El ultraderechista sudafricano Eugene Terre’Blanche, fue asesinado el sábado a los 69 años en confusas circunstancias. Se apunta a dos trabajadores negros, un hombre de 21 años y un menor de 15, detenidos, que habrían discutido con Terre’Blanche porque no les pagaba el trabajo que hacían en su granja. El estanciero fascista y paramilitar era un troglodita que había consagrado su vida a la defensa de la supremacía blanca en Sudáfrica. Lo mataron a machetazos. A casi dos meses del Mundial, el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, instó a la calma ya que el hecho avivó temores de que explote el odio racial.

Terre’Blanche nació el 31 de enero de 1944 en la población de Ventersdorp (en el noroeste de Sudáfrica) y se dedicó a defender la superioridad de los blancos.

Muy joven se enroló en la Policía antes de dedicarse a administrar la granja familiar cerca de su pueblo natal, a un centenar de kilómetros al oeste de Johannesburgo.

En 1973 fundó el Movimiento de Resistencia Afrikaner (AWB) con seis amigos para contrarrestar "el abandono" de los intereses blancos por el régimen del apartheid. Su movimiento salió de la sombra en 1979, cuando alguno de sus miembros untaron a un historiador de brea y le pegaron plumas.

Desde su granja, Terre’Blanche fue ampliando su influencia, visitando sobre todo las explotaciones agrícolas del norte del país, donde pronunciaba incendiarios discursos en afrikáans.

Las autoridades lo vigilaban de cerca y en 1982 descubrieron un escondite de armas en la finca de su hermano, lo que le valió una condena a la cárcel, pero fue dejado en libertad condicional.

Al frente de milicias paramilitares y dotado de un emblema parecido a la insignia nazi, se opuso a la abolición del apartheid al comienzo de los años 1990 organizando atentados.

En 1991, el último presidente del apartheid, Frederik de Klerk, viajó a Ventersdorp. Los hombres de Terre’Blanche lo desafían: cuatro personas murieron en los enfrentamientos.

Dos años más tarde, el AWB penetró a bordo de un vehículo blindado en el World Trade Center de Johannesburgo, donde se llevaban a cabo las negociaciones para la transición. El ataque sería reprimido rápidamente.

Dos días antes de las primeras elecciones multirraciales, en abril de 1994, un atentado con bomba del AWB en el centro de la capital económica causó nueve muertos.

Eugene Terre’Blanche se vestía con frecuencia de kaki y algunas veces llevaba una máscara que destacaba sus ojos azules y jamás ocultó su admiración por el dictador nazi Adolf Hitler.

El líder ultraderechista consideraba que los dirigentes del régimen segregacionista del apartheid eran "liberales" y por eso abogaba por la creación de un "Volkstaat", un territorio autónomo para los afrikaners, descendientes de los primeros colonos europeos que hablan una lengua derivada del holandés.

Tras la liberación de Nelson Mandela, el héroe de la lucha contra el apartheid, Terre’Blanche intentó descarrilar la transición democrática organizando una serie de atentados sangrientos. En esa época decía de los negociadores: "Los vamos a golpear con toda nuestra fuerza, violentamente. Les haremos morder el polvo".

Sus calidades de orador y su estilo extravagante (andaba a caballo rodeado de sus guardaespaldas) le valieron cierta notoriedad.

No obstante, su carácter incontrolable y su tendencia a la violencia, abiertamente reivindicada, causaron inquietud hasta en los partidarios del apartheid. La abolición del régimen segregacionista y la condena a la cárcel terminaron por marginarlo.

Autor de diatribas contra "el poder comunista negro", Terre’Blanche amenazaba: "Si Mandela no nos da nuestro Volkstaat, combatiremos hasta conquistar a toda Sudáfrica".

En 2002 fue condenado a cinco años de cárcel por haber atacado con una barra de hierro a un vigilante negro, a quien causó lesiones cerebrales irreversibles.

Dejado en libertad condicional por buena conducta en 2005, Terre’Blanche cayó en un relativo olvido hasta su asesinato por dos obreros agrícolas el sábado. Se había negado a pagarles un salario mensual de 300 rands, equivalente a 40 dólares.

(Fuente: AFP)

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