Este viernes se constituyeron como querellantes en la causa Guerrieri, Sabrina Gulino y Pablo del Rosso, hijos de las desaparecidas de la Quinta de Funes Raquel Negro y Stella Hildbrand, quienes contaron con el patrocinio del equipo jurídico de H.I.J.O.S.

Los hijos de desaparecidos Sabrina Gulino y Pablo del Rosso se presentaron como querellantes en una parte de la causa que todavía se encuentra en la etapa de instrucción.

Sabrina Gullino es la nieta número noventa y seis encontrada por las Abuelas de Plaza de Mayo y una de los mellizos que tuvo la detenida de la Quinta de Funes, Raquel Negro, antes de ser desaparecida. Su padre, Tulio Valenzuela, también estuvo secuestrado en aquel centro clandestino de detención pero logró escapar en el marco de un operativo -que luego denunció a la prensa internacional- al que fue llevado por sus captores en México, y en el que se pretendía asesinar a la conducción de la organización Montoneros. Valenzuela también fue asesinado por la dictadura cuando volvió a entrar más adelante al país.

Pablo del Rosso es hijo de la también desaparecida Stella Hildbrand, vista por última vez en la Quinta de Funes por el sobreviviente Jaime Dri, aunque según los dichos de Eduardo Costanzo abría sido asesinada junto a otros trece militantes que habían sido trasladados a la quinta La Intermedia, propiedad de la familia Amelong.

Los dos jóvenes ya declararon como testigos en el marco del juicio que le Tribunal Oral Federal N°1 sustancia contra Pascual Guerrieri, Jorge Fariña, Juan Amelong, Walter Pagano y Eduardo Cosntazo.

A continuación reproducimos el relato de los hechos que consignan los dos escrito redactados por el equipo jurídico de la agrupación H.I.J.O.S. Rosario y presentados la mañana de este viernes en los Tribunales Federales.

PABLO

"En los primeros días de agosto de 1977, presuntamente el 5 de agosto, mi madre Stella Hildbrand y yo fuimos secuestrados por fuerzas represivas. Todo indica que este episodio ocurrió en la vía pública.

Con posterioridad fuimos trasladados al centro clandestino de detención llamado “La Calamita”, donde permanecí hasta que el 13 de septiembre fui devuelto a mis abuelos –que me buscaban desde los primeros días de agosto- y llevado a Santa Fe.

Mi madre –apodada la Gorda o Lucy-, fue trasladada con posterioridad a diferentes centros clandestinos de detención, según relata el testigo Jaime Dri. Como se encuentra acreditado en autos, el primero de ellos –luego de la Calamita-, es el conocido como la “Quinta de Funes”.

Como está asentado en estas investigaciones, con posterioridad a hacerse pública la “Operación México” y revelarse el lugar donde estaba ubicado el centro clandestino de detención llamado “Quinta de Funes”, a mediados de enero de 1978, mi madre y los detenidos alojados allí fueron trasladados a la escuela de Educación Técnica Nº 288 “Osvaldo Magnasco”, ubicada en Ovidio Lagos y Zeballos, de la ciudad de Rosario.

Al finalizar las vacaciones de verano y hacerse inminente el retorno a clases, los detenidos fueron trasladados a otro lugar. Este nuevo lugar fue el centro clandestino de detención conocido como “La Intermedia”, lugar que -como los otros dos centros de detención antes mencionados- fue reconocido judicialmente por el testigo Jaime Dri.

Como lo describe Jaime Dri, permaneció secuestrado en “La Intermedia” hasta el jueves de Semana Santa de 1978, cuando fue nuevamente trasladado a la Escuela Mecánica de la Armada, lugar donde había estado detenido con anterioridad. Hasta ese momento se encontraba mi madre en la “Intermedia”.

Con posterioridad, como se encuentra acreditado en autos, el co-imputado Costanzo relató las circunstancias en las que se dio muerte a mi madre y al resto de los detenidos en la “Intermedia”. (…)”

SABRINA

"El día 2 de enero de 1978, mi madre, Raquel Carolina Ángela Negro –quién estaba embarazada de mi, y de mi hermano mellizo de casi siete meses-, mi padre, Edgar Tulio Valenzuela, y mi medio hermano Sebastián Álvarez -quién tenía un año y ocho meses de edad- fueron privados ilegítimamente de la libertad por un grupo operativo perteneciente al Segundo Cuerpo de Ejército, con sede en esta ciudad de Rosario. Esto ocurrió en la ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, en la tienda “Los Gallegos” y en sus inmediaciones.

Inmediatamente, los tres fueron trasladados en calidad de detenidos-desaparecidos al centro clandestino de detención conocido como la “Quinta de Funes”, ubicado en la localidad del mismo nombre.

Pocos días después de la detención, mi hermano fue trasladado por una mujer desconocida a la casa de la familia de nuestra madre en la localidad de Santo Tomé, Provincia de Santa Fe. Ese fue el último contacto que mi hermano tuvo con mi madre y mi padre.

