Joaquín Sorianello es un desarrollador de software argentino que el pasado 25 de junio, diez días antes de la primeras elecciones con voto electrónico en la Ciudad de Buenos Aires, reportó a la empresa Magic Software Argentina (MSA) problemas de seguridad en sus servidores de operaciones y que, como respuesta, a dos días del comicio recibió la “visita” del equipo de delitos informáticos de la Policía Metropolitana que llegó a su casa a realizar un allanamiento, ordenado por la jueza Luisa María Escrich. “Se llevaron computadoras y equipos que utilizo para realizar mi trabajo. Desde entonces me encuentro procesado por Daño Informático”, explica en su blog a quienes le quieran dar una mano para el juicio.
―¿Qué fue lo que hiciste con relación al voto electrónico en Ciudad de Buenos Aires para que termines procesado por Daño Informático?
―La causa se inició por daño informático. Cuando yo les avisé a MSA que tenían una vulnerabilidad, que había gente que les estaba rompiendo el server, ellos apagaron el servidor de operaciones que iban a usar para toda la parte de asistencia a los técnicos de las escuelas. En ese momento lo que vieron es que habían tenido «accesos ilegítimos», que son delitos penales que corresponden a la Justicia Federal, pero la denuncia no se hizo por «acceso ilegítimo» sino por daño informático, y esto lo hicieron así porque ese delito es competencia de la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. En la denuncia hablan de que no pueden suspender las elecciones. Pero lo que correspondía era que si tuvieron un acceso ilegítimo era que lo investigue la Justicia Federal, pero en vez de eso ahora está escaneando los discos míos para ver si yo les robé información cosa que no es cierta. Mi intención simplemente fue preocuparme por la seguridad del voto y encontré una vulnerabilidad, y siendo opositor a este sistema tuve la buena leche de avisarles el problema.
―¿Qué opinión tenés frente al debate sobre el voto electrónico?
―Es un tema que está siendo muy difícil de instalar. Acá lo metieron a la fuerza, sin que haya un debate público y que la ciudadanía pueda estar realmente informada de los riesgos que tiene utilizar tecnología digital. No hay que perder de vista lo que ocurrió con los casos de (Edward) Snowden y (Julian) Assange o el más reciente de la Volkswagen. Los sistemas de voto electrónico también son vulnerables y si alguien cree que no los tiene es que todavía no los encontraste. El problema es tratar de resolver con tecnología problemas que son políticos. Puede servir para algunas cosas, para algunos procesos. El problema de la vigilancia es un gran problema, ya es muy difícil ser anónimo en internet. La población está siendo muy controlada, muchas veces por servicios gratuitos que te dan ese servicio a cambio de tu privacidad. Después de que allanaron mi casa, empecé a darme cuenta cuánto uno valora su privacidad y te das cuenta que estás bastante jodido.
―Hay otro elemento que parece querer justificar la incorporación de estas tecnologías, que es que todo esté más rápido, que votemos y al toque sepamos quién ganó…
―Yo vengo pensando mucho este tema porque me tocó muy cerca. Y la verdad es que te das cuenta que el sistema es imposible de auditar, porque las máquinas que se usaron en Buenos Aires, por una cuestión de anonimizar los votos de las personas, no tienen registros de qué hicieron esas máquinas durante todo el día. Uno que desarrolla sistemas, lo primero que hace cuando hay anomalías es mirar esos archivos que te dicen qué estuvo haciendo la máquina para ver si realmente está haciendo lo que dice. Así hay montones de formas de truchar todo. Y no digo que lo hayan hecho, pero sí que en el caso de lo que me pasó a mí, yo lo que le denuncié a la empresa es que había vulnerabilidades y no simplemente eso, sino que había gente que las estaba explotando. Yo, diez días antes, simplemente buscando en internet y con información que se filtró, pude encontrar y reportar una vulnerabilidad muy grave. Después ellos hicieron la denuncia que derivó en el allanamiento en mi casa.
―¿Cuál sería el principal riesgo de utilizar el voto electrónico?
―El problema que tenés es que entre el ciudadano y su voto media una máquina negra, una caja negra, que vos no sabés qué puede hacer. Podés ser ingenuo y decir «no hace nada porque no está conectada a internet», o, sabiendo algunas cosas que se están conociendo ultimamente, decir «¿che, esta máquina puede transmitir satelitalmente, o puede transmitir información variando levemente el brillo de la pantalla?». Hay un montón de formas de que la máquina comunique qué está votando la persona y tener un boca de urna en tiempo real y salir, por ejemplo, a comprar votos si no te dan los números. La discusión sobre el voto electrónico sí o no es política, es un debate político en el que tienen que participar los ciudadanos.
―¿Vos ves una relación directa entre los riesgos del voto electrónico y los dilemas que se presentan ante la cibervigilancia?
―Hay mucha desinformación. Mucha gente considera que es muy improbable que les tomen sus datos. Y es cada vez más simple. Vos tenés un dispositivo siempre con vos, un teléfono inteligente. El problema es que hay que mirar la foto grande, cuando solo te centrás en que «es una maquinita que emite un voto» bueno no, pará. Adentro de esa máquina, por ejemplo la que fabrica la empresa MSA (utilizada en las elecciones en Buenos Aires, Salta y algunas ciudadades de Chaco), tenés partes fabricadas en China, en Estados Unidos. La información que hay sobre como se están manejado las agencias de control habla de que dejan puertas traseras en dispositivos de hardware. ¿Tenemos que confiar en eso? O tenemos que preocuparnos más, no usar la tecnología a la hora de emitir el voto, sino para transmitir los telegramas en tiempo real que llegan de las mesas para que terceros con infraestructura puedan estar validando la información de los recuentos, por ejemplo.
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Fuente: El Eslabón
adhemar principiano
01/10/2015 en 19:49
Esa tecnologia es del sistema, para un mejor control. El sistema habitualtambien es trampa, las elecciones son asambleas y asi debieran realizarse. Todo otra manifestacion es abonar las tierras del amo.