Chiche, furiosa, saluda a Estenssoro.
Chiche, furiosa, saluda a Estenssoro.

Una vez más, la Cámara de Senadores no pudo sesionar, porque la oposición no logró juntar el quórum de 37 senadores necesarios para iniciar el debate con la intención de, entre otros temas, aprobar la coparticipación del impuesto al cheque.

Mostrando con mayor claridad que nunca la gran ficción que se intentó vender a la sociedad cuando la oposición decía que con la composición que surgió de las elecciones del 28 de junio de 2009 el Parlamento ahora sí funcionaría en forma republicana, el arco opositor logró sentar sólo a 36 senadores y aguardó durante una hora al riojano Carlos Menem, que nunca se hizo presente en el Palacio Legislativo.

A continuación, la oposición, en minoría, le pidió al presidente del Senado, Julio Cobos, que se cumpla con las sanciones que impone el Reglamento de la Cámara alta a los senadores ausentes y que establece que para la próxima sesión, pautada para el miércoles próximo, se convoque a los ausentes a través de avisos en los diarios y con el mismo orden del día.

Además, reclamaron que si las ausencias continúan, se descuente un 20 por ciento de las dietas de los senadores que falten a las próximas sesiones.

La oposición quiso avanzar con la misma orden del día de hace dos semanas, con la coparticipación de la Ley del Cheque en primer lugar, y luego el pliego de Mercedes Marcó del Pont y el debate sobre el decreto 298 que autorizó el pago de la deuda con reservas del Banco Central.

Esa orden del día se definió en una reunión de Labor Parlamentaria que se llevó a cabo luego del mediodía, sin la presencia del bloque del Frente para la Victoria que había anticipado su ausencia en la sesión ante esa propuesta opositora porque es antirreglamentaria.

Previamente, el kirchnerismo había presentado una nota ante Cobos que funcionó como condicionante para presentarse en la sesión y en la que le reclamaban al presidente del Senado que desista de su apelación ante la justicia que falló a favor del oficialismo para la integración de la Bicameral de Seguimiento de DNU.

También pedían la “restitución del equilibrio en la integración de las comisiones” cuya mayoría pertenece a la oposición.

En ese sentido, la minoría opositora, con la abstención del justicialismo disidente, facultó a Cobos para dictar una resolución para volver a la integración de la Bicameral de DNU con cuatro senadores para la oposición y cuatro para el oficialismo, dando por terminado ese enfrentamiento con el Frente para la Victoria que está en la Justicia.

Además, también le pidieron que firme una resolución para incorporar a los senadores aliados del oficialismo, los fueguinos José Martínez y María Rosa Díaz; y el neuquino Horacio Lores a las comisiones de Minería, Salud, Infraestructura, Economía y Educación.

Por último, el bloque oficialista reclamó votar una preferencia para debatir en la próxima sesión los proyectos que habilitan el uso de reservas para el pago de la deuda, en segundo término el pliego de Marcó del Pont; luego la eliminación de los descuentos en las transferencias bancarias de las cuentas sueldo y, por último, la coparticipación del Impuesto al Cheque.

En minoría, y tras pasar lista de los nombres y las provincias a las que pertenecen los 36 senadores ausentes (32 del Frente para la Victoria, uno del Movimiento Popular Neuquino, dos ex ARI de Tierra del Fuego y el mencionado Menem) la oposición embistió con sus discursos contra el oficialismo y el gobierno nacional.

El presidente del bloque radical, Gerardo Morales, consideró que “existe una decisión de impedir el funcionamiento del Senado por parte del oficialismo y con instrucciones precisas de la Casa Rosada”. Se olvidó de que durante meses prometió que con la composición que surgió de las elecciones del 28 de junio de 2009 el Congreso y, en particular, el Senado, funcionaría aceitadamente.

“Están acá, en la casa, muy cerca, en algunos despachos y salones del Senado de la Nación. Lo que quieren hacer es impedir el funcionamiento del Senado que tiene muchos temas para tratar”, remarcó Morales al referirse a los legisladores del Frente para la Victoria que permanecían en el Salón Rosado del Palacio Legislativo, contiguo al recinto de sesiones. Lo mismo que había hecho él y sus aliados hace dos semanas.

A continuación, el justicialista Adolfo Rodríguez Saá aseguró que “la oposición se va a sentar en este recinto siempre, de acá al 2011”. Y agregó, con tono republicano y engolado: “Queremos ponerle límites a este gobierno. Queremos debatir. No vamos a afectar la gobernabilidad. Todos nos tenemos que someter a la Constitución. Tienen que asistir y dar el debate”, indicó Rodríguez Saá y se refirió a la ausencia de su aliado Carlos Menem como “injustificable”.

La cordobesa del Frente Cívico, Norma Morandini, consideró que “no hay nada más perturbador que la ausencia que se convierte en presencia”, y agregó que “este Congreso está acechado por fantasmas del pasado”. No dijo si se refería a los que quedaron del período 1989-2001.

“Esto no es un rejunte. Es la expresión de diferentes opiniones políticas de las provincias de nuestro país. Lo que garantiza esa pluralidad de opiniones es la democracia”, expresó. Pero no explicó por qué no se ponen de acuerdo para lograr quórum.

En tanto, la porteña de la Coalición Cívica, María Eugenia Estenssoro, le endilgó al gobierno nacional querer “boicotear la sesión. Un clásico. No le pareció que la ausencia de Menem, integrante del ficcional megabloque opositor, tuviera algo que ver con la falta de quórum. Total, cuesta tan poco pegarle al gobierno.

(Fuente: Télam)

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