
Sobreviviente de una generación de estudiantes del Colegio Don Bosco de San Nicolás que sufrieron la persecución, el secuestro, los tormentos y el encierro durante la dictadura por abrazar la lucha en pos de una sociedad con justicia social; testigo de numerosas causas vinculadas al terrorismo de Estado de la región y referente de la también nicoleña Mesa de la Memoria por la Justicia, José María Budassi es una de las voces más autorizadas para evaluar lo que dejó la sentencia del juicio Saint Amant II, en el que se ventiló su caso junto al de más de ochenta víctimas del terrorismo de Estado oriundas del norte bonaerense, catorce de las cuales permanecen desaparecidas. “A pesar de que este jueves fue un día gris y destemplado, sobre el final de la jornada salió el sol y un poco así fue lo que sentimos al escuchar el veredicto”, ilustró Budassi.
“Fue un juicio complejo en términos penales, de calificación de los hechos y de las penas”, analizó el integrante de la Mesa de la Memoria nicoleña en diálogo con este medio, tras escuchar el jueves pasado el veredicto por el cual el Tribunal Oral Federal (TOF) N°1 de Rosario dictó cuatro cadenas perpetuas y penas de entre 20 y 3 años de prisión para el resto de los imputados de diversos delitos de lesa humanidad cometidos en San Nicolás, Pergamino, Baradero y San Pedro, jurisdicción del Área 132 del Ejército. “Hubo un espectro de penas muy variadas, desde privación ilegal de la libertad, tormentos, desaparición forzada, hasta el robo o la falsificación ideológica, un abanico muy amplio de delitos”, amplió el querellante.
Budassi informó que “las penas máximas que se pidieron para los que tenían mayor responsabilidad y estaban más probados sus hechos, se dieron absolutamente”, y evaluó como positivo que “de los 13 imputados haya habido cuatro condenas a cadena perpetua”. “Dos de esos imputados ya tenían sentencias idénticas en otro juicio, tales los casos de Saint Amant y Bossié”, recordó.
“Después –añadió el ex preso político–, el resto de las penas fueron graduadas e incluso hubo una absolución, que fue un gran desencanto sobre todo para los compañeros de Pergamino, porque se trataba de un subcomisario de esa ciudad y por hechos ocurridos ahí”. En ese sentido, Budassi adelantó que “tanto los fiscales, como nuestros abogados querellantes, apelarán esa decisión que no compartimos”.
En tren de análisis fino de la sentencia, Budassi indicó que “hubo un tercer pelotón de penas menores, pero que estaban acordes a la calidad del delito, porque eran casos de falsedad ideológica, que en este caso el tribunal dio casi la mínima: tres años y tres años y medio”. Aunque también remarcó: “Pero el balance general es positivo, se lograron condenas, se logró demostrar el funcionamiento del circuito represivo del Área Militar 132 y esto va a hacer doctrina en los futuros juicios que aún quedan por delante”.
El sobreviviente de la dictadura destacó, entre otras, dos cuestiones que dejó este juicio. Una de ellas fue “lo ocurrido en el caso de una de las víctimas, el ex policía Luis Ceccon, de Pergamino, que fue desaparecido y que hace unos años el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó”. Sobre el caso Ceccon, el tribunal resolvió como medida reparatoria que se haga figurar en su legajo su condición de desaparecido, porque hasta ahora estaba registrado como si hubiera abandonado el trabajo.
También se hizo algo similar con el caso de Gerardo Cámpora, “un compañero nuestro del Colegio Don Bosco de San Nicolás, que estaba haciendo el servicio militar y fue secuestrado y figuró desde ese entonces como desertor”, precisó Budassi. “Lamentablemente, uno de los imputados más directos, el comodoro (Juan Antonio) Benvenuto, falleció, pero Saint Amant y (Edgardo) Mastandrea –ex asesor de Seguridad de Elisa Carrio‒, que eran los dos que se logró que llegaran hasta el banquillo de los acusados, fueron condenados”, resaltó.
Para el referente de derechos humanos de San Nicolás, el juicio Saint Amant II dejó varias “cosas positivas”. “Nos permitió a la Mesa de la Memoria de San Nicolás –reconoció el testigo–, que veníamos con un trabajo más estrecho con el Espacio Juicio y Castigo Rosario y la agrupación Hijos, extender nuestras relaciones con los espacios de militancia de las localidades vecinas, que a su vez nos posibilitó a lo largo del juicio constituir un Encuentro regional que se reunió periódicamente para ir evaluando el proceso e ir acompañando, haciendo que se visibilice en cada una de las ciudades”.
Cuando todavía no terminaron de festejar la reciente sentencia, la que legítimamente reconocen como un logro colectivo, por todo el trabajo previo y durante el juicio, los integrantes de la Mesa de la Memoria de San Nicolás, junto al Encuentro regional por los derechos humanos, ya tienen en mente los próximos pasos a seguir. “Venimos planificando cómo sigue esta lucha, sobre todo trazando las estrategias para lograr que se eleven a juicio oral las importantes causas que quedan pendientes aún, entre las que se destaca la del Obispo Ponce de León”, concluyó Budassi.