Foto: Andrés Macera.
Foto: Andrés Macera.

El cierre del año indicó que el movimiento feminista crece y se unifica, a la par que los asesinatos se siguen contando: cada 30 horas matan a una.

Una mujer se para firme con un micrófono en la mano. Mira a otra que está enaltecida, vestida de blanco y con una banda que cruza su torso y la señala como “Justicia”. La mujer del micrófono la interpela: “Justicia, ¿cuánto más tenemos que esperar?”. Y le deja un reclamo en la mano: ni una menos por abortar. La de blanco toma el papel y lo lanza al viento. Otras chicas hacen cola para reclamarle: Estado laico, estadísticas reales, vivas nos queremos. La Justicia mira y revolea. Y las que piden se van, no sin antes manchar la vestimenta blanca de rojo sangre. Alrededor, la gente mira. Muchas fueron especialmente para entregar demandas. Otros tantos sólo pasaban por ahí, calle San Lorenzo entre Sarmiento y San Martín, y se quedaron. Algunos preguntan de qué se trata esa intervención, los demás se quedan en silencio, o siguen de largo. Es jueves y las mujeres se manifiestan en la puerta de la sede local del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. El martes había sucedido lo mismo frente a Gobernación, el miércoles frente al Municipio, y el viernes será el turno de los Tribunales provinciales. Cada jornada sucede en el mismo marco: informar, visibilizar y denunciar respecto de la violencia de género, en una nueva jornada del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer (25/11).

Las mujeres cerraron el 2016 de a miles y en la calle. No podía ser sino de la misma manera que lo transitaron. El año que significó la ruptura de frentes y partidos políticos, reclamos y movilizaciones, fue el año también en el que el movimiento de mujeres se consolidó y unificó políticamente. Todas fueron para el mismo lado: paren de matarnos. No es tan difícil. El balance podría ser totalmente positivo sino fuera por un detalle no menor: las mujeres siguen siendo violentadas por el hecho de ser mujeres. Las mujeres se movilizan, pero las siguen matando.

El Observatorio de Femicidios en Argentina difundió los datos que corresponden al informe de investigación de estos asesinatos en el país. Las cifras indican que del 1º de Enero al 31 de Octubre de 2016 se registra, en promedio, un femicidio cada 30 horas. Eso, en concreto, serían: 230 femicidios (incluyendo femicidios vinculados: cuando el agresor mata a quienes sostienen un vínculo afectivo con la mujer –para producirle daño o por venganza– o a quienes intentan impedir el femicidio) de mujeres y niñas; y 27 femicidios vinculados de hombres y niños. Según el informe, además, 294 hijas e hijos quedaron sin madre, de los cuales 173 son menores de edad.

“El retroceso se siente en varios sentidos, pero hay una demanda que es concreta y preocupa, y es el índice de violencia de género y femicidios”, consideró Majo Poncino, referente del Frente de Mujeres del Movimiento Evita. Tanto ella como su tocaya, Majo Gerez, de Mala Junta, destacaron ese crecimiento de la violencia. Y contrariamente a lo que muchos sectores sostienen, que las estadísticas crecen porque hay más denuncias fruto de la militancia y la visibilización, Gerez hizo hincapié en que la reacción al “No” de una mujer con herramientas, es la violencia. “Cuesta que los varones cedan sus privilegios. Por eso el reclamo no está únicamente enfocado en las políticas públicas, sino también en el cambio cultural”.

El año de las pibas

La marcha de este viernes fue la forma masiva de cerrar un año que las referentes consideraron como “importante”. El 2016 las tuvo en la calle por el Día Internacional de la Mujer, por la marcha de Ni Una Menos, por el Encuentro Nacional de Mujeres, por el Paro Nacional. No sólo eso: las tuvo también por el Día de la Memoria, contra los tarifazos y por el Orgullo, entre tantas otras movilizaciones y reclamos que sucedieron este año. “Es momento de estar a la altura de las circunstancias”, remarcó Gerez.

“Creo que el movimiento de mujeres crece política y organizativamente. Hay un consenso, sabemos que frente a nuestras problemáticas, la respuesta es la unidad política. Cada vez más mujeres se suman a los reclamos, las movilizaciones se replican en todo el país, y eso nos empuja a mayor visibilización”, destacó Poncino.

El contexto sirvió lo suficiente para que en la previa al 25 de noviembre se puedan sostener cuatro intervenciones en distintas instituciones del Estado, y a cada una entregar un petitorio específico. En líneas generales, los reclamos estuvieron enfocados en la implementación de políticas integrales y herramientas para un cambio cultural, como por ejemplo, la real aplicación de la Educación Sexual Integral. También en pedidos de informe respecto a la reglamentación de ordenanzas, como cupo laboral trans y la emergencia en violencia de género; o la aprobación de la Ley de Paridad. Las mismas banderas, y las históricas como el aborto legal, se levantaron el viernes en el centro rosarino.

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