La definición que unifica a la mayoría de los sectores del peronismo santafesino con miras a las elecciones nacionales legislativas de este año es, justamente, la unidad. Es decir, la idea de dirimir sus diferencias internas por dentro del partido, en las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (Paso) de agosto, en procura de la conformación final de la lista para los comicios generales de octubre. Dos enfoques se consolidan –al menos- en ese trajinar: el espacio que lidera Agustín Rossi definió su candidatura con lista propia en la interna justicialista; mientras que el que encabeza Omar Perotti junto a los senadores provinciales y el Movimiento Evita piensa su armado propio. El nombre de María Eugenia Bielsa vuelve a agitarse en el ruedo electoral, por ahora bajo la forma de rumores e incipientes “operaciones”.
9 de 19 x 2
La provincia de Santa Fe renueva este año 9 de sus 19 diputados nacionales. Dos de los que dejan sus bancas pertenecen al justicialismo: Josefina González (La Cámpora) y Eduardo Seminara (del sector de Rossi). Mantener esos escaños es un objetivo de mínima, un empate digno; obtener un mejor resultado constituye una meta más ambiciosa, sin convertirse en utopía.
Pero, antes de los comicios para esa renovación, que serán en octubre, están las Paso en agosto, cuando se seleccionarán quiénes conforman la lista del PJ.
En el archipiélago en que se convirtió desde hace unos años el peronismo provincial –sin un liderazgo excluyente detrás del cual se cuadren las múltiples tribus internas ni una figura electoralmente “imbatible” que las unifique a fuerza de votos– dos grandes miradas dominan actualmente el universo justicialista.
Una es la del kirchnerismo, digamos, más puro; otra la del peronismo que posee una mirada, pongámosle, más dialoguista con el gobierno de Mauricio Macri en pos de garantizar “gobernabilidad”. Algo que, parece, no le falta al presidente a pesar de contar con minorías parlamentarias, pues recurre a alianzas circunstanciales cuando cuadra la posibilidad o al menos esforzado DNU, tan mal visto en gestiones anteriores.
Con sello K
“Agustín va a encabezar nuestra propuesta de diputado nacional en las Paso. Una propuesta que pueda representar a todos los sectores sociales y políticos que se sienten agredidos por el gobierno de Macri”, señalan a el eslabón en el círculo íntimo de Rossi.
El planteo original de ese espacio, que integra la Corriente Nacional de la Militancia, es “charlar con todos” y mantener la candidatura del ex ministro de Defensa “dentro del peronismo”.
“La propuesta va a ser de oposición clara, sin titubeos”, agrega el vocero. “La unidad –continúa– no es sinónimo de lista única, sino que las distintas expresiones puedan exponer sus ideas dentro de la interna partidaria”.
Y afirma que “los números que tenemos nos dan bien”. El rossismo trabaja en el armado de una lista encabezada por el ex diputado e integrada por referentes de sectores sociales, sindicales, empresarios, comerciales que, como se dijo más arriba, se sientan “agredidos por el gobierno de Macri”.
También como parte del espectro kirchnerista “puro”, el referente provincial de La Cámpora, Marcos Cleri, dijo a el eslabón que “tiene que haber unidad, participación y se deben democratizar las decisiones pensando en un proyecto que dé respuestas a los trabajadores, a los ciudadanos”.
“Más allá de los nombres –abundó el diputado– nuestro proyecto debe ser convincente, coherente y debe enamorar a los santafesinos”.
Una posible integración de ambos sectores kirchneristas, el de la Corriente y el de La Cámpora, en una misma lista de diputados nacionales, no es una quimera. Tampoco, en este enero, una chance sobre la que los protagonistas estén trabajando, cuando aún falta casi un semestre para cerrar las nóminas de candidatos.
“No hay que descartarlo. Pero la cuestión central es si se van a privilegiar las personas o lo que se va a poner en juego es el proyecto nacional”, sostienen en la agrupación creada por Máximo Kirchner.
En palabras de Cleri, el asunto se sintetiza así: “Los nombres y apellidos (que integren las listas) deben respetar ese programa. Es lo que la ciudadanía está pidiendo, que el que represente esas ideas las lleve adelante”.
