Los aceiteros no quieren llegar al conflicto.
Los aceiteros no quieren llegar al conflicto.

Trabajadores de la industria aceitera de Rosario reabrieron la discusión paritaria por una recomposición salarial con las empresas Cargill, Dreyfus y Molinos Río de la Plata en el ámbito del Ministerio de Trabajo de la Nación. Piden un básico que supere los 3.600 pesos.

El 31 de diciembre próximo vence el acuerdo rubricado a principio de este año que había fijado para los trabajadores del sector un sueldo básico de 3 mil pesos. “Vamos a pedir que el básico trepe por encima de los 3.600 pesos”, adelantó Adrián Dávalos, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario (Soear).

“Estas empresas están en condiciones de pagarlo porque el costo laboral anual que tienen no supera el uno por ciento del total de la facturación, como lo demuestran sus balances”, contrapesó el dirigente sindical.

Claro que la negociación entre los trabajadores aceiteros y los representantes de los gigantes del agronegocio no resultará sencilla. Al menos eso quedó flotando en el aire del hotel Sheraton de Pilar la semana pasada, cuando en la conferencia anual de la Unión Industrial Argentina (UIA) el director de Aceitera General Deheza (AGD) y vicepresidente de la UIA, Miguel Acevedo, manifestó en nombre de sus pares la inquietud por lo que pueda ocurrir en materia de conflictividad social y laboral. En este sentido, Acevedo afirmó que subas salariales “desmesuradas del 25 por ciento” en 2010 “pondrían en riesgo a las empresas” y generarían una “espiralización inflacionaria”.

La “preocupación” de los empresarios del sector no encuentra asidero si se tiene en cuenta los buenos augurios para las próximas cosechas que trajeron las lluvias, luego de una devastadora sequía que echó atrás los rindes. Para la campaña 2009/10 se espera un repunte de la producción de granos –con relación a la soja se habla de más de 50 millones de toneladas–, lo que hace que los actores de peso de la trama aceitera se preparen para tomar la sartén por el mango frente a la ascendente demanda de alimentos de la población asiática y europea.

Para Dávalos, “es evidente que la crisis global fue amortiguada por las aceiteras” radicadas en el Gran Rosario, el rubro que más crecimiento y ganancias experimentó desde la posconvertibilidad. “El reclamo por arriba de los 3.600 pesos no es caprichoso. Esa es la cifra que se estima para el salario mínimo, vital y móvil según los últimos estudios de lo que un trabajador necesita para vivir dignamente, tal como reza la Constitución”, sostuvo el titular del Soear.

En principio la idea del Sindicato Aceitero de Rosario es negociar en conjunto con las tres cerealeras y no como a principio del presente año que la discusión paritaria terminó siendo por empresa. “Estas aceiteras tuvieron altos niveles de rentabilidad y están en condiciones de otorgar un aumento de salarios”, indicó Dávalos. “La aceitera AGD, con sede en Córdoba, se queja porque dice que corre con diferencias a las demás aceiteras que están asentadas en la zona de puerto. Sin embargo, de 2002 a esta parte las ganancias de AGD crecieron un 700 por ciento”, afirmó el sindicalista.

El resultado del convenio salarial de los aceiteros de Rosario podría hacer punta y moldear la futura negociación nacional programada para marzo entre la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso y la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara). Si bien el efecto negativo de la crisis originó una caída de las exportaciones y de los precios de los commodities agrícolas a comienzos de año, la industria aceitera consiguió recomponerse y más allá de la retracción económica volvió a liderar el ranking del comercio exterior en 2009 (ver aparte). “Si bien las cerealeras molieron menos este año, igual terminaron ganado un 20 por ciento más”, comentó Dávalos apuntando a la recuperación de los precios de los granos.

Dreyfus, Cargill y Molinos Río de la Plata serán, como se dijo más arriba, las primeras en sentarse a la mesa de negociaciones paritarias que termina de constituirse en la cartera laboral que comanda Carlos Tomada, aunque más adelante se sumarán Aceitera Martínez y Tanoni Hermanos. “Somos conscientes que estas empresas pueden elevar el salario básico. Esperemos no tener que llegar al conflicto como en abril de este año, cuando las empresas se habían empacado y no sólo no querían dar el aumento sino que amagaron con despidos”, expresó el secretario general del Soear.

Horacio Zamboni, abogado del Sindicato Aceitero de Rosario, comentó que la próxima audiencia con las aceiteras está pautada para el 22, aunque antes de esa fecha avanzarán las negociaciones informales entre las partes. “Estamos a la espera de los datos definitivos de la Escuela de Estadísticas de la Universidad Nacional de Rosario sobre el salario mínimo y vital que se necesita para vivir en esta región, además de contemplar las proyecciones inflacionarias para 2010, que se ubicarían alrededor del 15 por ciento. A partir de ahí terminaremos de ajustar nuestro petitorio”, indicó el abogado laboralista.

Zamboni recordó que en el último convenio firmado por la federación aceitera se estableció un sueldo básico de 3 mil pesos, “sin contar la asignación por hijo y la antigüedad”. “Las empresas ya han manifestado que quieren terminar rápido la negociación. Pensamos que no vamos a tener problemas. Esperemos que los planteos de las patronales sean razonables y no tener que llegar al conflicto”, anheló el abogado de los aceiteros de Rosario.

Al frente en exportaciones  

El polo oleaginoso de la zona tiene como epicentro a Rosario por su estratégica situación geográfica. El complejo de crushing más imponente a nivel mundial es capaz de procesar más de cien mil toneladas de granos por día. La industria aceitera argentina destina al mercado mundial el 92 por ciento del total de su producción. Un informe publicado por el diario Ámbito Financiero da cuenta que las cerealeras y aceiteras volvieron a liderar el ranking de exportaciones durante el año en curso.

Cargill, Bunge, AGD y Dreyfus encabezan, en ese orden, el top ten. En rigor, concentran más del 20 por ciento del total de las ventas del país al exterior. De acuerdo a lo publicado en el mismo informe, de las veinte empresas más vendedoras al mercado externo, once están vinculadas a la agroindustria. En 2009 las cerealeras exportaron por un valor de algo más de 36 mil millones de dólares. Cargill vendió al mercado exterior 2.600 millones, Bunge 1.900 y AGD facturó 1.600 millones en billetes verdes.

(Fuente: El Ciudadano)

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