Foto: mirror.co.uk
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El argentino Marcos Chino Maidana buscará este sábado entrar en la historia grande del boxeo y vencer al invicto y superfavorito estadounidense Floyd Mayweather, en la pelea unificatoria por los títulos welter AMB y CMB. Será transmitida por la TV Pública y la señal de cable Space desde las 22.

Primero Maravilla Martínez y ahora el Chino Maidana le devolvieron a los argentinos la pasión por el boxeo, perdida desde los tiempos de los legendarios Carlos Monzón y Nicolino Locche. La cita está pautada en el MGM Grand de Las Vegas para unos pocos afortunados, y frente al televisor con amigos, con la familia para el resto. O solo, como vivirá esa tan esperada velada Omar Sapienza, periodista de Radio Nacional, comentarista de fútbol y apasionado del boxeo.

“Esta noche me voy a sentar solo en la cocina o en el living, con poco en el estómago porque me hace mal, con el celular apagado y mi cuaderno de apuntes para no perderme ningún detalle”, cuenta Sapienza en referencia a la pelea en la que el santafesino Marcos Maidana buscará arrebatarle el título mundial a Floyd Mayweather Jr.

El recordado combate entre Sergio Martínez y el mexicano Julio César Chávez Jr. marcó un antes y un después en la visión de este deporte en nuestro país. Aquel triunfo de Maravilla podría considerarse como el puntapié inicial para reponer la estrecha relación que tuvieron otrora, la sociedad argentina y el boxeo.

“Sin dudas que lo que ocurre hoy se puede comparar en gran parte con lo que pasaba en aquellos tiempos, con la diferencia que antes había mayor cantidad y más calidad en los boxeadores”, opina.

A la hora de encontrar explicaciones al largo período que separó la época dorada a la actualidad, enumera: “Muchos periodistas fueron denostando al boxeo, diciendo que no era un deporte; además por el alto costo de mantener un gimnasio de gran nivel, y se fueron muriendo los grandes maestros”. Tampoco se olvidó del cierre del emblemático Luna Park: “Era la catedral del boxeo, y cuando cerró, fue desapareciendo con él el entusiasmo”.

“El impulso de Maravilla Martínez fue bárbaro porque a partir de su pelea con Chávez comenzaron a abrirse muchos gimnasios”, afirma el experimentado periodista, quien resaltó el impulso “que el gobierno nacional le da al boxeo amateur” y por sobre todo destacó “que se a vuelto a traer entrenadores cubanos, que fueron los que enseñaron en aquella época de gloria”.

Pronóstico

“Tengo dos pronósticos. Uno es el que me dicta el corazón y el que quisiera que se imponga, que es el triunfo de Maidana; pero Mayweather está varios escalones arriba de todos en este momento”. De todos modos, se guardó un lugarcito esperanzador en su alma. “El norteamericano es el favorito, pero mirá si aparece ese golpe de nocaut del Chino”, sonríe.
En cuanto a las cualidades de ambos pugilistas, Omar sostuvo que “Maidana tiene un golpe duro, es un típico noqueador. Es tan fuerte la izquierda cuando te busca el hígado, como la derecha cuando te busca el mentón. Sin embargo, el estilo de Mayweather es muy distinto, es un esgrimista, te saca golpes de lugares imposibles, de cualquier ángulo.

Recuerdos

Dentro de su gran memoria sacó un recuerdo “inolvidable” y que por temor a que los años le quiten ese gran don que posee, lo tiene anotado en su cuaderno. “Mirá, lee ahí –dice indicando con el dedo índice uno de los renglones de las últimas páginas- y emocionado, rememora: “Una noche en Sportivo América peleaba un salteño, que tenía como entrenador a Cirilo Gil, que cuando lo nombró el anunciador –relata ya entre lágrimas- se venía el estadio abajo, recibió una ovación tan grande y sostenida. Como éramos chicos no sabíamos bien quien era y ahí nos dijeron que había sido uno de los mejores de la historia”.

“Ese reconocimiento fue solamente comparado con el que se hizo cuando vino Tito Lectoure”, afirma. “Era el dueño del Luna Park, el que cobijaba a todos los boxeadores y gracias a su impulso es que aparecieron los mejores”.

El mejor

“Cassius Clay”, responde Omar sin dudar un segundo. “Lo que más reconozco fue que pesaba 100 kilos y así se movía, tiraba golpe y aguantaba los doce round”, subraya.

La anécdota. “Una vez vino a la radio a verme el Zorro Pereyra (ex entrenador) y me dijo que tenía para entrevistar a un norteamericano excepcional que cuando se lo propusiera iba a ser campeón del mundo”, comenta Sapienza y recuerda la sorpresa que le causó aquella vez. “Con el idioma se manejaba bastante bien porque estaba en Argentina de novio con una salteña. Y a todos los lugares que lo llevaban a pelear, ganaba”.

El personaje desconocido de esa época era Vernon Phillips, que “se volvió a Estados Unidos y a los dos años fue campeón mundial”.

Artículo publicado en la edición 139 de el eslabón.

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