Ricardito, todo un diablillo.
Ricardito, todo un diablillo.

La pregunta que les hago por estos días a algunos ciudadanos que sé que se encuentran involucrados en menesteres que les impiden “estar al día” respecto de lo que se muestra en los medios más frívolos pero también en los más “serios”, es la que sigue: “¿Lo viste al fulano ese, Ricardo Fort?”. No sé, me sale, tal vez el impacto que me representó observar la construcción que ese personaje eligió para acceder a ¿la fama? ¿el éxito? ¿una carrera? me obliga inconscientemente a preguntar si ya lo vieron en acción. El tipo es uno de los tres nietos de Felipe Fort, el de los chocolates Fel-Fort, pero, fundamentalmente, el de los chocolatines Jack, los que traían –traen, les aclaro– muñequitos adentro. Y creo que uno de esos chocolatines, cual Caballo de Troya introducido en la familia Fort por la competencia, contenía a Rick. Intentaré probarlo.

Surpraise

En los tardíos 60’, pero en esencia durante los precoces 70’, se produjo un fenómeno de mercado que cruzó la gastronomía fabril con la industria juguetera. A la firma Fel-Fort –el para nada original apócope de Felipe Fort, el dueño– se le ocurrió meter muñequitos de plástico dentro de unos chocolatines –huecos ad hoc– y envolverlos en un celofán que custodiaba la identidad del personaje infantil sorpresa.

Los primeros modelos iban desde los personajes de Anteojito –se destacaban Antifaz y Calculín– hasta modelos de soldados romanos, griegos o, el máximo hit de época, los personajes de Titanes en el Ring. Se sabe de luchas cruentas por un Caballero Rojo o una Momia, y un Martín Karadagian llegó a valer cinco Mercenarios Joe, que salía hasta en los Milkibar, cuya fábrica estuvo a punto de fundirse por el éxito del chocolatín Jack, así fue el nombre que eligió Felipe para fundar un imperio.

Hoy su colección pasó de las figuras de Cartoon Network a los personajes de la serie de dibujos Los Simpson, pero Jack comenzó su larga historia en 1962. Según la crónica de la propia empresa, “cohetes, autitos y animalitos fueron los juguetes que ofrecía en su primera época, tratando de imponerse tímidamente en el gusto de los infantes”.

Pero todo empezó mucho antes, y no interesa mucho. Lo importante es que el fundador de Fel-Fort, Felipe, tuvo un hijo, Carlos, quien a la vez tuvo tres vástagos: Ricardo, que hoy nos ocupa, Jorge, y Eduardo. Carlos, fallecido en 2007, tuvo una pésima relación con Felipe, y la replicó con sus hijos, especialmente con el bueno de Rick, que a su vez se lleva muy mal con sus dos hermanos. Mucha plata pero poca onda.

¿Miami o Fort Lauderdale?

“¿Sabés cómo le dicen a Ricardo Fort en Miami?”, pregunta la revista Pronto, a sabiendas de que nadie, pero nadie puede resistir la tentación de hacer clic ahí, en ese enlace pergeñado por el mejor discípulo de Satán.

La revistonga invita desde un copete infame: “La cantante Daniela ha vuelto al país tras vivir una década en Miami donde conoció a Ricardo Fort y dijo que en esa ciudad lo llaman de otra manera… ¡Enterate en esta nota!”. Así, pura corrupción.

Adentro la nota tiene 363 caracteres, contando espacios, poco incluso para una edición digital: “Según contó la cantante Daniela en Miami a Fort le dicen «la Chocoloca», pero aseguró que no sabe con exactitud por qué. La chica le contó al programa Bien De Verano (BDV), que se emite por canal Magazine, una de las 30 y pico de licencias de Clarín Group. que le preguntó a un amigo el por qué del apodo y le contestaron: «Es uno de los que produce chocolate y está loco-loca»”. ¿Leyeron bien? No hay una coma de más, negrita y subrayado, míos.

La “nota” de Pronto cierra de este modo: “Además, Daniela agregó «tiene una linda vida, gasta dinero, la pasa bien, es llamativo y divertido»”.

