Roberto Sukerman salió este martes a repeler las responsabilidades endilgadas al Concejo por parte de la intendenta para justificar una menor inversión en obra pública. “No hay que mentirle a los rosarinos”, dijo el edil.
“Hay que ser inteligentes a la hora de generar recursos y no caer siempre en el bolsillo de los usuarios”, señaló Sukerman, para quien el impacto de la TGI en el presupuesto rosarino «es mínimo».
La excusa a la cual había echado mano Mónica Fein para advertir una menor inversión en obras se basó en la revisión del revalúo para este año rechazado por el Concejo.
Fein dijo que el aumento del 19,5 por ciento de la TGI que sí superó el debate en el Palacio Vasallo, ni siquiera alcanzaba para cubrir los gastos mínimos de barrido y limpieza y, mucho menos, para obra pública.
“No hay que mentirle a los rosarinos”, dijo Sukerman este martes en declaraciones a Radio 2, y precisó que la mitad de los recursos de la Municipalidad provienen de la provincia, que el 40 por ciento de la otra mitad viene de lo que se recauda por el Derecho de Registro e Inspección (Drei) y el 10 por ciento restante, de la TGI.
Por ese motivo, incrementar el valor fiscal no hubiera significado un cambio sustantivo en materia de obra pública. Mucho menos, cuando tal inversión supone “200 millones de pesos de un presupuesto de cinco mil millones”, concluyó.
