El presidente de la UCR santafesina defendió su explícito apoyo a Mauricio Macri de cara a las elecciones presidenciales y relativizó las críticas que le profirieron desde su propio espacio en la provincia.
“No sé porque se armó tanto revuelo, hice lo que tenía que hacer, lo que establece la conducta política, lo que hago es quedarme en el lugar donde me comprometí a estar a raíz de la división de mi partido”, dijo a el eslabón el presidente de la UCR santafesina, Mario Barletta. Diputado nacional por el FPCyS y ex precandidato a gobernador en las PASO que ganó Miguel Lifschitz, hizo olas cuando declaró sin vueltas que en octubre votará a Mauricio Macri, con quien comparte Cambiemos.
“No se partió la UCR, para nada, Cambiemos va como Frente en todo el país y no hay escisión de sectores del radicalismo, la única que tiene complejidad es Santa Fe, que tiene legisladores del FPCyS”, analizó Barletta. Y dijo que el centenario partido que integra está pasando un momento de transición en esta provincia donde hay tres sectores definidos. A saber: Movimiento de Acción Radical (Mar), con Santiago Mascheroni y Julián Galdeano; Nuevo Espacio Organizado (NEO), con Maximiliano Pullaro, Felipe Michlig y Orfilio Marcón; y otro sector, Grupo Universidad o La Capital (por el Departamento) del que participan los concejales de Rosario, María Eugenia Schmuck, Sebastián Chale y Barletta.
“Son tres grupos de afinidades pero que tenemos que entrar en un proceso en el cual vayamos recuperando la fortaleza que nos da nuestro despliegue territorial que al final desperdiciamos, tenemos que recuperar cohesión y fuerza”, comentó. Y dijo que si bien la situación nacional genera debate, encuentra a los tres sectores más unidos.
Según el diputado nacional, el cimbronazo de los muchachos de las boinas blancas no escapa a un marco general: “La política está viviendo una crisis, estamos en un tobogán, donde al radicalismo le cuesta muchísimo recuperar lo que supo ser después de la brutal crisis del 2001”. El torbellino centrífugo que casi los desdibuja, incluyó perder Rosario (Horacio Usandizaga) y Capital Federal.
“Confío en el radicalismo y en las generaciones que vienen, que observan lo que está pasando, que un día uno está en un partido y después se va a otro. Se perdió la esencia de la institución partidaria, hoy son más individualidades, hoy no hay democracia de partidos, sino de candidatos”, acuñó el legislador, además ingeniero en Recursos Hídricos y que hasta el 2007 fue Rector de la Universidad Nacional del Litoral, fecha en la que comienza su historial político.
—Pero esas no son justamente las críticas después de la Convención que dividió a la UCR que no tendrá su símbolo en los votos?
—No está porque perdimos. El problema no es que está o no, sino que sacamos un porcentaje muy bajo de adhesión de la gente y lo que tiene que hacer la UCR es volver a conquistar a la ciudadanía. Ser un espacio que puede gobernar, con principios y programas. Necesita recuperarse como partido, los Frentes son circunstanciales.
—¿Pateó un panal de avispa al cantar el voto?
—Me sorprendió que haya llamado tanto la atención, yo siempre señalé que me gustara más o menos, como soy parte de la conducción de la UCR, tengo que ser respetuoso de lo que decide la mayoría, aunque no era exactamente lo que hubiese preferido (Convención de Gualeguaychú, cuando el radicalismo optó por internas con Macri). A partir de ahí me comprometí y trabajé por Ernesto Sanz. Perdimos, ahora hay que acompañar al que ganó.
Es lo mismo que hice en la provincia cuando perdí con Miguel Lifschitz, muchos sospechaban que yo no iba a estar, pero lo apoyé y este apoyo decidió su triunfo. Uno tiene que cumplir con las reglas del juego y la palabra empeñada. No se puede mandar a mudar porque perdió.
—Usted dijo que hubiera querido otras cosas en Gualeguaychú. ¿Qué hubiera preferido?
—Hubiese hecho un esfuerzo más para que antes de llamar a la Convención y tener que decidir sí o sí, para generar una mayor integración. Sé que era muy difícil pero me hubiese gustado que tanto el Socialismo, Margarita Stolbizer, se sumen con la Coalición Cívica, con el radicalismo y con el PRO. Eso hubiese sido mi deseo. Hubiese preferido una suerte de UNEN con la incorporación del PRO, eso hubiese sido una fuerza muy potente más allá de las diferencias.
Con Sergio Massa tenía mis serias dudas, porque él no deja de ser una expresión que va de un lado para el otro, en el menemismo, menemista, en kirchnerismo, kirchnerista. Ojo, con él tengo muy buena relación y lo respeto mucho, pero lo pongo en el lugar de duda.
Hubiese preferido una suerte de UNEN con la incorporación del PRO, eso hubiese sido una fuerza muy potente porque la gravedad de la continuidad del kirchnerismo, nos tiene que hacer reflexionar y las diferencias que podamos tener, dialogar y encontrar acuerdos.
—¿De qué tipo son esas diferencias?
—Está muy instalado esto de que el PRO tiene una inclinación más liberal o de derecha y que por el otro lado el Socialismo, el radicalismo y el GEN, son progresistas. La verdad que en la práctica, y si uno mira las políticas que se llevaron adelante en Capital Federal no sé cual es más de derecha o de izquierda. El problema no es ese, lo importante es no permitir que siga el kirchnerismo que ya fue por la Justicia para tener impunidad, se han llevado cantidad de dinero público para su propio patrimonio, la corrupción alcanzó límites nunca vistos, no respetan los organismos de control, no hay Defensor del Pueblo, una cosa vergonzosa. No quiero que sigan estas cosas, por eso, si tengo que hacer un esfuerzo y reunirme con otras fuerzas políticas aunque no tengamos coincidencias, las buscaremos.
—Si las críticas van desde la ética, hay que apuntar que Mauricio Macri tiene un procesamiento.
—Si tiene un procesamiento muy dudoso con eso de las espías. Pero ¿cuántos hechos de corrupción le imputaron a Macri? ¿Cuántos Jaime (Ricardo), De Vido (Julio), Boudou (Amado)? No es lo mismo, no se puede hacer una comparación.
—¿Cómo analiza las estrategias de Jaime Durán Barba al que le atribuyen campañas non santas?
—Es un hombre que no tiene una visión integral del país, no entiende al interior, ha sido una herramienta política positiva para el PRO, en cuanto a la construcción al poder en Capital Federal, me parece que si lo sacás de la General Paz, empieza a patinar. En general, el PRO tiene una mirada muy capitalina, muy centralista, es un partido que nació ahí y su condición territorial es muy baja. Recién empiezan a aparecer un Baldassi (Héctor) diputado por Córdoba.
—¿La falta de base territorial del PRO la cubriría la estructura nacional de la UCR?
—Por supuesto. El PRO no puede gobernar el país sin hombres y mujeres del interior. Nosotros vamos a tener más diputados que ellos, que no tienen gobernadores. El radicalismo sigue teniendo muchas intendencias. Nos complementaríamos, y sería más si se hubiese jugado una instancia más antes de Entre Ríos. Creo mucho en el diálogo, dejar los intereses de costado y a veces tomar medidas difíciles de explicar a la gente, como en estos días decir por qué hay que votar a Macri para recuperar la República y terminar con la impunidad.
—La boleta corta de Santa Fe como la frazada del dicho, no alcanzó para los pies ni la cabeza.
—De algunos errores hay que aprender (risas).
Entrevista publicada en la edición 209 del periódico el eslabón