¿Pero quién corno es Ricardo Fort? O mejor: ¿Cómo es que estamos hablando de alguien que se llama Ricardo Fort? Bueno, el tipo decidió hacerse famoso pero no por ser heredero de Fel-Fort sino por mostrarlo, ¿ok? Mostrar lo que gasta, lo que tiene puesto, lo que no tiene puesto pero es de él, claro. Un banana que, encima, parte de lo que lleva puesto se lo puso a pura cirugía antiestética. Su mentón, por ejemplo, que nos invita a cada segundo a que se lo volvamos a poner en su lugar de un piñón.

Ricardo Fort habló de su apodo “Chocoloca”

“El magnate del chocolate habló en una entrevista sobre el apodo por el cual es conocido en Miami, según había contado la cantante Daniela. ¿Querés saber qué dijo?”, dice el título de una entrada en un blog que pretende ser el “oficial” del programejo BDV. El post dice: “Ricardo Fort, entrevistado en BDV, dijo que no conocía a la cantante y preguntó «¿Quién es Daniela?». Al mismo tiempo, manifestó: «No sé quién es, en Miami no es nadie. Vivo hace veinte años ahí y no la conozco, y acá tampoco. Estará buscando prensa»”. No queda nada claro. ¿El tipo es puto, gay, le dicen “Chocoloca” por ser heterosexual? Él no ayuda, porque dice, a los de BDV: “«Soy el hombre del momento y debe querer colgarse para salir en televisión. Es una pobre mujer, que se ponga a cantar o hacer algo», arremetió el millonario”.

Pero si el post es deprimente, qué queda para los comentarios. Van dos ejemplos. El primero: “Me das lástima. Si mal no recuerdo, (Daniela) tenía hits como Endúlzame que soy café; Corazón, mi corazón, y no se cuentos éxitos más. Fue nota en varias revistas, de muy buen nivel, y todo por su talento y la cantidad de discos que vendió. No creo que necesite colgarse de un tipo como Fort para tener prensa”. Vanesa. El segundo: “Quién es éste operado. Ay, Ricardo, si no la conocés (a Daniela) no opinés, pero se ve que no sos muyyyyyyyyyyy caballero, porque no está bien hablar mal de las mujeres, a no ser que las odies. No te olvides que tenés una madre”. Anónimo. Oleeee, se creyeron que esto era patético. Es trágico.

Y si algo no podía faltar tratándose de un mediático, que en eso se transformó, pautas y billetes mediante el bueno de Rick, es tener una trivia propia. Por ejemplo, en la revista Pronto, te topás con esto: ¡¡¡¿¿¿Cuánto sabés sobre Ricardo Fort???!!! Impresionante la mera idea, imagínense lo que son las preguntas. “Su ex Violeta Lo Ré, ¿en qué obra teatral trabajó durante el verano 2009?”. ¿OK? ¿La tenían a la Viole? ¿No, verdad? Bué… pero tal vez si les tiro tres chances, la pegan: ¿Danza con Cobos; ¿What Pass, Carlos Paz?, ó L fiesta está en el lago? Mamma mia. Precisamente, la segunda preguntita apunta a mami Fort: “¿Es cantante lírica, empresaria o ama de casa?”. La opción “alien’s mother” no surge, claro está, se trata de Pronto.

"Me encantaría trabajar con Ricardo Fort"

La revista Pronto, además de la trivia, produjo una revelación impactante en derredor de Richard: “Rubia, que está en pleno divorcio, le dijo a Santiago Del Moro que le encantaría ser parte del elenco que prepara el magnate millonario (Rick) para el verano marplatense”. Después de tamaña incógnita, descorre el telón: “A quien le encantaría estar en el elenco que prepara Ricardo Fort para la temporada teatral en Mar del Plata, es nada menos que Adriana Aguirre. La flamante ex de Ricardo García, quiere volver a las tablas y cuando Santiago del Moro le dijo que Fort estaría interesado en sumarla a su staff, ella no dudó en exclamar: «Me encantaría trabajar con Ricardo». Habrá que ver si la llama…”.

