Con la frente en alto

Argentina cayó 1 a 0 ante Alemania en suplementario y quedó en las puertas de la gloria. La albiceleste contó con varias posibilidades de ponerse arriba pero en el final apareció Götze para darle el triunfo a los teutones.

El título estuvo muy cerca. El seleccionado argentino mostró un gran desempeño durante los 120’, pero la alegría fue para los europeos que se impusieron con un tanto de Mario Götze a siete minutos del final. El sueño argento levantando la Copa en el Maracaná no pudo ser.

Durante el desarrollo del partido, el combinado nacional gozó de las mejores oportunidades. Un regalo de la defensa alemana dejó en soledad a Gonzalo Higuaín, que no pudo rematar con precisión. Minutos después la tuvo Lionel Messi, que arrastró jugadores por la línea de fondo, pero le faltó el último suspiro para empujar la pelota adentro del arco.

Alejandro Sabella utilizó el mismo equipo y esquema (4-4-2) que frente a los holandeses, con las líneas bien pegadas para cubrir los espacios en defensa, con presión en la mitad de la cancha para no dejar pensar al rival, y con sus volantes externos y delanteros atentos para salir rápido de contraataque.

La defensa lució sólida, más allá de las tres chances que tuvo el equipo de Joachim Löw en el último cuarto de hora de la primera etapa, con dos remates Andre Schurrle y Toni Kroos, que contuvo Sergio Romero y un cabezazo de Benedickt Höwedes que dio en el palo izquierdo, justo antes de que ambos equipos se metieran el vestuario en el entretiempo.

El mediocampo luchó cada pelota como si fuera la última y nunca perdió el orden táctico, con Ezequiel Lavezzi por derecha, Lucas Biglia y Javier Mascherano, en el doble cinco, y Enzo Pérez por izquierda. Con este sistema, apostó a los arranques de Messi, que por derecha ganó cada vez que encaró.

Alemania, lejos de moverse con la soltura que se lo vio en la goleada ante Brasil, le costó vulnerar el sistema defensivo planteado por Sabella, y el partido le resultó muy incómodo, a pesar de los jugadores de buen pie con los que cuentan en el plantel. También mostró debilidad en el retroceso, cada vez que Argentina lo atacó.

En el complemento, Pachorra mandó a la cancha a Sergio Agüero en lugar del Pocho Lavezzi, de buen partido, para darle más apoyo en el ataque al carck del Barcelona. Fue justamente Messi quien tuvo la primera en el inicio del segundo tiempo, pero su remate pasó apenas desviado.

Luego, llegó el grosero error del árbitro italiano Nicola Rizzoli, que no sólo no marcó el claro penal que el arquero Manuel Neuer le cometió al Pipita, sino que dio falta en contra de Argentina. Esta no fue la única falla, porque después debió expulsar a Höwedes, por una dura falta sobre Pablo Zabaleta.

Cuando el cotejo entraba en la recta final, el entrenador mandó a la cancha a Rodrigo Palacio (por Higuaín), que al igual que en la semifinal frente a Holanda, ya en tiempo suplementario, desaprovechó la posibilidad de aventajar a su equipo. Antes, un remate de Schürrle encontró bien parado a Chiquito Romero.

Todos los caminos conducían a los penales, hasta que a los 113’, Götze bajó la pelota con el pecho dentro del área y definió con clase a la izquierda de Romero para decretar el 1-0 final.

La Selección dejó todo y estuvo cerca de levantar la Copa. El aspecto físico jugó a favor de Alemania, que contó con un día más de descanso. Argentina muere de pie, con la frente en alta, después de realizar una gran mundial que mereció coronar con el título.