Nada Bueno. El represor está la ciudad brasileña de Belem, en Pará.
Nada Bueno. El represor está la ciudad brasileña de Belem, en Pará.

El primer juicio oral y público contra represores de la dictadura en Rosario se trasladó esta semana a la ciudad brasileña Belem, del estado de Pará, para tomar la declaración del represor Gustavo Bueno, quien fuera apresado en aquel país por Interpol. Bueno había brindado un testimonio clave durante los ochenta en el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), en el que describía métodos y nombres de la patota que operó en la Quinta de Funes. La delegación Argentina que viajó a Brasil para tomar declaración al represor Gustavo Bueno, integrada por jueces, fiscalía, querellantes y abogados de los represores de la Quinta de Funes, recibió malos tratos e intimidaciones por parte de la policía brasileña, que dijo: “Aquí no son nadie, son extranjeros”.

Para la realización de esta medida viajó una comitiva especial integrada por Otmar Paulucci (juez Tribunal Oral Nº1), Osvaldo Facciano (secretario); Mabel Colalongo (fiscal); Ana Oberlin y Virginia Blando (abogadas querellantes). También viajó Germán Artola, defensor de los imputados de la causa Guerrieri-Amelong. Además se sumó en la ciudad de Belem la Cónsul Argentina, María Margarita Ahumada (quien vive en Salvador, Bahía).

“Por decisión del Superior Tribunal Brasilero, orden emitida por la ministra Ellen Gracie (integrante de ese tribunal), se delegó la realización de la medida en la Policía Federal de Brasil, pese a que la rogatoria del presidente del Tribunal Oral Paulucci, solicitaba que se tomara ante un juez con competencia criminal. La posibilidad de la realización de una medida de estas características ante la policía está prevista en el Tratado de Cooperación en Materia Penal Argentina/Brasil”, explicó la abogada de Hijos Ana Oberlin.

Primera audiencia

El 30 de noviembre la comitiva argentina se presentó en la Policía Federal de Belém, donde estaba prevista la realización de la testimonial y donde está actualmente detenido Bueno. En ese lugar estaban presentes la persona que dirigiría la medida (comisionada al efecto e integrante de la Policía Federal), el represor Gustavo Bueno, junto con dos abogadas defensoras oficiales brasileras –debido a la existencia de un proceso de extradición en curso por pedido del juez federal rosarino Marcelo Bailaque, en relación con la causa Gazzari-Barroso–, y un delegado de la Policía Federal quién comanda la custodia de Bueno, Mendes Filter. También estaba un agente de Interpol.

“Se nos hizo saber en ese momento que el Bueno tiene calidad de refugiado en este país, cuestión que no fue acreditada, presuntamente debido a que tuvo que escapar de Argentina por correr riesgo su vida en los años 80”, contó la abogada de Hijos.

Oberlin afirmó, sorprendida, que “desde el comienzo de la medida existieron diversas dificultades, dadas fundamentalmente por la participación e interrupción continua del delegado de la policía federal, quien le hacía manifestaciones al testigo y a nosotros. Por ello, en diversas oportunidades solicitamos que no se le autorizara el uso de la palabra. Ello determinó que el Jefe de la Delegación también se sumara al acto. Este último, lejos de intervenir ante la actitud incorrecta del primer oficial, se sumó a las interrupciones, aconsejando a Bueno que no declarara ante tal o cual pregunta”.

La joven abogada expresó que “durante toda la audiencia, los policías se dirigieron en forma agresiva e intimidatoria hacia la comitiva. Llegaron a manifestarnos que aquí no éramos nadie, que éramos extranjeros”.

Varios de los presentes coincidieron en que el acto de ayer lunes resultó muy dificultoso. En horas de la tarde, el acto se interrumpió y se pasó a un cuarto intermedio hasta el día de hoy martes.

Segunda audiencia

Este martes al llegar a la delegación de la policía, según informaron miembros de la delegación argentina, “volvieron a suscitarse distintos inconvenientes”.

Primero la defensora informó que Bueno no iba a declarar más allí que solo lo haría ante un juez criminal, lo que provocó una serie de planteos por parte de la querella y una advertencia del conflicto internacional que se podía generar debido a todas las irregularidades y maltratos sufridos durante el acto.

“En ese momento la defensora de Bueno, se comunicó con alguien –no sabemos con quien– y volvió al recinto para decirnos que continuemos con la medida. Nosotros, cansados de esta situación y considerando que no se estaban garantizando las condiciones necesarias para llevar adelante la medida, definimos retirarnos del lugar e ir al Juzgado Federal a solicitar que un juez criminal tomara la audiencia”, comentó Ana Oberlin.

Según informaron desde Brasil, la cónsul argentina realizó las averiguaciones y gestiones pertinentes para saber cómo proceder ante semejante conflicto.

“Al llegar al Juzgado Federal, el trato fue muy distinto. Fuimos recibidos por diferentes secretarios, quienes estaban al tanto de la situación, debido a la intervención de las autoridades argentinas aquí”, señaló Oberlin, quien indicó que “finalmente, la testimonial será tomada en el día de mañana (miércoles) en el Juzgado Federal, ante un juez con competencia criminal”.

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