La Cámara de Apelaciones dejó en libertad a cinco policías que fueron hallados culpables de encubrir el crimen del militante social Claudio “Pocho” Lepratti cometido por la policía el 19 de diciembre de 2001, en una escuela del barrio Las Flores.
Carina Lurati, Juvencio Mestre y Ramón Teodoro Ríos son los integrantes de la Cámara de Apelaciones que decidieron revocar la pena de dos años y ocho meses e inhabilitación absoluta por el doble de tiempo de la condena dictada por el juez de sentencia Julio García y liberar a Marcelo Fabián Arrúa, chofer del móvil donde se encontraba patrullando el autor material del crimen; Rubén Darío Pérez, también se encontraba en el celular; el ex jefe de la subcomisaría 20ª Roberto de la Torre; el ex jefe del Comando Radioeléctrico Daniel Horacio Braza; y el ex oficial de guardia de la sub 20ª, Carlos Alberto de Souza.
Los cinco uniformados fueron encontrados culpables y condenados por falsedad ideológica y encubrimiento por no informar quienes dispararon desde el patrullero y alterar la documentación pública y la inspección ocular.
Los Camaristas justificaron su decisión por el beneficio de la duda, al sostener que la acusación no está suficientemente probada. En tanto, el abogado defensor de dos de los policías beneficiados sostuvo en una emisora radial que el fallo era ejemplar.
En consecuencia, la única condena que quedó firme es la de 14 años de prisión para Esteban Velázquez, quien fue el que disparó la Itaka que hirió mortalmente a Pocho.
Claudio Hugo Lepratti fue asesinado cuando se encontraba en el techo de la escuela ubicada en Caña de Ámbar 1635 pidiendo a los integrantes del patrullero 2270 que no dispararan contra el colegio porque había niños. El militante, que en ese entonces tenía 34 años, recibió una perdigonada en la garganta de una Itaka calibre 12/70 y perdió la vida cuando era trasladado al hospital.
El crimen sucedió el 19 de diciembre de 2001, en el marco de los acontecimientos que derivaron en la renuncia del presidente de la Nación, Fernando De la Rúa, cuando la provincia era gobernada por Carlos Reuteman, responsable político junto a Enrique Álvarez (ex subsecretario de Seguridad) y Lorenzo Domínguez (ex ministro de Gobierno) de los nueve crímenes que dejo la represión policial.
Lepratti era profesor de filosofía y militaba socialmente tanto en el barrio Ludueña, donde vivía, como en el barrio Las Flores, donde cocinaba, servía la comida y lavaba los platos.
Nacido en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Lepratti se desplazaba con su bicicleta por los barrios de la ciudad militando en beneficio de los más humildes. Sin embargo, hoy, a casi diez años de su asesinato los responsables y cómplices gozan de impunidad.
