Una nueva puerta se abre para el arte local. Foto: Javier García Alfaro
Una nueva puerta se abre para el arte local. | Foto: Javier García Alfaro

Emprendedores locales reabrieron la sala de Mitre al 600 como espacio artístico. Además de espectáculos nocturnos, el lugar ofrecerá talleres y propuestas gastronómicas durante todo el día y hasta se podrá comprar en el viejo kiosquito del ex cine.

Ante la necesidad de nuevos espacios culturales en la ciudad, que se suman al debate sobre las reales condiciones laborales de los artistas; un grupo asociado de músicos, fotógrafos y escenógrafos, subió la persiana y presentó en sociedad el Gran Atlas Complejo Cultural, un espacio múltiple emplazado en la ex sala de cine que hoy se plantea como un proyecto “por y para los artistas”.

Este periódico entrevistó a Lucio Araujo, uno de sus impulsores, en medio del bullicio que se generó en la inauguración del pasado miércoles, a modo de lanzamiento.

Lucio, que trabajó como escenógrafo y en el mundo del maquillaje artístico, aseguró que para el grupo el emprendimiento fue “embarcarse en una aventura”. Y anticipó que habrá shows musicales de danza y de teatro; durante el día se realizarán talleres y se ofrecerán desde la mañana menúes gastronómicos. Los domingos, además, tienen previsto armar una serie de espectáculos dedicados a los chicos.

Meses atrás, el grupo tenía en vista un lugar que más tarde se frustró; es por esto que Araujo encontró la sala del ex Cine Atlas de pura casualidad una noche, cuando paró frente a la reja del edificio de Mitre 643 y descubrió que el local del otrora espacio cinematográfico estaba en alquiler.

Años después de que las imágenes y la ilusión en movimiento se esfumaran, en ese recinto funcionó también un salón de belleza; en 2004 la sala de proyecciones se incendió pero a pesar de las altas llamaradas el edificio se mantuvo en buen estado, lo que facilitó su puesta a punto.

La obra que realizó este grupo de seis personas para readaptar el ex Cine Atlas fue “titánica”, según contó Lucio: “Hubo que nivelar el piso de la sala ya que, lógicamente, estaba en pendiente”, afirmó el escenógrafo, ahora encargado general de las actividades, y agregó: “El lugar es muy largo, así que tuvimos que transitarlo mucho con baldes y carretillas, pero de ahí en más fue todo tomando forma y color”.

Gente del palo

El trabajo lo han decidido dividir en áreas, junto al resto de la sociedad que integran Orlando “El Oso” Palacios, de Perro e’ Sulky, y su hermano Juan; los fotógrafos Bauti Torres y Martín Conti; y el diseñador Leandro García. “Es un proyecto de gente del ‘palo’ que data de muchos años y que se venía postergando por cuestiones económicas y políticas”, dijo Lucio. El joven emprendedor, por otra parte, destacó “el envión” que le propinaron al proyecto Horacio Ríos y Luis Alfonso, de la Secretaría de Cultura de Rosario.

Este apoyo les permitió trabajar un poco más tranquilos luego del antecedente de 2008, que tuvo al Oso Palacios y otros músicos como protagonistas. Aquella vez impulsaron la apertura de un complejo similar en calle Tucumán al 2300. A pesar de hacer los trámites pertinentes en el municipio y de realizar una costosa inversión estructural, el espacio nunca abrió sus puertas, aparentemente, por un amparo que presentó una congregación religiosa del barrio.

Abriendo las puertas

En la inauguración que se oficializó la semana pasada y se extendió durante el sábado y el domingo, el Gran Atlas Complejo Cultural, se presentó colorido, con un hall con barra y un sector acondicionado a modo de sector de exposiciones .

En la ex sala, donde ahora se montó un gran escenario para shows, tocó el grupo Versiones de Versiones, que suele presentarse en los azulejos de la peatonal Córdoba, y estuvieron presentes Coki, Popono y Los Vudú para hacer el “aguante”, y no faltaron tampoco ni Chamán Chamanik, ni Alegre no Tanto, además de numerosos artistas y comunicadores locales.

El “Vip”, emplazado en la vieja sala desde la que disparaba sus luces el gran proyector, fue libre y para todos, por lo menos de arranque.

Al oeste del inmueble, un entrepiso de madera con barra destinado a eventos más íntimos, fue soporte de la música de Eduardo Vignoli (Una Cimarrona – En Orsai). El músico improvisó bases de percusión con el Ableton Live, un secuenciador  de audio,  que ejecutó desde su computadora y al que acompañó con teclados y trompeta.

Sólo en Cines

El viejo Atlas se inauguró un 15 de marzo de 1991, en el edificio de Mitre 643, a contramano de la tendencia imperante en la época. En Rosario, durante el final de la década del ochenta, las salas barriales fueron desapareciendo y las del centro fueron mutando hacia los grandes centros comerciales, pero el Atlas se erigió en ese lugar hasta el fin de siglo pasado. La primera película que proyectó fue Mi Pobre Angelito (Home Alone o Solo en casa). La historia, protagonizada por Macaulay Culkin, abordaba el derrotero de un travieso niño que era olvidado por su numerosa familia en el viaje de vacaciones.

El Gran Atlas Complejo Cultural retoma el soporte audiovisual, entre otras tantas expresiones, y comenzó su primera semana con películas de cine argento: Soy tu Aventura y Pájaros Volando (de Capusotto y Montalbano); y más adelante se abrirá el abanico de títulos y actividades que, según sus promotores, generará veinte nuevos puestos de trabajo en la ciudad.

Artículo publicado en la edición 160 del periódico El Eslabón.

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