Ricardo Fort y la fábrica de chocolate

“Accionista de Felfort, Richard puede definirse por números: 27 cirugías estéticas con 3 centímetros de altura agregados en los talones; dos hijos concebidos vía vientre alquilado; $ 500.000 de gastos mensuales; dos Rolls Royce, tres Harley, un Mercedes y un BMW blindado; y una disco en su departamento”, lo retrata Pronto.

“Heredero de la fábrica de chocolates más exitosa del país, Fel-Fort, Ricardo se define como «un millonario playboy argentino». Amante de los viajes por el mundo, pero en avión privado, hace exhibición de su vida llena de lujos. Con un cuerpo trabajado obsesivamente hasta el último músculo, vive de noche mientras se pasea por los Vip de las discos. Fort reconoce que de chiquito soñó con ser famoso, y hoy es feliz gracias a El musical de tus sueños, el certamen de baile de ShowMatch, en el que reemplaza a Miguel Angel Cherutti. Pero, ¿quién es en realidad Ricardo Fort (41)? ¿Qué hay detrás de ese físico y esa curiosa ostentación? Pase y descubra cómo vive y piensa el hombre del que hablan todos”.

No pasamos, nos alcanza con eso, ¿no?

La tesis

Rick salió de un Jack, y es el resultado de un perverso experimento de papá Carlos, podrido del mandato de Felipe, que lo obligó a hacerse cargo de la empresa chocolatera. Ésa es mi tesis.

Sin embargo, parece que el primero en sufrir los delirios de laboratorio de papá Carlos fue Jorge, quien no llega a confesarlo pero algo de esa trama oscura se desnuda en un extenso reportaje que le hiciera en 2001 un señor llamado Esteban Farfán, coleccionista de muñequitos Jack y posterior hacedor de Rescate emotivo, un ciclo de Canal 13 que evocaba a las figuras de la tele, ¿se acuerdan?

Jorge, en primer lugar ¿Cómo fue crecer rodeado de todo esto?–, pregunta Farfán.
—Bueno, a mí siempre me dijeron que salí de un Jack (risas)–, responde Jorge.

El testimonio del hijo de un viejo matricero ya fallecido, encargado de hacer los moldes de los primeros muñequitos Jack, agregó el eslabón que necesitaba mi tesis: “Carlos era un tirano, y después de la época de oro de los Jack, que fue entre 1973 y el 75, se vino una debacle”, cuenta Renato, el hijo del matricero. El hombre recuerda que “más o menos por 1977, Don Carlos una noche cuenta que en Miami, en 1968, conoció al inventor de los sea-monkies, esas larvitas que uno metía en un vaso con agua y se movían”.

El tipo sorprende por la naturalidad con que lleva adelante su relato del horror. “Don Carlos ese mismo año empezó a experimentar metiendo en la mezcla del plástico de los Jack el polvo de los sea-monkies, y una noche fundió en una matriz a los personajes Mercenario Joe, Caballero Rojo y la Momia, los roció con el polvito y esperó”. Renato se calla, luego lanza una carcajada y cuenta: “Don Carlos nunca lo dijo en público, pero para mí esa noche nació Ricardito, ahí, en el laboratorio del viejo”.

Pero esto no termina con la génesis nucleoproteica de Ricardito, porque Renato me susurra al oído que el inventor de los sea-monkies, con el tiempo, compró la empresa que fabricaba los huevos Kinder. El hijo del matricero piensa que el polvito que recibió Don Carlos fue para que uno de la familia terminara llevando la empresa a la quiebra. Y según los hermanitos de Rick, la imagen de Fel-Fort luego de sus andanzas tinellianas bajó por un tobogán. ¿Será el fin de Fel-Fort? ¿Ricardo clon de titanes y sea-monkies? Miren, algunos creen en Sai Baba, ¿si? O en el Dalai Lama. Bueno, yo creo que Rick salió de un Jack embebido en baba de sea-monkie. Y así quedó.

Más notas relacionadas
Más por Horacio Çaró
Más en Columnistas

Dejá un comentario

Sugerencia

La “táctica Goebbeliana”

Pocos actos tan autoritarios como utilizar el aparato de comunicación del Estado (que paga