumidos como fidedignos, sin demasiados cuestionamientos. Esto llevó a que muchos sectores económicos decidieran utilizarlos, entre otras cosas, para justificar reclamos o remarcación de precios.

(Fuente: Página 12  / Télam)

 

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