A una semana de la histórica sentencia que el Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario dictaminó contra los cinco represores de la dictadura que operaron en diversos centros clandestinos de detención de Rosario y la región, viene bien reflexionar a cerca del profundo valor pedagógico que ese veredicto trae con sigo.
En sí misma la llegada de la Justicia, el ingreso de Ley al mundo de lo perversamente impune, como reparación histórica para los familiares de los desaparecidos, los ex detenidos y la sociedad en su conjunto -víctima fundamental del terrorismo de estado-, es un hecho que produce un antes y un después en la evolución de los acontecimientos de un pueblo, un quiebre en la conciencia ciudadana.
Alguien que ha estado durante años en el sistema educativo, sabe del impacto que puede producir un hecho cargado de tan fuerte contenido simbólico como el que se vivió en la jornada del pasado jueves 15 de abril, del mismo modo que conoce el corte tajante que puede establecer en un debate sobre el pasado reciente, un documento inapelable como esta sentencia que condena a prisión perpetua a un grupo operativo de la dictadura, luego de un larguísimo proceso en el que se fueron probando uno por uno, los delitos de secuestros, torturas, homicidios y desaparición forzada.
El perjuicio contra la sociedad en general, el atentado contra los derechos humanos y el desprecio por las garantías constitucionales y la democracia que produjeron los asesinos de la dictadura, han sido probados por la justicia y eso establece una enseñanza para los hombres, mujeres y niños de este presente y para las próximas generaciones.
La persistencia en el reclamo, la búsqueda incansable de justicia, y nunca la venganza, con que caminaron las Madres de plaza de Mayo, los familiares y los hijos de los desaparecidos, también nos dejan un aprendizaje invaluable.
Imprimir ese fallo y distribuirlo en las bibliotecas de todas las escuelas de la provincia, para que sirva de disparador para los docentes santafesinos a la hora de planificar sus clases sobre la dictadura, es una buena manera de que ese acontecimiento siga multiplicando su fenomenal efecto pedagógico.
(*) Diputado provincial, Movimiento de Articulación Popular (MAP)