La Comisión de Libertad de Expresión y Formación Profesional del Sindicato de Prensa Rosario (SPR) expresa, ante un nuevo 3 de Mayo, jornada Mundial de la Libertad de Prensa, que es importante reflexionar sobre la fecha ampliando el contenido del concepto al de libertad de expresión y de derecho a la información de toda la sociedad.
Además, propone tener en cuenta el íntimo vínculo que existe entre comunicación y derechos humanos. Esta jornada fue proclamada por la Conferencia General de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en 1993.
Mientras el país está en un momento de plena expresión democrática en cuanto a la manifestación del conjunto de ideas, principios y formas de ver la realidad, ese caudal de debate y posibilidad expresiva no se favorece desde los grandes medios de comunicación, y hasta se obtura con intencionalidad. Es aquí donde se evidencia que el concepto de libertad de prensa está asociado en profundidad al de la propiedad de empresas periodísticas. Entonces, las grandes constelaciones multimediáticas operan como intérpretes o socios del poder económico financiero concentrado y se exhiben como poderes en sí mismas para intervenir de manera activa en las disputas políticas, comerciales y en la formación del complejo proceso de la conciencia social.
Sin embargo, esa libertad de expresión que se conquistó en la vida de los argentinos no siempre se reproduce de la misma manera para los periodistas que trabajan en los distintos medios y soportes comunicacionales cuando se pone en tensión el pensamiento del periodista y el interés del medio.
Es por eso que desde el SPR se trabaja para fortalecer la organización sindical, en defensa de la labor periodística y por el respeto hacia la conciencia individual de cada integrante del gremio. De ahí que se apoyan los proyectos de ley sobre cláusula de conciencia que proponen enriquecer el Estatuto del Periodista Profesional, Ley 12.908.
El caso de la Argentina se asimila también a la realidad de los países latinoamericanos, en donde se repite con descaro -en procesos sociales y electorales diversos- el comportamiento de los medios de comunicación como verdaderos opositores políticos. Tal como ocurrió en Paraguay –con el golpe “constitucional” al ex presidente Fernando Lugo- y en Venezuela con la enfermedad del ex presidente Hugo Chávez y el posterior proceso electoral.
Una norma antimonopólica
La ley de medios audiovisuales es una ley modelo en la región que promueve el paradigma de la desconcentración de la propiedad de los medios para favorecer la libertad de expresión, a través de la inclusión de múltiples y diversas voces que se deben difundir en la radio y la televisión.
El fallo reciente de la Sala 1 de la Cámara Federal en lo Civil y Comercial que declara la inconstitucionalidad de algunos artículos de la ley de medios que cuestionó el grupo Clarín atenta abiertamente contra la desmonopolización y la generación de nuevos espacios: federales, sin fines de lucro, públicos, de pueblos originarios, universitarios, y de todos los sectores que tenían prohibida su participación por la derogada ley de la dictadura. Con esa sentencia judicial, se rompe totalmente con la coherencia y congruencia de la ley, y manifieste el poder que detentan los medios de comunicación concentrados, cuyo objetivo es imponer un pensamiento único y acrítico para favorecer sus propios intereses económico-políticos, con una sociedad dócil a sus negocios.
Por tanto, en el día de la libertad de prensa la defensa de la ley de servicios de comunicación audiovisual y su aplicación total e irrestricta es necesaria para el fortalecimiento democrático de nuestra sociedad y para romper con la lógica patronal que considera a la información como una mercancía.
*Comisión de Libertad de Expresión y Formación Profesional