El frío de la ciudad de Buenos Aires este miércoles no tuvo nada que ver con la lluvia y las bajas temperaturas que se registraron durante toda la jornada. El frío caló profundo y desde temprano, cuando los representantes del pueblo comenzaron a hablar, sobre todo aquellos y aquellas que dejaron al descubierto su ignorancia, su falta de empatía para con las mujeres argentinas.
Decidieron mirar al costado mientras se siguen muriendo mujeres en nuestro país a costa de la desidia y el abandono del Estado, en abortos clandestinos, en cuartos oscuros y mugrientos que además de sacarle lo que llevan en su vientre, se quedan con su dignidad, sus sueños y proyectos, con sus vidas.
Cuarenta personas decidieron por el futuros de millones. Y digo 40, porque quienes se abstuvieron también cuentan, si bien su sumatoria no cambiaría el resultado que todos conocíamos desde muchos antes de iniciada la votación, sí hubiera sumado que esos representantes del pueblo tomaran posición frente a tamaña discusión.
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Lejos de echar culpas a los diferentes partidos, y teniendo bien en claro que el camino al tratamiento de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) fue abierto por el propio presidente Mauricio Macri, hubiera sido de ayuda que al menos aquellos legisladores que se encolumnan bajo las banderas del progresismo, los principios sociales y el bien del pueblo, dejaran de lado sus creencias personales o la tibieza que los caracteriza para hacer frente a lo que miles y miles de personas reclamaban tras las rejas de la plaza congreso.
Los discursos de senadores como Urtubey y su “diferenciación” de las violaciones, Itúrrez y su “no leí el proyecto, voto en contra”, o Mayans haciendo referencia a personalidades de la música sin ningún tipo de coherencia, fueron demasiado. Demasiado para una jornada que duró hasta la madrugada del jueves y apagó al menos por unos momentos la ilusión de tener la ley.
Hubo que esperar y escuchar discursos terribles hasta que llegó el turno de Pino Solanas, que a sus 83 años dijo las palabras justas y más. Hablo del goce y el derecho a decidir, al igual que Cristina Fernández, la más esperada por todos y todas, quien más allá de las críticas dijo lo que tenía que decir: habló de su deconstrucción, de las pibas militando en las calles, y del movimiento nacional, popular y feminista que hay seguir construyendo de ahora en más.
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