El ministro de Trabajo provincial, Carlos Rodríguez, tildó a los dueños de Naranpol como “los empleadores más difíciles que he conocido en mi vida”, y señaló que su “nivel de flexibilidad” para resolver el conflicto es de “menos cero”.
El funcionario santafesino hizo esas declaraciones luego de que un grupo de trabajadores de la firma radicada en la ciudad de Santa Fe interrumpiera hoy el tránsito en el acceso al puente que une las ciudades de Rosario con Victoria (Entre Ríos), para reclamar una solución al conflicto que paralizó la planta productora de gaseosas.
En una rueda de prensa, Rodríguez admitió hoy que el conflicto en Naranpol es “uno de los más complejos” que le ha tocado enfrentar desde que está a cargo de la cartera laboral santafesina, hace cuatro años.
“Nosotros le insistimos en que presenten un plan de trabajo para saber a dónde apuntan hacia el futuro”, dijo el funcionario en relación a la solicitud que le hizo a la empresa, que está en concursos de acreedores y con la planta parada desde el 1º de noviembre pasado.
“Ellos piden una cantidad de dinero que no tiene relación con reabrir las puertas de la empresa. Nos tiene muy preocupados esta situación”, añadió Rodríguez.
Sostuvo que la viceministro de Trabajo provincial (Nora Ramírez) está prácticamente consagrada a Naranpol mañana tarde y noche” y que "nunca nos tocó un caso de estas características”.
Así, Rodríguez apuntó a la inflexibilidad de la patronal para resolver el conflicto con sus trabajadores.
“El nivel de flexibilidad de los empresarios es meno cero”, aseguró el ministro.
Por último, señaló que el fallecido titular de Naranpol, Carlos Galán, “debe tener ganas de levantarse de la tumba y revisar lo que están haciendo sus hijos”.
En tanto, un grupo de trabajadores de la empresa productora de gaseosas interrumpió el tránsito este mediodía en el acceso al puente Rosario-Victoria en demanda de una solución al conflicto.
Los empresarios a cargo de la firma decidieron cerrar la fábrica el 1º de noviembre pasado, a pesar de que un grupo de trabajadores había aceptado una rebaja salarial para mantener el empleo, mientras otros obreros mantienen el reclamo.
