La Agrupación de Trabajadores Lácteos 7 de Febrero, conformada por militantes y dirigentes que hasta hace un año conducían la seccional local de Atilra, difundió un comunicado ante la inminencia del primer aniversario de los incidentes que le costaran la vida a un trabajador cordobés cuando desde la conducción nacional del gremio quisieron copar el local de San Luis e Iriondo, en el que este jueves a las 11 se realizará una conferencia de prensa.

“A un año de la embestida de la burocracia sindical de Atilra”, se titula el pronunciamiento de la 7 de Febrero, que recuerda que este jueves 3 de diciembre se cumple el primer aniversario “de la feroz embestida sindical de la patota liderada por el Secretario General de Atilra Nacional, Héctor Luis Ponce, a la Seccional Rosario del gremio de los trabajadores lácteos”.

“En aquella jornada en la que la burocracia enfrentó a trabajadores entre si, fue asesinado Héctor Cornejo, quien aparentemente habría sido baleado en la esquina en Cafferata y Rioja. Dicha esquina se encuentra a dos cuadras de donde ocurrieron los enfrentamientos, San Luis e Iriondo”, señala el comunicado.

La mención al lugar donde cayó Cornejo tiene que ver con la imputación que pesa sobre dos ex dirigentes de la seccional local, Víctor Vega y Edgardo Barbero, acusados por el supuesto delito de homicidio en riña en una causa judicial en la que también se apunta contra otras personas que estaban en el lugar de los incidentes, como el dirigente de La Toma y la Comisión de Acción Gremial Carlos Ghioldi y el referente local de la Corriente Clasista y Combativa Eduardo Delmonte.

En la 7 de Febrero niegan responsabilidad de estos dirigentes en la muerte de Cornejo. Y más allá de la cuestión judicial –en la conferencia de prensa de este jueves estará Federico Garat, abogado de los imputados– en el comunicado pusieron el eje en recordar lo que pasó a partir de aquella fatídica jornada. Aquí, el texto del pronunciamiento:

A UN AÑO DE LA EMBESTIDA DE LA BUROCRACIA SINDICAL DE A.T.I.L.R.A.

Este jueves 3 de diciembre se cumple un año de la feroz embestida sindical de la patota liderada por el Secretario General de ATILRA Nacional, Héctor Luis Ponce, a la Seccional Rosario del gremio de los trabajadores lácteos. En aquella jornada en la que la burocracia enfrentó a trabajadores entre si, fue asesinado Héctor Cornejo, quien aparentemente habría sido baleado en la esquina en Cafferata y Rioja. Dicha esquina se encuentra a dos cuadras de donde ocurrieron los enfrentamientos –San Luis e Iriondo-.

Tras la llegada de aquella patota que pretendió ocupar el gremio y provocó la muerte del trabajador cordobés, la dirección nacional del gremio intervino irregularmente la seccional, luego la disolvió, expulsó a los dirigentes de la misma y con complicidad de las empresas persiguió a los obreros afines a la construcción sindical rosarina que, tras la violenta embestida, se nuclearon en la Agrupación Sindical “7 de Febrero”.

La dirección nacional dividió en dos la Seccional Rosario: los trabajadores de esta ciudad pasaron a depender de la instalada en El Trébol y los de los pueblos aledaños pasaron a conformar la flamante Seccional Totoras. De esta manera, la burocracia se aseguró eliminar todo rastro de oposición en ATILRA.

Pero coherente con la prédica de 16 años de construcción sindical, los integrantes de la Agrupación “7 de Febrero”, se presentaron en las elecciones gremiales cuya elección de Junta Electoral había gozado de burdas irregularidades –votantes que no estaban habilitados, cacheo policial selectivo que permitió que muchos mercenarios ingresaran sin ser revisados, etc-. Cabe destacar que, de haberse realizado las elecciones bajo la estructura precedente, la Seccional Rosario hubiera seguido en manos de la dirección que hizo del gremio una construcción obrera de base.

Pero el oficialismo se valió de todas las herramientas para lograr el triunfo: prohibición del voto a jubilados rosarinos (exclusivamente), repositores (solo en la Seccional El Trébol no se les permitió el sufragio a lista local; los repositores del resto del país sí los pudieron hacer), personas que votaban con dos DNI distintos, entre tantas otras maniobras que hicieron del acto fundamental de elección de representantes, un circo de la burocracia amarilla y del cómplice Ministerio de Trabajo.

Lo que siguió no es sorpresa: los representantes electos abandonaron a los trabajadores lácteos rosarinos a la voluntad de las patronales que inmediatamente profundizaron el hostigamiento y promovieron despidos encubiertos –retiros voluntarios, reestructuración de personal, adelantamiento de las jubilaciones, entre otras -. Sin lugar a dudas la muestra más cruda de esto es el caso de los 250 obreros de Cotar, cuya representación gremial en las conciliaciones fue tomada por los delegados locales: jamás se hizo presente una autoridad de ATILRA en defensa de ellos, pese a haber sido convocada.

El hostigamiento en las diversas plantas, la impotencia ante tantas injusticias ni el deterioro de las condiciones de trabajo, han hecho que los integrantes de la “7 de Febrero” promoviéramos el enfrentamiento entre trabajadores. Seguimos luchando por la dignidad del trabajador que, consideramos, se consigue sólo mediante la solidaridad entre quienes trabajamos y creemos que una mayor justicia social es posible.

AGRUPACION DE TRABAJADORES LACTEOS “7 DE FEBRERO”

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