El anuncio de las asignaciones universales por hijo continúa la cosecha de apoyos y buenas expectativas sobre el posible impacto social y económico. A las declaraciones del intendente Lifschitz, quien dijo este martes que “pueden dar una solución inmediata para muchísimas familias", y al adelanto de ministro provincial de Desarrollo Social Pablo Farías de que la medida beneficiará a unos 380 mil pibes de toda el territorio santafesino, se le sumó también la voz de respaldo de los almaceneros rosarinos.

“Nosotros creemos que el impacto va a ser importante para nuestro sector, que es el más cercano a la gente, si tenemos en cuenta que nuestros clientes asalariados y desocupados gastan sus ingresos en cuestiones fundamentales como son alimentos y artículos de limpieza”, sostuvo Juan Milito del Centro Unión de Almaceneros.

Además, evaluó que “si en la ciudad se estima habrá 100 mil beneficiados significará que unos 18 millones de pesos ingresaran casi en forma directa la consumo”.

La ayuda social de 180 pesos por hijo que anunció el gobierno nacional sumó nuevas adhesiones. Desde el Palacio Municipal, Miguel Lifschitz consideró que la medida es “oportuna y puede dar una solución inmediata para muchísimas familias sumidas en la pobreza que tienen varios hijos”.

El intendente advirtió que se deterioró el nivel de vida de los sectores más pobres de la ciudad y que en ese marco la ayuda será “importante”.

Por su lado Farías, había estimado poco antes desde Santa Fe que en toda la provincia serán “unos 380 mil los beneficiarios”.

A los buenos augurios de los funcionarios se les sumó este martes el sector de los pequeños y medianos comerciantes. “Nosotros creemos que el impacto será importante y somos optimista mas allá de la cautela que debemos tener hasta que se ponga en práctica”, sostuvo Milito.

“El almacenero sigue siendo el mas cercano a la gente en los barrios cuando comienzan los tiempos de crisis y también en algunos sectores céntricos, porque somos los que personalizamos la atención y además de que seguimos la tradición –aunque es obvio que no e todos los casos– de la libreta de fin de cuenta corriente o la yapa, porque nuestros clientes son del sector asalariado y desocupado, y la gente joven que alquila y llega a dura penas a fin de mes”, comentó

En este sentido, advirtió que en los últimos meses se comenzó a notar una baja del consumo que adjudicó al aumento de precios de los alimentos “que es manejado por 15 grandes empresas que manejan los precios a su antojo”, se quejó.

En cuanto a la ayuda estatal a las familias, el titular del Centro Unión Almaceneros, analizó: “No nos cabe duda que una medida de tal magnitud que puede rondar en unos 18 millones de pesos en la ciudad –que por el sector social comprendido pasa directo al consumo de productos de necesidad básica– se puede convertir además en un circuito virtuoso porque alentará a la industria local si se hacen las cosas bien”.

“Tendría que haber un estimulo en este sentido para marcas locales de artículos de limpieza y alimenticios que lamentablemente fueron despareciendo del mercado”.

 

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