El proyecto que propone bajar a 16 años la edad mínima para ejercer el derecho a votar suma adhesiones de distintos sectores sociales y políticos, incluidos aquellos que por lo general se oponen sin miramientos a todo lo que provenga del entorno K, como es el caso de Hermes Binner, quien no sin “peros” se expidió a favor de la iniciativa. “La participación de los jóvenes es buena”, dijo el ex gobernador.
También en parte al color de su origen, las críticas que suscita la idea se orientan más a especular sobre sus presuntos fines en lugar de buscar enriquecer el debate sobre los argumentos que la inspiran. En esta ocasión, el máximo referente del Frente Amplio Progresista (FAP) se mostró más propositivo.
«Hay que estudiarlo –dijo Binner en declaraciones a Radio La Red–. Nunca estamos en contra de la juventud. Yo me afilié a los 16 años al Partido Socialista. Tengo poco para opinar, porque siempre hemos estado a favor de la participación de los jóvenes», agregó, pero el ex mandatario provincial advirtió que «hay que ver la forma, puede ser escalonado, primero a nivel local, porque esto ayuda a comprender el proceso democrático», y no olvidó cuestionar al oficialismo: «Son temas que saltan al debate sin ninguna participación previa».
Evaluó que se podría usar la «consulta popular» para determinar si corresponde extender el derecho a sufragio y consideró que es positivo «que los jóvenes empiecen a ver que son parte de la solución de los problemas».
Además, propuso analizar «algunas experiencias» de otros países, como Austria, donde el derecho de sufragio se obtiene a los 16: «En Austria existe, y hay una muy baja participación de los jóvenes, pero no quiere decir que no se pueda utilizar de otra forma y en otros lugares», sostuvo.
La idea no le es ajena a Binner, desde su mismo espacio político, el diputado nacional del FAP, Claudio Lozano, ya había presentado un proyecto proponiendo lo mismo en 2010.
Y otro integrante del Frente que encabeza el santafesino, también se expresó a favor. El diputado socialista porteño, Roy Cortina, sostuvo que apoyaría el proyecto de ley, pero señaló que el debate «debería ir acompañado de una política integral para la juventud». «Estoy de acuerdo con la iniciativa. En principio, sin conocer demasiados detalles, estaría dispuesto a discutirlo y apoyarlo, siempre y cuando sea optativo», dijo a la agencia Télam este jueves.
Binner mencionó a Austria, pero son varios los países que estudian la posibilidad de bajar la edad para poder votar y varios los que ya lo hicieron. Esto varía según el país e incluso, varía dentro de un mismo país, como es el caso del estado norteamericano de Alabama, donde hasta un menor de 16 obtiene automáticamente el derecho a sufragio al casarse cuando en el resto de los estados la edad mínima para ejercer ese derecho es de 19.
En países tan disímiles como lo pueden ser el Reino Unido o Cuba, los votantes asumen la responsabilidad de elegir gobierno al cumplir los 16. Si se considera lo que sucede en Japón –votan sólo los mayores de 20– o en algunos países árabes y africanos (donde el derecho rige a partir de los 14) se puede establecer un promedio global que oscila entre los 16 y los 18.
Medio en contra
La visión que sobre el tema ofrecen los medios dominantes es previsible y se puede resumir en cómo Clarín encabezó uno de los artículos sobre el mismo: “El kirchnerismo avanza…”, arrancaba una nota publicada por el matutino este jueves, para luego enumerar una serie de destacadas oposiciones y poco relevantes apoyos a la iniciativa.
Refleja, por ejemplo, el rechazo que la idea inspira al rector del Colegio Nacional Buenos Aires, Gustavo Zorzoli –»Creo que, en general, los chicos de 16 años no están en condiciones de votar»–, pero nada sobre el abierto apoyo a la moción que expresó la Federación Universitaria de Buenos Aires (Fuba) en boca de su titular Igal Kejsefman: «Los adolescentes toman decisiones y tienen responsabilidades que antes no asumían: eligen dónde ir, cómo actuar tanto en situaciones en la calle o en ámbitos como los colegios en los que «discuten cómo resolver problemas».
También previsibles eran los rechazos del PRO –aunque un extraño Rodríguez Larreta señaló este viernes a Radio La Red que «no me parece mal que los jóvenes voten a los 16″–, del peronismo disidente, de De Narváez y demás yerbas, pero lo cierto es que el tratamiento del proyecto comenzará su trámite legislativo en el Senado, con su debate en comisión (posiblemente la semana próxima), y necesitará, para que se transforme en ley, con mayoría absoluta, es decir, por lo menos 129 votos positivos.