Por su parte, mi padre, a quién apodaban “Tucho”, fue llevado a México por sus captores, como parte de la denominada “Operación México”, que consistía básicamente en la infiltración por parte de las fuerzas represivas de la cúpula de la organización Montoneros que estaba en el exterior. Una vez en aquel país, mi padre burló a sus captores y denunció públicamente el operativo, el cual estaba bajo las órdenes directas del Gral. Leopoldo Fortunato Galtieri. Mientras tanto, mi madre, junto con otros militantes, permanecía secuestrada en Funes.

Luego de hacerse pública la “Operación México” y revelarse el lugar donde estaba ubicado el centro clandestino de detención llamado “Quinta de Funes”, a mediados de enero de 1978, mi madre y los detenidos alojados allí fueron trasladados a la escuela de Educación Técnica Nº 288 “Osvaldo Magnasco”, ubicada en Ovidio Lagos y Zeballos, de la ciudad de Rosario.

Al finalizar las vacaciones de verano y hacerse inminente el retorno a clases, los detenidos fueron trasladados a otro lugar. Este nuevo lugar fue el centro clandestino de detención conocido como “La Intermedia”, lugar que -como los otros dos centros de detención antes mencionados- fue reconocido judicialmente por el testigo Jaime Dri.

Que como lo describe la carta que mi padre envió a mis abuelos maternos –incorporada en los mencionados autos-, mi madre recibía atención médica mientras estaba secuestrada. Esto también fue corroborado por el testigo Jaime Dri, en su declaración testimonial dentro de la causa Nº 131/07 que tramita por ante este mismo tribunal, el cual destacó que Raquel, a quién llamaban “María”, fue llevada en dos oportunidades a revisaciones médicas al Hospital Militar de la ciudad de Paraná, Provincia de Entre Ríos. Además, en la misma declaración consignó que a principios de marzo y todavía estando secuestrados en “La Intermedia”, en un breve encuentro en el cual habló con mi madre, ella le dijo que estaba preocupada porque si bien aún faltaban dos semanas para el parto, le habían dicho que la llevarían a Paraná. Días después la misma fue sacada del lugar y Dri no la volvió a ver.

Este testigo permaneció secuestrado en “La Intermedia” hasta el jueves de Semana Santa de 1978, cuando fue nuevamente trasladado a la Escuela Mecánica de la Armada, lugar donde había estado detenido con anterioridad. Antes de partir, uno de los secuestradores, apodado “El Capitán”, le dijo que Raquel había tenido mellizos y que estaba bien.

Posteriormente, en el año 2000, a raíz de investigaciones desarrolladas por organismos de Derechos Humanos de la ciudad de Santa Fe (en particular de la agrupación HIJOS y de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo), un hombre que presuntamente había trabajado durante la dictadura en el Sanatorio del Niño de la ciudad de Paraná –ubicado en calle Libertad 78-, entregó a militantes de esos organismos de derechos humanos fotocopias simples del libro de ingresos de ese Sanatorio. Allí, figuran los ingresos de dos niños provenientes del Hospital Militar, en los primeros días de marzo, de los cuales no hay más datos consignados que el hecho de provenir de dicho nosocomio y sus supuestos nombres Soledad López y N.N. López, marcados ambos con una cruz, a diferencia del resto de los ingresos que cuentan con otra información como el domicilio, el teléfono, la obra social, etc.

A raíz de una investigación, llevada adelante en el Juzgado Federal Nro. 1 de Paraná, caratulada “Trimarco, Juan Carlos Ricardo y otros s/ Sup. INf. Arts. 139, inc 2 y 146 CP” Expte. Nro. 8246, se pudo determinar que mi madre tuvo mellizos en el Hospital Militar de Paraná, en marzo de 1978 y que eran un niño y una niña, que soy yo. Debido a las condiciones en las que se produjo nuestro nacimiento, fuimos internados en el Instituto Privado de Pediatría, por el precario estado de salud que presentamos al nacer.

Cuando mi salud mejoró, fui trasladada a Rosario por los imputados Pagano y Amelong, los que me dejaron en la puerta del Hogar del Huérfano de esta ciudad. Con posterioridad fui dada en adopción a la familia Gullino.

El 25 de noviembre de 2008 fui citada al Juzgado Federal de la ciudad de Paraná y, anoticiada de mi posible identidad, accedí a realizarme los estudios de ADN pertinentes, los cuales dieron positivo y determinaron que soy hija biológica de Edgar Tulio Valenzuela y Raquel Ángela Carolina Negro.

Respecto de mi madre se encuentra aún desaparecida. Mi hermano mellizo reviste la misma calidad, ya que no ha sido aún encontrado".

El equipo jurídico de H.I.J.O.S. Rosario está integrado por los abogados Ana Oberlin, Nadia Schujman, Lucas Ciarniello Ibáñez y Álvaro Baella.

Más notas relacionadas
Más por Admin
Más en Ciudad

Dejá un comentario

Sugerencia

Todo conduce al paro: rechazo absoluto a la oferta salarial de Pullaro

En la asamblea departamental Rosario de Amsafé surgieron cinco mociones, todas impulsan me