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Cambiemos busca unificar el calendario electoral en todo el país, haciendo convivir los comicios de legisladores nacionales con los de cargos locales. En Santa Fe la decisión no está tomada, y la debe adoptar Lifschitz por facultad constitucional.

Los tironeos al interior del Frente Progresista Cívico y Social por el doble juego político de la UCR –que integra la coalición provincial junto al socialismo pero a la vez la nacional con el PRO– suman como condimento el establecimiento de la fecha de las elecciones legislativas del próximo año. La cuestión central es si los comicios para cargos comunales –en Santa Fe se eligen concejales e intendentes en pocas ciudades– se realizarán el mismo día que los nacionales, para la renovación de nueve diputados santafesinos en el Congreso federal. El poder de resolución lo tiene el gobernador, Miguel Lifschitz, facultado por la Constitución para fijar la fecha de la convocatoria a las urnas. Qué determinación adoptará, por ahora, es una incógnita cuyo contenido no puede revelarse más allá de diciembre.

A nivel nacional, Cambiemos procura la unificación del calendario electoral. “Para el PRO la elección de medio término plebiscita, de algún modo, la gestión de (Mauricio) Macri. Y en ese esquema plantea un escenario de dos polos en confrontación con el kirchnerismo, que es lo que más rédito le da”, dijo a el eslabón un dirigente radical rosarino.

Así, el partido del gobierno a nivel nacional prefiere que sus candidatos a diputado –y en ocho provincias a senadores– traccionen a los postulantes locales, donde el desarrollo territorial de Cambiemos se ubica por debajo de la línea de la pobreza.

En Santa Fe, el embajador en Panamá Miguel Del Sel avisó que no será candidato en 2017. En esa fecha debía concluir su mandato como legislador, que a los dos años abandonó aburrido. También dejará el cargo diplomático, para volver a las tablas con Midachi, su verdadera pasión. De ese modo, Cambiemos pierde un candidato que si bien nunca ganó unos comicios, le da un piso electoralmente alto a la alianza de centroderecha.

En el Partido Socialista no hay, aún, una posición unificada. Algunos se vuelcan por celebrar las elecciones nacionales y locales el mismo día, otros por desdoblar. El candidato a primer diputado nacional podría ser el ex gobernador Antonio Bonfatti, postulado por el legislador provincial Rubén Galassi y su par –y ex vicegobernador–, el radical Jorge Henn.

“La decisión sólo la debe conocer (el gobernador Miguel) Lifschitz. Ni Farías debe saber”, dijo una fuente consultada para esta nota en relación al ministro de Gobierno. En caso de que los comicios se celebraran de forma desdoblada, el mandatario debería efectuar la convocatoria en diciembre, puesto que en febrero tendría que comenzar el proceso de presentación de alianzas, listas y candidaturas.

Se pone difícil

El sector del radicalismo que más fuertemente comulga con el Frente Progresista entiende que existe en este turno electoral la posibilidad –unificando los comicios– de separar la paja del trigo.
En respuesta al sector de su partido que encabezan el diputado nacional Mario Barletta y el intendente de Santa Fe José Corral, intensamente compenetrado con la participación de la UCR en Cambiemos, el vicegobernador Carlos Fascendini lo expuso semanas atrás.

El sector de Barletta prefiere que las elecciones locales se celebren separadas de las nacionales, de modo de poder participar de las primeras con candidatos en el Frente Progresista y de las segundas con postulantes de Cambiemos, sin que esa presunta contradicción quede expuesta en un mismo turno electoral.

“No está definido que vayan a ser (en fechas) distintas. Eso lo va a determinar el gobernador, pero es una posibilidad que se hagan de manera conjunta porque el impedimento constitucional existe para gobernador, vice y legisladores provinciales”, explicó Fascendini.

“La Constitución dice –siguió– que en ese caso (la elección) tiene que ser entre 60 y 180 días antes de que venzan los mandatos, pero no existe esa restricción para la elección de jefes comunales e intendentes, así que perfectamente podría ser de manera conjunta”.

Para el vicegobernador, “si son conjuntas se pone más difícil la decisión de la UCR”.

