La sede del canal venezolano de TV Globosivión fue atacada esta tarde por un grupo de motoqueros que arrojaron bombas de humo. “Son grupos civiles armados”, explicó Ana Cristina, apoderada de la señal, que responsabilizó además a funcionarios del gobierno de Hugo Chávez. La autodenominada prensa “libre” señala a Lina Ninette Ron Pereira como quien comandó la operación. Se trata de una dirigente, fundadora del partido UPV o Union Popular Venezolana, que apoya de una forma enérgica a Chávez, a veces demasiado enfática. El ministro del Interior de Venezuela, Tareck El Aissami, rechazó "enérgicamente" esta agresión y anunció que se abrirá una investigación sobre los hechos. "No aceptamos que la violencia sea el instrumento mediante el cual se diriman nuestras diferencias. Actuaremos con determinación", aseguró.

Desde muy lejos, acá en el sur del continente y del sur de Santa Fe, la acción de esta tarde merece la famosa pero nunca bien ponderada frase: “es funcional a los intereses”, en este caso de Globovisión y la falsa prensa libre. Pero, claro, desde aquí es fácil decir cualquier cosa. Lo cierto es que la “acción” encabezada, al parecer, por Lina Ron se parece una simple manifestación de bronca. Los motoqueros tiraron dos bombas de humo lacrimógenas, forcejearon con guardias y uno se dobló la mano. Pero esta “acción” se da justamente en el marco de la decisión de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones del gobierno venezolano que legalmente cumplió con la salida del aire de 32 radios y dos televisoras regionales que no cumplían con todos los requisitos de la ley para operar. Y además, mientras están siendo revisadas las concesiones de otras 200 emisoras. Así las cosas, el ataque motoquero les viene al pelete a estos mártires del periodismo “libre”. Y si no, vean cómo una de las directivas de Globovisión cubre, ella mismita, “el atentado", que relata como si estuvieran cayendo las torres gemelas.

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