La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, denunció en el marco de la 68 Asamblea General de la ONU, el plan de espionaje puesto en marcha en su país por EEUU y afirmó que «no se puede permitir que estas acciones reiteradas e ilegales tengan lugar como si fuera algo normal».

Rousseff, consideró como una «violación a la soberanía nacional» y “algo insostenible” el plan de espionaje mundial puesto en marcha por Estados Unidos, con la anuencia del mandatario Barack Obama.

Durante su participación en la 68 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la jefa de Estado precisó que es necesario un pronunciamiento de la comunidad internacional para rechazar lo que también calificó como un irrespeto a los derechos civiles de los brasileros.

“No se puede permitir que acciones reiteradas e ilegales tengan lugar como si fuera algo normal. Brasil redoblará sus esfuerzos para contar con leyes y mecanismos que nos protejan contra la intervención ilegal”, dijo Rousseff tras recordar que Estados Unidos “interceptó indiscriminadamente datos personales de ciudadanos, información de alto valor económico, incluso estratégico” de su Gobierno.

“Brasil fue objeto de actividades de espionajes”, sentenció la mandataria, quien destacó además que su país sabe cómo luchar contra el terrorismo y cómo defenderse de este flagelo por lo que no acepta los argumentos de las autoridades norteamericanas.

Señaló que en Brasil no se ha dado tregua a la lucha contra “la censura, el autoritarismo y no puedo sino defender de manera inquebrantable el derecho a la privacidad y la soberanía de mis país”, advirtió.

Dilma Rousseff llamó la atención de los países presentes en el foro de Nueva York y señaló que “si no existe el respeto a la soberanía no puede haber relaciones adecuadas entre las naciones”.

Alertó que hay que tomar medidas para evitar que “las tecnologías de información” se conviertan “en un nuevo campo de batallas” entre los Estados.

Reiteró que han pedido “explicaciones, disculpas y garantías” al Gobierno de Barack Obama por los conocidos casos de espionaje en Brasil y explicó que es “una falta de respeto a la soberanía nacional”.

“La soberanía de un país nunca puede garantizarse mediante la violación de los derechos humanos, civiles y fundamentales” de los ciudadanos de otros países, destacó.

Tras considerar que el espionaje en su país fue un “quebrantamiento al derecho internacional y una afrenta”, sentenció que lo ocurrido no puede justificarse en la lucha contra el terrorismo y aseveró que Brasil “sabe como protegerse, lucha contra los grupos terroristas y vive en paz” con sus países vecinos “hace más de 140 años”.

Si bien la jefa de Estado brasileña apuntó directamente a Estados Unidos en su discurso, no tardó en agregar que “el problema va más allá de una relación bilateral dado que afecta a la comunidad internacional y requiere de una respuesta” global.

En ese contexto, advirtió ante la Asamblea General que “llegó el momento para impedir que el ciberespacio sea usado como un arma de guerra” y convocó a las Naciones Unidas a asumir un “papel de vanguardia” en cuanto al control de las conductas de los países en estas áreas.

Dilma Rousseff agregó que Brasil va a generar las condiciones necesarias para evitar que el ciberespeacio “sea utilizado como arma de guerra”. En este contexto presentó diversas propuestas para regular el uso de internet sin afectar la privacidad de los usuarios.

Fuente: TeleSUR/ao – FC, Télam

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