Durante su discurso ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manipuló el concepto de soberanía en clave imperialista, lanzó amenazas y mostró en forma obscena la prepotencia imperial.
Dejó claro que la soberanía funciona en forma unilateral para EEUU. El imperio tiene el derecho de defender su soberanía, pero también se arroga la potestad de avasallar la de todos los demás países, al margen de las normas, las leyes y los organismos multilaterales.
De esta manera, viola en forma flagrante el concepto de igualdad soberana, que inspira el derecho internacional en el que se basa la ONU.
Con una larga lista de amenazas, incluso la eliminación de 45 millones de personas, y el señalamiento de enemigos, el de Trump fue un discurso emitido desde una posición dominante, arrogante y patoteril, que desconoce el derecho internacional y, sobre todo, la normativa vigente y las resoluciones emanadas de la ONU.
Durante cuarenta minutos, y con abundante adjetivación, el emperador se erigió en juez global con capacidad de juzgar, sancionar y condenar a muerte a millones de personas.
Amenazó con destruir totalmente Corea del Norte (que tiene una población de 45 millones de habitantes). Reiteró que evalúa aumentar las medidas de injerencias contra Venezuela. Insistió en que no levantará el bloqueo contra Cuba.
Llamó a Irán un “estado corrupto económicamente agotado” que exporta violencia y lo calificó de “régimen asesino”.
Y criticó la política de China con relación a Corea del Norte, aunque en forma velada, sin nombrarla.
En la parte más violenta de un discurso cargado de arrogancias y amenazas, Trump dijo que a menos que Corea del Norte retrocediera, “no tendremos más remedio que destruir totalmente” a ese país.
Antes de llegar a Nueva York, Trump ya había atacado verbalmente a Corea del Norte, en lo que constituye una nueva escalada de tensiones a partir de otra prueba nuclear del país oriental. A través de Twitter, el presidente de EEUU se refirió al líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y sus misiles balísticos, de manera burlona. “El hombre-cohete (Rocket Man) está en una misión suicida para él mismo y para su régimen”, señaló Trump en su mensaje, en el que también afirma que EEUU está listo, preparado y en capacidad de destruir Corea del Norte, aunque “espera que no sea necesario”.
“Si los muchos justos no se enfrentan a los pocos perversos, el mal triunfará”, dijo con relación al régimen de Kim Jong-un, al que denominó de “depravado” y al que acusó de violar los derechos humanos.
El presidente de EEUU consideró que la búsqueda de Corea del Norte de armas nucleares y misiles balísticos “amenaza al mundo entero con un costo impensable de la vida humana”. Para la especial lógica imperial, para evitar este “costo impensable en vidas humanas” la solución es destruir un país por completo y asesinar a 45 millones de personas.
Trump denunció, una vez más, la “dictadura” del líder venezolano Nicolás Maduro, y calificó la situación de “colapso” eN ese país como “completamente inaceptable”. Y tras el diagnóstico, llegó la amenaza: dijo que EEUU no puede “quedarse parado y mirar”, y advirtió que estaba considerando qué acciones adicionales podría tomar.
“No levantaremos las sanciones al Gobierno cubano hasta que haga reformas fundamentales”, aseguró el millonario estadounidense con relación a Cuba.
Con China fue mucho más sutil y apenas hizo una crítica sin nombrarla, en el marco de la ayuda que este país brinda a Corea del Norte. “Es indignante que algunas naciones no sólo comercien con ese régimen, sino que lo armen, lo suministren y le den apoyo financiero a un país que pone en peligro al mundo con conflictos nucleares”.
La máxima autoridad del Imperio amenazó en forma explícita a América latina y al mundo. Fue claro, obsceno, brutal. Eso es Trump: hace explícito lo que otros representantes del Imperio velaban o disimulaban. Es la cara brutal, soberbia, burlona del Estado terrorista de siempre.
Maduro: “Trump es el nuevo Hitler”
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, describió al mandatario de EEUU, Donald Trump, como “el nuevo Hitler de la política internacional”.
Maduro relacionó los ataques del magnate estadounidense no sólo con el imperialismo, sino también con el racismo del mandatario.
“La amenaza que ha hecho Donald Trump yo la sé interpretar correcta y exactamente, y quiero decírselo al pueblo: Donald Trump hoy ha amenazado de muerte al presidente de la República Bolivariana de Venezuela”, dijo Maduro en un mensaje transmitido por la cadena de radio y televisión.
“Con la agresión del nuevo Hitler de la política internacional, el señor Donald Trump contra el pueblo de Venezuela, supremacía racial, la supremacía imperial, hoy se expresó el magnate que se cree el dueño del mundo, pero a Venezuela no la amenaza nadie”, agregó.
En su intervención ante la Asamblea General de la ONU, Trump sostuvo que Venezuela es un país colapsado y amenazó con aumentar la injerencia.
Además, antes de su discurso, Trump se reunió con algunos presidentes de América latina “amigos” de EEUU “para analizar la crisis política, económica y humanitaria en Venezuela”.
En este sentido, la administración de Maduro afirmó en un comunicado que los países que asistieron a la reunión se someten y subordinan a Estados Unidos. “Trump tiene una obsesión fatal con Venezuela producto de sus ideas supremacistas blancas, pero contamos con los pueblos del mundo y estamos preparados para derrotar las nefastas agresiones del gobierno estadounidense”, dice el texto.
El gobierno de Macri, el más arrastrado ante el imperio
Antes de la Asamblea General de la ONU, el presidente de EEUU, Donald Trump, se reunió con presidentes amigos, provenientes del patio trasero, para complotar contra Venezuela y coordinar acciones de mayor injerencia contra el pueblo venezolano.
Asistieron el ilegítimo presidente de Brasil, Michel Temer, los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; de Panamá, Juan Carlos Varela; y la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti. El motivo de la reunión fue “analizar la crisis política, económica y humanitaria en Venezuela”.
El Imperio obtuvo un éxito parcial. La administración Macri, como era de esperar, se arrastró indignamente ante el Imperio y se ganó el premio al cipayo del mes. Durante su discurso ante la ONU, Michetti pidió “realizar un esfuerzo de negociación creíble y de buena fe, que tenga el consenso de las partes, para alcanzar pacíficamente el restablecimiento de la democracia”. De esta manera, desconoció en forma flagrante la voluntad popular del pueblo venezolano, que eligió a un gobierno por la vía democrática.
En cambio, Santos, que es cercano a EEUU y tuvo duros enfrentamientos con Maduro, mostró una posición más digna y condenó toda posibilidad de intervención militar. “Cualquier intervención militar no tendría ningún tipo de apoyo de América latina”, dijo Santos.
Trump expuso durante la reunión su idea de que Venezuela “está colapsada” y adelantó que su país está «preparado» para tomar nuevas medidas contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Estaba previsto que asistiera además el mandatario peruano Pedro Pablo Kuczynski, pero no pudo viajar debido a la crisis política que atraviesa su país.
Trump dijo que es necesaria la “restauración plena” de la democracia y las libertades políticas en Venezuela, donde dijo que hay una “dictadura”. Sostuvo que Maduro “ha desafiado a su propio país” y es culpable de “un gobierno desastroso”. Y amenazó con que prepara nuevas sanciones contra Caracas. Dejó en claro que los países presentes son “algunos de los mayores aliados” de EEUU en el continente, y les agradeció a los mandatarios por condenar al gobierno venezolano.
Fuente: El Eslabón
