Los representantes de la Unasur cuestionaron este miércoles el informe con que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, abrió el encuentro de esa organización que debatirá la situación paraguaya tras el golpe parlamentario que depuso al presidente.

Insulza sostuvo en su presentación que la vida en Paraguay «transcurre con normalidad a pesar de que se mantiene una ruptura entre el actual gobierno y las fuerzas que apoyan a (Fernando) Lugo» y que el nuevo escenario no generó «ningún tipo de violencia ni confrontaciones de ninguna especie».

Asimismo, subrayó que el presidente depuesto no sufrió persecución política alguna a pesar de haber criticado de forma «profusa» a las actuales autoridades encabezadas por Federico Franco. Dichos que ya la semana pasada distintas organizaciones sociales y políticas paraguayas desmintieron al denunciar  en el Foro Social Paraguay Resiste la persecución de periodistas y empleados públicos por parte del gobierno de facto.

Tal vez haciendo oídos sordos de tales acusaciones, Insulza propuso simplemente enviar una «misión de acompañamiento» hasta las elecciones de abril de 2013 bajo el entendimiento que nadie las cuestiona. Lugo ya había anticipado que no iba a participar.

Los países de la Unasur en la OEA – Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela – no tardaron en arremeter contra el informe y expresar casi al unísono que éste no convalida el golpe de Estado de hace dos meses.

En tal sentido, el representante argentino rechazó los criterios expuestos por el titular de la OEA, de quien su par brasilero consideró que expresaban una postura personal y no la visión de quienes integran la organización.

En la misma sintonía, pero con un tono más duro, el diplomático venezolano manifestó que “el obispo presidente de Paraguay ha sido crucificado en el golpismo parlamentario». En tanto que el uruguayo recordó que durante el juicio político a Lugo no se respetó el debido proceso.

Por su parte, las delegaciones de Estados Unidos y Canadá rechazaron la posibilidad de sancionar a Paraguay por la ruptura del orden constitucional y junto con México apoyaron la moción de Insulza de enviar una misión de acompañamiento y seguimiento de cara al proceso eleccionario del próximo año.

Finalmente, y luego de más de tres horas de discusión, ninguna de las partes lograron su cometido: los países de la UNASUR y el Mercosur no obtuvieron de la OEA una declaración contundente contra el golpe parlamentario, como así tampoco las actuales autoridades paraguayas pudieron legitimar la administración de Franco.

Se resolvió, en consecuencia, labrar un acta que deje constancia de la posición de cada país sobre el tema convocante.

Fuente: Télam

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