Ex senador peruano declaró la semana pasada en Perú ante el juez Norberto Oyarbide, que fue secuestrado y trasladado a la Argentina junto a otras doce personas. Jorge Rafael Videla habría aceptado recibirlos como prisioneros, a cambio de que la selección peruana pierda por más de cuatro tantos el encuentro frente a la Selección por las semifinales del mundial de 1978.
Por primera vez un testimonio de un sobreviviente del Plan Cóndor avala la teoría de que el resultado del partido por la semifinal del mundial 78, en el que Argentina goleó a Perú, seis a cero en el Gigante de Arroyito, fue un acuerdo entre las cúpulas militares de ambos países, para mejorar la imagen de la dictadura nacional.
El ex senador Genaro Ledesma Izquieta declaró ante el juez federal Norberto Oyarbide que en 1978, trece ciudadanos peruanos deportados de manera ilegal por la dictadura peruana tenían destino fatal en uno de los vuelos de la muerte
El derrotero ilegal de Izquieta, sumado a la presión internacional, habrían motivado un acuerdo para su expulsión de la Argentina, que tuvo como moneda de cambio el resultado de ese encuentro.
La declaración de Ledesma Izquieta se conoció luego de que Oyarbide acreditara que el secuestro y posterior traslado al Regimiento de Montaña Nº 20 de Jujuy de los ciudadanos peruanos, entre los que se encontraban dirigentes de izquierda, militares opositores al régimen y un periodista, fue parte del entramado del Plan Cóndor.
Hasta el momento, Perú no había sido considerado como uno de los países cuyas dictaduras colaboraban para el exterminio de opositores políticos.
En el dictamen firmado el primero de febrero donde se pide la captura internacional y la extradición de Francisco Morales Bermúdez, ex presidente de facto de Perú, el magistrado enmarcó este operativo como un delito de lesa humanidad, y convocó a indagatoria a Jorge Rafael Videla y a su ministro del Interior, Albano Harguindeguy, para el 22 y 23 de febrero.
“Al salir a Francia nos salvamos del lanzamiento que Morales Bermúdez y Videla habían acordado, que era el lanzamiento de una persona al mar desde un avión, por lo que no quedaba resto alguno. Ese sistema debía aplicarse con nosotros, lo que aprovechó Videla al aceptarnos como prisioneros de guerra con la condición de que Perú le permita el triunfo de Argentina en el campeonato mundial de fútbol, porque esto tenía importancia para Videla: necesitaban ese triunfo para limpiar la mala imagen de Argentina en el mundo”, declaró Ledesma Izquieta en el expediente judicial.
Capturados por ser activistas de la huelga general que puso en jaque a la dictadura peruana en mayo de 1978, fueron encadenados a un avión militar y bajo custodia, llevados a Jujuy sin ninguna documentación.
Allí se les exigió firmar un pedido de asilo político en el país, a lo que se negaron. Bajo coerción fueron trasladados a Buenos Aires y encerrados como prisioneros, en lugares donde habían pasado otros detenidos-desaparecidos, que coincidieron en testimonios brindados a la justicia.
“Nuestros familiares avisaron a las delegaciones de Derechos Humanos. Desde París hubo un emplazamiento al gobierno argentino para que nos dejen en libertad, a lo que el gobierno argentino se negó. Ante la insistencia de París, el gobierno de Videla aceptó ponernos en libertad a condiciones de que Francia compre nuestros pasajes”.
Antes de ser deportados, el consulado peruano les proveyó de pasaportes nuevos y confirmó que los documentos de su ingreso al país fueran falsificados.
Un resultado envuelto por la polémica
El 6-0 a Perú que dio a la Argentina el pase a la final del Mundial de Fútbol de 1978 estuvo siempre envuelto por la sospecha de un arreglo o apriete a los jugadores. El empréstito del Banco Central a la dictadura conducida por el general Francisco Morales Bermúdez y el envío de un cargamento de catorce mil toneladas de granos sólo en ese año, además del arreglo y/o apriete a los jugadores peruanos, fueron siempre un fantasma que nubló ese éxito deportivo.
El periodista Ricardo Gotta, en su libro Fuimos Campeones analiza con detenimiento todas las hipótesis que se tejieron.
El secuestro y traslado a la Argentina de distintos referentes de la izquierda peruana, un periodista y dos militares también, es revisado por Gotta, que agrega que “Paquito” Morales Bermúdez –hijo del dictador– estuvo en la Argentina acompañando a la selección de su país.
La causa judicial agrega una hasta ahora insospechada hipótesis que da cuenta de hasta qué punto las dictaduras latinoamericanas colaboraban en el marco del denominado Plan Cóndor. Incluso para asegurarse el pase a las finales de una Copa del Mundo.
Genaro Ledesma y Ricardo Letts –dos de los dirigentes secuestrados– anunciaron este domingo que se pondrán a disposición del Ministerio Público peruano para aportar mayor información en la investigación para que Morales Bermúdez sea detenido y juzgado.
Fuente: Tiempo Argentino