El músico Cristian “Pity” Álvarez, buscado por una denuncia de asesinato, se entregó a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. «Lo maté porque era él o yo», declaró a la prensa, pero se negó a hacerlo ante el juez.
El líder de las bandas Viejas Locas e Intoxicados estaba prófugo desde la madrugada del jueves, cuando fue denunciado por disparar cuatro tiros a un hombre en la Ciudad de Buenos Aires.
Si bien había varios testigos que lo habían señalado como autor material del crimen de Cristian Maximiliano Díaz, de 36 años, el jueves por la noche fue la propia novia del músico quien confirmó esas versiones.
La joven, de 25 años, también contó que tras el hecho Álvarez se dirigió a un club bailable –Pinar de Rocha– en la localidad bonaerense de Ramos Mejía.
Efectivamente, horas después, el vehículo que el músico utilizó para escapar fue hallado a metros del boliche en cuestión.
Allí los oficiales encontraron tres celulares, 16.400 dólares, jeringas hipodérmicas usadas, envoltorios de pasta base, dos “pipas” para estupefacientes, una munición calibre 45, el pasaporte de Álvarez y varias fotos con amigos.
Cabe recordar que ya el jueves había sido encontrada la pistola calibre 7.65 que presuntamente asesinó a Díaz. Un policía la descubrió en una alcantarilla donde habría sido descartada durante la fuga.
En la puerta de la comisaría
«Yo disparé, si no me iba a matar él; cualquiera en mi barrio haría lo mismo», espetó el cantante ante las cámaras de televisión mientras llegaba a la Comisaría 52a.
Luego de entregarse, Pity Álvarez se descompensó en la comisaría de Lugano, cuando iba a ser llevado a Tribunales, y fue atendido por el Same.
Según su abogado, el músico «no está para mantener un diálogo», y posteriormente se acogió al derecho constitucional que le permite negarse a declarar ante el juez interviniente.
