Este jueves, la FIFA designará las sedes de los Mundiales de 2018 (España-Portugal; Bélgica-Holanda; Inglaterra y Rusia) y 2022 (Australia, Corea del Sur, Qatar, EE. UU y Japón); una puja de intereses que moviliza al deporte y a la política.
Los responsables finales serán 22 hombres, pero cuando las cartas les lleguen a ellos las habrá desgastado una maquinaria de intereses, dinero, poder e influencias. Ese proceso suelen atravesar muchas grandes decisiones de la FIFA, y así también ocurrirá mañana, cuando la máxima entidad del fútbol designe las sedes de los mundiales de 2018 y 2022.
No son meramente alegóricas las palabras de Joseph Blatter, su presidente. "Será un gran día para el fútbol, pero también una gran cita política internacional", dijo el dirigente suizo, para quien la elección corona otra de las grandes apuestas de una gestión que ya suma 12 años: será la primera vez que se conozca a los anfitriones de dos Copas del Mundo en el mismo día, novedad que recibió más de un cuestionamiento.
Los veintidós hombres aludidos son los integrantes del comité ejecutivo de la entidad. Julio Grondona es uno de ellos. A ellos se encomiendan las expectativas de nueve postulaciones, cuatro para 2018 (España-Portugal, Bélgica-Holanda, Inglaterra y Rusia) y cinco para 2022 (Australia, Corea del Sur, Qatar, Estados Unidos y Japón).
Semejante ostentación de poder fue caldo de cultivo de acusaciones y sospechas de corrupción que inevitablemente enrarecerán el ambiente de la ceremonia (ver "Votación"). Algunas certezas ya están en la superficie de esa trama tan compleja. El presidente de la AFA, en sintonía con la inclinación de la región -también representada por el paraguayo Nicolás Leoz y el brasileño Ricardo Teixeira-, votará a la candidatura ibérica para 2018 y se inclinaría por Qatar para cuatro años después. Pero es temprano para especulaciones muy precisas sobre quiénes serán los beneficiados; en la historia de este tipo de actos, abundan las sorpresas de último momento. Y es el mecanismo oculto de las negociaciones el que termina decidiendo todo.
El proceso de elección establece que hoy comenzarán las exposiciones finales de los candidatos. Primero, lo harán quienes aspiran a recibir la Copa de 2022; mañana, los postulantes para 2018. Después de estos últimos, se reunirá el comité ejecutivo para tomar la decisión final, que será dada a conocer a las 16, hora local (las 12 de nuestro país).
Se trata de una votación secreta, con igual procedimiento que la elección de las sedes olímpicas: se busca la mayoría simple en cada vuelta; si no se logra, se elimina sucesivamente al candidato menos votado. En casos de empate, Blatter tiene el voto decisivo. No participará Oceanía, el presidente de cuya federación, Reynald Temarii, está suspendido por "violar reglas éticas" del organismo.
Que en la elección se juegan intereses cuantiosos lo ilustra el desfile de "embajadores" de las candidaturas. El príncipe Guillermo de Inglaterra, José Luis Rodríguez Zapatero, el premier británico David Cameron, Bill Clinton -acompañado por el actor Morgan Freeman- y estrellas del fútbol como David Beckham, entre otros, asumirán ese trabajo promocional.
Buen viento para ibéricos y qataríes
Un relevamiento de la agencia DPA, entre los 22 electores de la FIFA, señaló a las candidaturas de España y Portugal (2018) y Qatar (2022) como las que reunirán más votos, aunque el sondeo arrojó varias posturas todavía indefinidas.
(Fuente: Cancha llena)