La principal coincidencia entre el rossismo y La Cámpora, a ojos de esta semanario, es la clara definición de encabezar una oposición sin medias tintas al macrismo. Representar otra cosa, valores distintos, políticas opuestas al programa neoliberal de Cambiemos.
Si esa coincidencia originaria redunda en un acuerdo electoral es, por ahora, materia de especialistas en clarividencia, no del periodismo.
Cerca de Cleri soplan a oídos de el eslabón que las definiciones electorales santafesinas serán hijas putativas de las que se adopten en provincia de Buenos Aires. Que en este caso será la madre, no sólo como sostiene el lugar común “de todas las batallas”, sino de las determinaciones en esta provincia.
“La cuestión central –continúa el portavoz– es si Cristina (Kirchner) juega o no en la provincia, porque esa decisión provoca escenarios diferentes”. Y, asegura, “esto se va a resolver en Buenos Aires”.
Senador y senadores
Por otra ruta, pero siempre dentro de la cartografía del justicialismo de Santa Fe, aparece el armado del senador nacional Omar Perotti, quien en 2015 estuvo sólo a 20 mil votos de ganar la Gobernación, aún quedando tercero en el ranking de los más votados, detrás de Miguel Del Sel.
Ese sector del peronismo articula su armado electoral con los senadores provinciales –guiados por el del departamento San Lorenzo, Armando Traferri– y con el titular del PJ, el también senador Ricardo Olivera.
Como definición del lugar que ocupan en el espectro peronístico, el vocero de Rossi que dialogó con este medio usó una metáfora: “El macrismo es como un tren que viene de frente y hay que detenerlo. No podemos contar para eso con los que hablan con el maquinista”.
Para esa visión, Perotti es quien matea con el motorman que acelera a todo vapor.
De ese núcleo, que también integra al nivel de charlas políticas el Movimiento Evita santafesino, podría surgir otra lista de candidatos a diputados nacionales, que compita con la kirchnerista.
Según fuentes del espacio, una jueza en actividad fue tentada para encabezar la nómina aunque, como vuelve a indicar el lugar común, “todavía falta mucho”.
En ese armado –todavía primitivo– podría encajar la figura de María Eugenia Bielsa. Se entusiasman con que la arquitecta rosarina vuelva al ruedo electoral, luego de renunciar a su banda de diputada provincial y sumergirse en una suerte de ostracismo político.
Taquillera en las urnas, Bielsa exhibe cierta resistencia a las orgánicas partidarias y está fuertemente enfrentada a Rossi, a quien apuntó como promotor de sus males cuando resolvió dimitir a su banca.
“El problema con María Eugenia es que nunca se sabe”, dice un dirigente que participa de las charlas de esos sectores del peronismo. “Se puede bajar cinco minutos antes de cerrar las listas y te deja con la brocha en la mano”, pinta el interlocutor.
También se manifestó por una unidad ideal Gerardo Rico, referente nacional del Movimiento Evita y comandante de la tropa santafesina de ese espacio.
Planteó en diálogo con el eslabón que el objetivo de esa agrupación es conseguir “un acuerdo con todo el peronismo, para lograr una lista única, si podemos”.
“Tenemos que estar todos los sectores dentro del peronismo para enfrentar a Macri, sobre todo en Buenos Aires”, dijo con mirada nacional.
Rico explicó que en Santa Fe mantiene “diálogo bilateral” con los senadores provinciales, con Perotti y con la conducción partidaria encabezada por Olivera. Estimó que las conversaciones comenzarán a profundizarse en abril, “antes no”.
“No hay candidato muy claro como número uno, y todavía tampoco se discutió qué idea política, qué proyecto”, dijo el referente del Movimiento Evita, y agregó que desde su sector el planteo que levanta como bandera para integrar ese espacio del peronismo es que sea “centralmente de oposición de Macri”.
A un semestre de la presentación de las listas, las cartas aún no están echadas sobre la mesa del paño peronista provincial. Apenas si el mazo se está barajando, en una partida de múltiples jugadores que comienzan a orejear los naipes.
Fuente: El Eslabón