La abogada querellante en la causa Silvia Suppo y militante de HIJOS, Valeria Silva, no descarta posibles complicidades entre la policía y la Justicia rafaelina dada la concatenación de irregularidades durante el desarrollo de la causa.
Más presente que nunca, el nombre de Silvia Suppo se recordó y remarcó este jueves por conmemorarse justamente el Día nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. El 29 de marzo se cumplirá un año de su asesinato en Rafaela. Su testimonio, como testigo y querellante en causas por delitos de lesa humanidad, fue determinante en la Causa Brusa para la condena de los responsables del terrorismo de Estado en Santa Fe. A su vez, impulsaba la investigación por la desaparición de su compañero Reinaldo Hammeter, secuestrado en 1977.
En diálogo con la prensa, Valeria Silva, se refirió al estado actual de la causa y a las expectativas de avance en la misma.
"Hoy la causa Suppo está para resolver en la Corte Suprema (de Justicia) de la Nación, porque hubo un momento en el cual desde la querella planteamos la incompetencia de Alejandro Mognaschi, el juez de Rafaela. Lo planteamos en la Cámara de Apelaciones de Rafaela, que nos dio la razón y consideró que Mognaschi era incompetente para esta causa y que debía pasar a la Justicia Federal", explicó Silva.
Y continuó: "Cuando llegó a manos del juez federal Reinaldo Rodríguez el 24 de diciembre del mismo año en el que rechaza la radicación en su juzgado y la devuelve a Rafaela, creándose así el conflicto de competencia cuya resolución depende de la Corte Suprema de Justicia y de la cual estamos a la espera".
Respecto de las expectativas al respecto, Silva sostuvo que: “Para nosotros es muy importante que la Justicia federal pueda llevar adelante una investigación diferente, que tenga como hipótesis el crimen político por encargo. La Justicia provincial no tiene fueros para hacerlo, no puede hacer esa investigación porque estaría investigando delitos de lesa humanidad, que le competen a la Justicia federal. Además de toda la relación y la denuncia que realizamos desde la querella y también los hijos de Silvia de la policía de Rafaela por su mal desempeño. Entonces también sería necesario apartarlos de la causa para que haya una investigación neutral, más seria”.
A cerca de los plazos estimativos para una expedición de la Corte, la abogada manifestó que “teniendo en cuenta que la causa tiene presos, debería ser un plazo corto. Es al menos lo que pasa en todas las causas en las que hay presos, se aclara incluso en los pedidos para que se resuelva con prioridad; pero no tienen plazo establecido”.
Relaciones confusas
“El juez Mognaschi desestima la hipótesis del crimen de lesa humanidad y se niega a investigar esa posibilidad. Se niega porque si él investiga en esta línea se le va la competencia, porque debería trasladarse a la Justicia federal”, señaló Silva.
Consultada sobre el interés de Mognaschi en estar a cargo de la causa, Silva respondió que cree que “hay una situación bastante irregular en relación a la policía de Rafaela, cómo se manejó la escena del crimen, no se investigó a los posibles imputados, no entregaron el video que les entregó la Terminal, llamaron a los testigos antes que el juez y les tomaron testimonial, a los testigos les mostraron fotos de los posibles imputados. Posiblemente haya una situación de complicidad, a primera vista. De todas maneras, no hay una investigación que pueda demostrar qué relaciones tienen la policía de Rafaela, el juez y demás organismos con este crimen”.
Ante la pregunta de si la policía actuó de esa manera por negligencia o con intencionalidad, Silva no dudo: “Creemos que por intencionalidad. Si fue por negligencia, en principio tendría que haber una investigación que así lo determine y que compruebe que no hubo complicidades. Si estamos hablando de una persona que fue testigo en causas de delitos de lesa humanidad estamos hablando de una persona que fue perseguida y acusada durante muchos años por la policía de Rafaela. Hubo sectores que estuvieron activos durante muchos años dentro de la policía y que participaron de lo de Silvia en 1977, en el secuestro de Hammeter. Los hijos de Silvia cuentan que ella no conseguía trabajo en Rafaela y por eso tenía un negocio. Cada vez que ella iba a buscar trabajo, detrás iba alguno de sus captores a decir que no le dieran trabajo por subversiva. Hay una relación muy pesada de complicidades en ese lugar que no se puede desestimar porque sí”.
Fuente: Diario Uno
