Las fricciones de los últimos meses se hicieron ya conflicto abierto tras la intensa jornada de protesta que protagonizaron trabajadores de LT3 y LT8 y el diario La Capital, del grupo Vila-Manzano.
El titular del Sindicato de Prensa Rosario, Edgardo Carmona, planteó que se asiste a “un salto cualitativo” en la lucha de los laburantes de la comunicación, porque los trabajadores ya no se conforman con defender puestos y condiciones de trabajo. “Vamos por más, estamos en una bisagra: queremos discutir también qué medios se van a ofrecer a los rosarinos”, tronó Carmona frente a la sede de La Capital, sobre la calle Sarmiento cortada por los trabajadores que metieron mucho ruido con bombos, vientos y bocina.
Lo del “salto cualitativo” expresado por Carmona se nota en los hechos puntuales que en este capítulo de una larga pelea colmaron la paciencia del personal de los medios del grupo Uno en Rosario. En La Capital, el detonante fue la decisión patronal de quitar a los empleados un derecho que tienen hace siete décadas: recibir gratuitamente en sus casas un ejemplar del diario que producen. Ahora, les ofrecen sostener el envío pero a cambio de 50 pesos descontados mensualmente de sus salarios.
Por el lado de las radios, la bronca sindical pasa por el inicio del pago de parte de los salarios con subsidios del programa Repro, que desde el Ministerio de Trabajo de la Nación se otorga a empresas crisis. “¿A ustedes les parece que estas empresas están en crisis como para que el resto de los argentinos las tengan que subsidiar?”, preguntó Carmona a los trabajadores concentrados frente a La Capital, que respondieron a coro con un “no” atronador.
La lectura en las filas gremiales, desde la que se reflotó la Intersindical de Medios que junta al de Prensa con los sindicatos de Locutores, el Sutep y Aatrac, es que tras lo de eliminar el diario gratis y echar mano al Repro se erige un nuevo intento del grupo Uno por llevar adelante un drástico ajuste vía despidos masivos. De allí la fuerte respuesta ensayada este viernes, que arrancó en la sede local del Ministerio de Trabajo de la provincia.
Desde esa esquina de San Lorenzo y Ovidio Lagos, al cabo de una audiencia en la que no hubo avances significativos y los gremios sólo rescataron como “paraguas para el conflicto”, los trabajadores se movilizaron hacia las sedes de los tres medios del grupo de Vila y Manzano.
En LT3 los manifestantes se juntaron sobre calle Balcarce frente al ventanal que permite ver el estudio de la radio, al que finalmente ingresó Carmona para relatar al aire lo que estaba sucediendo.
Después, en LT8, un buen grupo de trabajadores entró con bombos y la bocina a los pasillos y oficinas de la radio y la programación se vio interrumpida por música mientras el ruido copó el interior del edificio.
De allí, por calle Córdoba, la columna marchó hasta la sede de La Capital, donde delegados y militantes también recorrieron algunas dependencias interiores para hacer sentir la protesta, que finalizó con la asamblea en la calle en la que Carmona repasó las aristas del conflicto, advirtiendo lo del nuevo objetivo principal, junto con la conservación de puestos y condiciones de trabajo.
“Queremos asegurar el derecho a la información de la población, vamos por la calidad de la información que vamos a brindar”, señaló, luego de referirse al nuevo contexto generado por la reciente sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
“Este gobierno nacional nos ha dado amarguras y felicidades”, indicó, tras recordar que el grupo Uno se vio beneficiado con la licuación, vía canje de publicidad estatal, de 60 millones de pesos de deudas impositivas. “Pero ahora estamos celebrando la sanción de la nueva ley de medios, que abre la posibilidad de un acceso más democrático a la información”, continuó Carmona, para destacar luego las presiones que sufrieron los trabajadores del grupo Uno a partir de la discusión de la norma en el Congreso nacional, que contó a Vila entre los principales abanderados de la reacción contra los cambios que finalmente se aprobaron.
“En estos medios no nos dejan hacer periodismo. Pretendieron que los trabajadores escriban contra lo que le indican sus principios”, recordó, retomando las denuncias que el sindicato ya viene realizando. Al mismo tiempo, denunció la "extorsión" del decano de la prensa argentina al gobierno provincial ante la decisión del partido que lo encabeza, el socialismo, de votar a favor de la ley de medios.
El discurso de Carmona fue de los más duros que se le escuchó en los últimos años y no sólo apuntó a las situaciones puntuales de los trabajadores del principal multimedio local. Hubo una mención a la decisión de la presidenta de reinstalar por decreto la celebración del Día del Canillita, sostenida por la vigencia de la regulación de la venta de diarios y revistas que Domingo Cavallo había dejado sin efecto en las épocas en las que comandaba la economía nacional.
Carmona recordó que la venta en los puestos de diarios y revistas garantiza la igualdad de oportunidades de todas las publicaciones a la hora de la llegada al público y que se igualdad se desdibujaría si los grandes grupos de medios pudieran generar sus propios circuitos de distribución sin regulación alguna.
La mención al tema se dio justo en la víspera del Día del Canillita, al que La Capital decidió desconocer realizando su edición de este sábado pese que los puestos de venta estarán cerrados por la celebración. En cambio, el otro diario local, El Ciudadano y la Gente, optó por no producir el diario y respetar la fecha y el decreto presidencial. El Ciudadano y la Gente pertenece a Orlando Vignatti, quien forma parte del multimedio La Capital pero aparece cada vez más alejado de Vila y Manzano, sus socios en ese ámbito.
Además, Carmona cargó duro en su discurso contra quienes llamó “los tres chiflados”: los directivos del grupo empresario de apellidos Wozniak, Galli y González, que vienen manejando la relación con el personal. En la jornada de protesta quedó claro que de aquí en más esos directivos ya no son interlocutores válidos para buscar una salida a la agudización del conflicto, que sólo será posible, marcó el dirigente sindical, con “una mesa de negociación en serio”, instancia que por estas horas aparece lejana.