La consigna “Ni una menos” que convocó a impactantes movilizaciones en todo el país contra el femicidio y la violencia de género puede pensarse como de carácter universalista: ¿Quién podría estar en contra de ese planteo, a excepción de los golpeadores y violentos? Pero no, hay otra excepción: la Red Federal de Familias, una ONG de profunda raigambre católica y contraria a las prácticas abortivas de cualquier tipo, manifestó su oposición a la marcha que congregó a millares. “Enfocar el reclamo contra la violencia sólo en las mujeres constituye un acto de injustificada discriminación”, dijeron desde la RFF a través de un comunicado, en el que denunciaron que el acto estuvo “inspirado en la ideología de género, eje vertebral de la cultura de la muerte, sustentada por el feminismo radicalizado, como una avanzada más en el camino de la implementación del programa de descomposición social y destrucción de la familia”.

Como no todo es queja y oposición en la ONG, el documento difundido el mismo 3 de junio también muestra su costado propositivo: “Convocamos a todos los habitantes de nuestra Patria a reunirse y movilizarse en defensa de la familia rectamente fundada y orientada con lucidez y valor a la formación de hombres y mujeres virtuosos para encarar la restauración de las instituciones y costumbres que constituyen nuestro más rico acervo nacional”.

La Red Federal de Familias es una ONG antiabortista que realiza encuentros y congresos en distintos puntos del país. De indisimulable orientación católica, la organización se declara de todos modos aconfesional. En Rosario, uno de sus integrantes más conocidos es el abogado Nicolás Mayoraz, referente también de la organización no gubernamental Rosario Te Quiero Pro Vida, quien en 2011 fue candidato a concejal junto al ex presidente del Colegio de Abogados de Rosario, Arturo Araujo, postulante a intendente.

Esta última ONG adoptó una posición más moderada, al adherir a la movilización pero sumarle, además, su planteo contra el aborto. Dice su comunicado: “Rosario Te Quiero Pro Vida, una ONG que defiende la vida a ultranza, adhiere e invita a participar de esta manifestación a fin de concientizar a los ciudadanos acerca de la gravedad de la violencia contra la mujer y reafirma su postura de defender la vida en todas sus etapas; por eso al reclamo de Ni una menos le añade Ni un bebé menos”.

Cultores de un modelo de vida preconciliar, desde RFF conciben a la familia como la unión de “un hombre” y “una mujer” y se oponen, obviamente, al matrimonio entre personas del mismo sexo.

En el documento que expone su oposición a la movilización “Ni una menos”, la Red sostiene: “Advertimos a la población que dicha marcha está inspirada en el feminismo radical y en la ideología de género y apunta a provocar una división más en el pueblo argentino y en la célula constitutiva de su ser como nación que es la familia, fundada en la unión de un hombre y una mujer y abierta a la generación de la vida”.

En el primer punto del documento, la Red Federal de Familias aclara que “condena todo tipo de violencia injusta” independientemente de quién la cause y quién sea la víctima. Pero señalan que las mujeres no son el único objeto de trato violento sino que esas situaciones “son padecidas en similar gravedad y número por distintos sectores de la sociedad también necesitados de protección”, y ejemplifican con los casos de niños y ancianos.

Ese razonamiento lleva a la ONG a plantear que “enfocar el reclamo contra la violencia sólo en las mujeres constituye un acto de injustificada discriminación”, motivo por el cual no adhirieron a la consigna “Ni una menos”.

También advirtieron a sus seguidores, y a quien quisiera oírlos, que la movilización del miércoles pasado tenía un objetivo oculto, destinado a engañar a los ingenuos que se conmiseran por la violencia sexista.

Dijeron: “Especialmente llamamos la atención de que la intención encubierta en la convocatoria de marras es la despenalización y legalización del aborto, práctica deleznable, groseramente violenta y abiertamente contraria a la integridad física y psíquica de las mujeres”.

Tras quitarle la venda de los ojos a los/las incaut@s que podrían ser engañados por la abarcadora consigna de rechazo a la violencia contra las mujeres, la Red Federal de Familias considera “parcial” dicha manifestación ya que violencia hay por todas partes, y sin ir más lejos puede observarse en el “comercio de niños (varones y mujeres), el trabajo esclavo, la falta de escuelas y hospitales dignos” y la pobreza extrema. Con todos esos dramas que asuelan la Tierra, qué razón existe para focalizar las luchas populares en la muerte de mujeres a manos de varones.

Señala el documento que esos planteos no son otra cosa que parte del “programa de descomposición social y destrucción de la familia” ideado por seres innominados: “Que, en tales condiciones, convocar a una demanda parcializada, frente a una tan generalizada situación de injusticia y violencia constituye no sólo un acto de discriminación indebido sino el planteo dialéctico de una oposición entre el varón y la mujer, inspirado en la ideología de género, eje vertebral de la cultura de la muerte, sustentada por el feminismo radicalizado, como una avanzada más en el camino de la implementación del programa de descomposición social y destrucción de la familia”.

Fuente: El Eslabón

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