Foto: Franco Trovato Fuoco.
Foto: Franco Trovato Fuoco.

En un hecho inédito, un jefe comunal que se empeña en recortar los salarios de sus empleados municipales, se niega a dialogar con el sindicato y a cumplir la disposiciones del ministerio de Trabajo provincial. En cambio, llenó la ciudad de uniformados. La localidad de Las Rosas, en la provincia de Santa Fe, donde viven alrededor de 17 mil personas, se encuentra privada ilegalmente de la provisión de servicios comunales a causa de la violencia institucional desplegada por el intendente Javier Meyer, del PRO, contra la planta de alrededor de 200 trabajadores municipales.

No hay una forma más gráfica para definir la escena que impera desde el pasado 10 de diciembre. El jefe comunal macrista inauguró su mandato bajando los salarios de los trabajadores municipales, que percibían desde hace años un adicional que ningún otro intendente había osado cuestionar.

El proceder de Meyer no sólo es ilegal, es ilegítimo, según el gremio local de trabajadores municipales, la federación que lo contiene a nivel provincial y la confederación madre en la órbita nacional.

En un alarde de autoritarismo combinado con una ostensible falta de equilibrio emocional, el intendente del PRO mandó a sellar los recibos de sueldo de los empleados con la leyenda «En revisión», disponiendo de ese modo el inicio de un ataque a la estabilidad laboral y los derechos adquiridos de los municipales.

«Se fueron a sus casas sin que mediara ni siquiera una asamblea ni una comunicación», alcanzó a bramar Meyer ante algunos medios de comunicación antes de aplicar sanciones a diestra y siniestra.

Como no podía ser de otra manera, y sin que en algún momento Meyer haya siquiera amagado con establecer un canal de diálogo, el Sindicato de Trabajadores Municipales de Las Rosas declaró una huelga que, a partir de la falta total de respuestas de parte de la administración comunal, se mantiene hasta la fecha.

«No están solos»

El grave conflicto se instaló el pasado miércoles en Rosario, cuando la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales de la provincia de Santa Fe (Festram) convocó a una conferencia de prensa en la que su titular, Claudio Leoni, sostuvo: «Estamos ante una experiencia piloto, depende cómo siga lo intentarán en otros municipios».

Desde un principio, los trabajadores en huelga encontraron el apoyo gremial, tanto local como de la Festram, pero en los últimos 20 días lograron que esa solidaridad se extendiera a sindicatos y organizaciones de otras ramas.

El Movimiento Sindical Rosario repudió enérgicamente las actitudes de Meyer, «puestas de manifiesto en acciones hacia trabajadores del municipio», según sostuvo en un fuerte pronunciamiento en el que, además, manifestaron que esas acciones del intendente macrista «recuerdan tiempos pretéritos de violencia exacerbada, alimentada por pensamientos que pretenden justificar la existencia de un estado que no tiene reparos en precarizar y provocar la reducción del salario y con ello perjudicar la calidad de vida de toda la población, porque los trabajadores municipales vuelcan en su ciudad sus ingresos y son multiplicadores de trabajo».

En la semana que termina, la conferencia de prensa que se desarrolló en la sede rosarina de los trabajadores municipales contó con la presencia de Leoni, el secretario anfitrión, Antonio Ratner, quien también representa al Movimiento Sindical de Rosario; el jefe de los municipales de Las Rosas, Claudio Gómez; el secretario general de la Confederación de Trabajadores Municipales de la República Argentina (CTM), Rubén Cholo García; el secretario de Derechos Humanos de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA); Juan Pablo Sarkissian, en representación del Sindicato de Prensa de Rosario (SPR), y la concejala del Frente para la Victoria, Norma López, además de otros gremios no municipales.

El jefe de los municipales de la provincia informó que ya estuvo en contacto con tres legisladores de distintas fuerzas políticas: «Hubo charlas con Luis Rubeo (PJ), Carlos Del Frade (Frente Social y Popular) y Alicia Gutiérrez (Sí), y hay distintos grados de compromiso para llevar adelante alguna acción en el marco de la Cámara de Diputados».

«Los municipales de Las Rosas no están solos», exclamó Leoni, con el asentimiento de todos los referentes que lo acompañaban.

Ciudad sitiada

El gobierno nacional envió a un contingente de Gendarmería Nacional que desembarcó y se instaló en la ciudad. Además, la presencia de la Policía Táctica y otros efectivos de las fuerzas de seguridad de la provincia generaron roces y un fuerte malestar entre los empleados.

«Nos quieren amedrentar con la presencia de Gendarmería, la Policía Táctica e Infantería. Recibimos aprietes. Sin embargo, al intendente le quedan pocos recursos para encarar el día a día. Vamos a seguir hasta lo último, con el apoyo de los 42 sindicatos de la provincia», sentenció Claudio Gómez.

La presencia de gendarmes y policías es un tema que preocupa al nucleamiento de gremios municipales. “En una de las jornadas del conflicto hubo 400 efectivos entre oficiales y la Gendarmería para una municipalidad que tiene 200 empleados, es gravísimo”, indicó Leoni.

Lo peor es que en uno de los momentos más tensos del conflicto, efectivos de la Policía se abocaron a la tarea de hostigar a los huelguistas, a quienes les preguntaban hasta cuándo seguirían de paro, si pensaban seguir afiliados a la Festram, o si preferían algún «arreglo» con la Intendencia.

“La Gendarmería actúa por orden del intendente, y esas tropas acompañan al exagerado número de efectivos policiales provinciales que, lejos de garantizar la paz social, generan un efecto provocativo hacia los trabajadores”, manifestó Leoni.