Que, agregamos nosotros, podría romperse en vez de doblarse en Santa Fe, entre quienes apuestan a la alianza con el PRO y aquellos que prefieren mantener el encuentro progresista con el PS.

El dirigente radical rosarino consultado por este periódico, asegura que la posición mayoritaria de la UCR provincial es que las elecciones se desdoblen. Para evitar la exposición de la doble alianza, por un lado, y por las características propias de los comicios locales donde el radicalismo posee desarrollo territorial y candidatos propios en todos los distritos.

Para ellos, el gran debate entre modelos nacionales antagónicos funciona como una suerte de ruido en sus discusiones de pago chico.

Del Palo

El diputado provincial de la UCR Palo Oliver, quien se define como “militante radical, no gorila”, avanzó sobre el asunto que divide aguas en su partido.

“Hoy se pueden escuchar voces que se alzan analizando la conveniencia o no de la unificación de la fecha de las elecciones nacionales y provinciales”, dijo.

Y agregó que “esto se hace en función de los intereses del Frente Progresista o de la coalición Cambiemos a partir del rol que desempeñe la Unión Cívica Radical provincial y la tracción que puedan ejercer los referentes nacionales si las elecciones se unifican”.

En el mismo sentido señaló que “más allá de que el análisis en cuestión se realiza en torno a sectores partidarios determinados, entendemos que se replica en todo el espectro político, y no contar con la determinación fehaciente de la fecha en que deben realizarse las elecciones provinciales, independientemente de cuándo se realicen las nacionales, trae aparejadas este tipo de situaciones”.
Por esa razón, Oliver presentó un proyecto en la Legislatura provincial para que se fije por ley la fecha de los comicios santafesinos de cargos locales. Que, según su propuesta, debería ser el primer domingo de septiembre previo a la caducidad de los mandatos.

“Creemos que no debe hacerse ese análisis desde la especulación acerca de las conveniencias partidarias. No conocer el calendario electoral provincial genera imprevisibilidad e impone una lógica partidaria por sobre el interés general de la comunidad y de las instituciones del Estado”, argumentó el radical, quien se inclina por el desdoblamiento.

Todos unidos

Con la denominada reforma electoral nacional –que está en tratamiento en el Senado y ya fue sancionada en Diputados– el gobierno de Mauricio Macri intenta avanzar en la aprobación de la boleta única electrónica como nuevo instrumento de votación.

Criticada hasta el hartazgo por los expertos informáticos, que señalan la vulnerabilidad del uso de la tecnología para asuntos tan trascendentes, el proyecto tuvo media sanción en Diputados. El otro objetivo de Cambiemos es la unificación del calendario electoral, de modo tal de que los comicios nacionales y locales se realicen el mismo día.

Los argumentos oficiales son, por lo menos, pueriles: que la gente se cansó el año pasado de ir a votar por la multiplicidad de comicios y que el costo de las elecciones es elevado.

El primero queda desmentido por los porcentajes de participación, que suelen bajar en las Paso y subir en las generales, pero que en cada caso mantuvieron índices históricos.

El segundo –el del costo económico de convocar a elecciones– es antidemocrático. Extremando ese criterio, en períodos de crisis habría que suspender los comicios.

La alianza Cambiemos procura un objetivo político con el intento de unificación del calendario electoral del país: el arrastre de candidatos nacionales sobre locales (o a la inversa cuando cupiera, presumiblemente en menos casos). Algo que, vale aclararlo, no tiene nada de malo. Pero colisiona con la despolitización social que el gobierno procura como contracara del kirchnerismo.

Si bien aún no se sabe con qué sistema electoral se realizarán los comicios nacionales de 2017, ninguno de los que se emplee será igual al que Santa Fe adoptó tras la salida de la ley de lemas: la boleta única de papel.

El proyecto de Macri en el Congreso instaura –como se dijo más arriba– la boleta única electrónica y que también utiliza el papel como presunta garantía de la inviolabilidad del voto.

Si ese proyecto se aprueba o si se conserva el tradicional de boleta partidaria de papel, los comicios de medio término en Santa Fe serán con un sistema electoral distinto. Como ya ocurrió en las legislativas de 2013, cuando convivieron la boleta tradicional con la única santafesina.

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