La Festram exige que “se someta a la Policía provincial a sus mandos naturales y el retiro de la fuerza nacional en torno del conflicto». Esa presencia, que a todas luces deja la impresión de que se sostiene merced a la ayuda del gobierno nacional y el desdén del provincial, “es claramente violatoria de los derechos humanos esenciales, la autonomía provincial y el sistema federal que garantiza la Constitución”, concluyeron los referentes gremiales.

Leoni fue categórico: “Es un modelo de ajuste, está claro que quiere que repriman a los trabajadores. Nosotros lo que planteamos es que tanto el Ejecutivo nacional como el provincial sean quienes den directivas claras a esas fuerzas, porque es de una gravedad institucional inusitada que sea el intendente el que dispone cuál debe ser el accionar de las fuerzas de seguridad”.

Las Rosas es, hoy, una ciudad sitiada.

La experiencia piloto

La dramática situación que viven los trabajadores municipales de Las Rosas puede ser atípica para lo que representa la tradición de los conflictos en la provincia de Santa Fe, pero no debería sorprender si se toma nota de lo que fue la relación entre Mauricio Macri como jefe de Gobierno y los trabajadores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) con el antecedente de médicos, enfermeras y pacientes tiroteados en el hospital neuropsiquiátrico Borda, o en el desalojo del Parque Indoamericano. En ambos casos, la Policía Metropolitana a las órdenes de Macri se llevó puesto todo lo que tenía por delante.

En Santa Fe, desde 1983 a esta parte, en todos los niveles del Estado, provincial, municipal y comunal, el peronismo, la Unión Cívica Radical (UCR), el socialismo y los partidos vecinales jamás renunciaron al «acuerdismo».

Dicho de otro modo, más allá de los lógicos tironeos entre trabajadores y patronal gubernamental, finalmente se llegaba a un entendimiento no sólo en la discusión salarial sino en torno del escalafón, pase a planta y otros tópicos inherentes a esa relación.

«Estamos ante una experiencia piloto, depende cómo siga lo intentarán en otros municipios». Es lo que Leoni interpreta respecto de la actitud intransigente de Meyer.

Es más, el titular de Festram considera que «con todas las diferencias y discusiones, esta provincia se caracteriza por tener como marco el diálogo y la negociación institucional».

Para el gremialista, el intendente del PRO «aplica un modelo de ajuste que requiere la represión para poder sostenerlo. Ejerce una presión sistemática y violenta, al bajar primero los sueldos y dejar en suspenso la liquidación de los del resto de los trabajadores, sin diálogo ni discusión alguna con el gremio. Basándose en una auditoría que jamás mostró, dejó los haberes «sujetos a revisión» y esto es un atentado a la estabilidad laboral».

En ese sentido, Leoni opina que «en Las Rosas Meyer actúa a contramano de lo que se eligió en la provincia de Santa Fe, y hay claros indicios de que desde el gobierno nacional está siendo apoyado, y creemos que esta es una experiencia que están ensayando para eventualmente replicarla en otros municipios».

Respecto de la nacionalización del conflicto, Rubén Cholo García señaló que coincidía con Leoni en cuanto a que «es notorio que se trata de una experiencia piloto para ver hasta dónde pueden avanzar, tanto a nivel de municipios como en el orden nacional».

García recordó que «hay más de 10 mil compañeros despedidos en menos de 100 días», y apuntó: «Es muy inteligente la idea de Leoni de que sean no sólo los gremios municipales los que se planten ante este atropello de Las Rosas, porque de lo que suceda allí depende la suerte de los más de 9 mil municipios que hay en todo el país».

Todos coincidieron en el ostensible apoyo del gobierno de Mauricio Macri al intendente Meyer: «La presencia de la Gendarmería Nacional es el montaje de un escenario avalado por el gobierno nacional preparado para justificar la represión de los trabajadores».

Apoyo de diputados provinciales del FPV-PJ

“Vinimos a respaldar este reclamo porque la situación en Las Rosas es muy complicada. Y presentamos un pedido de informes al gobierno provincial respecto del amenazante despliegue de Gendarmería en una localidad que quiere preservar la paz social”, dijo el diputado provincial Germán Bacarella, tras participar de la conferencia de la Festram en Santa Fe.

Junto con legisladores provinciales de su bancada y otros bloques y dirigentes de sindicatos de la CGT y la CTA, Bacarella sumó su apoyo a la organización de empleados municipales frente al conflicto en Las Rosas. “Con el interbloque del FPV-PJ presentamos el pedido de informes porque creemos que el gobierno provincial debe hacer todos los esfuerzos para evitar que la gran tensión de estos días derive en hechos trágicos, que después tengamos que lamentar. La presencia de los gendarmes provoca irritación y temores, es una provocación que hay que evitar. Creemos que lo que hay que hacer es respetar los derechos de los trabajadores, pagarles lo que corresponde, dotarlos de las herramientas y recursos para que cumplan su labor de servicio a la comunidad, no militarizar el pueblo”, sostuvo Bacarella, tras la conferencia de prensa realizada el jueves 31 de marzo pasado en la ciudad de Santa Fe.

Fuente: El Eslabón

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2 Lectores

  1. […] El tirano de Las Rosas […]

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  2. lucasbernardez@hotmail.com

    07/04/2016 en 14:53

    ponganse la camiseta del pueblo sea cual seaa el partido. y si reclaman el sueldo porque dicen q les corresponde sean hombres y asuman la responsabilidad de decir los nombres d l o s compañeros q roban y generan perdidas para el pueblo

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