A pesar de la farsa judicial, de los medios, de EEUU, y de los poderes fácticos en todas sus formas y modalidades, el líder injustamente preso se inscribió para competir en las elecciones del 7 de octubre. Va a ser impugnado, pero existe un programa de gobierno que va más allá de los nombres.

A pesar de los poderes fácticos, de la farsa judicial, de las presiones de EEUU y sus representantes. A pesar de las balas de los ejércitos privados de los grandes terratenientes sojeros, de la red O Globo, de la derecha y la ultraderecha en todas sus formas y modalidades, del Ejército y de las fuerzas de seguridad dispuestas a reprimir al pueblo para sostener el ajuste. A pesar de todo ese poder concentrado, acumulado y contra los intereses del pueblo, Luiz Inácio Lula da Silva formalizó su candidatura a la Presidencia ante el Tribunal Superior Electoral (TSE).

Su candidatura ya fue objetada, y será impugnada. Los representantes de los poderes fácticos vienen haciendo apuestas acerca de cuántos días u horas durará Lula como candidato. Al cierre de esta edición, ya había sido presentado un pedido de impugnación y solo era cuestión de un trámite que el TSE lo deje afuera de competencia. Pero el Partido de los Trabajadores (PT) posee un plan B y el pueblo de Brasil tiene claro que lo fundamental es frenar el genocidio social que se está perpetrando en contra las grandes mayorías.

La inscripción se realizó este miércoles 15, en medio de un acto multitudinario del que participaron decenas de miles de militantes que llegaron en caravana a Brasilia de distintos puntos de Brasil y se instalaron frente al TSE desafiando las intimidaciones de la policía, que sobrevoló la zona en helicópteros.

“Sólo no seré candidato si me muero. No pretendo morirme, no pienso renunciar (a la candidatura) y voy a pelear por mi registro hasta el final”, prometió Lula en una carta redactada en su celda de Curitiba.

Lula fue anotado como candidato a presidente, acompañado de Fernando Haddad como aspirante a vice. El plan B consiste en que, de ser impugnado Lula, Haddad pase a ser candidato a presidente y Manuela D’Avila, periodista de 36 años y dirigente del Partido Comunista de Brasil (PCdB) se presente como candidata a vicepresidenta.

Haddad, de 55 años, fue ministro de Educación durante la gestión de Lula y al inicio de la administración de Dilma Rousseff (entre 2005 a 2012), dejando este cargo para asumir la Prefectura de San Pablo. Es economista, profesor en Ciencia Política, con Maestría en Economía y Doctorado en Filosofía en la Universidad de San Pablo.

La corrupción, real e inventada, funciona en América latina y en el mundo como el caballo de Troya del neoliberalismo, la derecha y la ultraderecha. Es la estratagema que utilizan los poderes fácticos para realizar campañas de desprestigio contra la política y a favor de las corporaciones. En la mayoría de los casos, lo que estas operaciones logran es colocar en el gobierno a representantes de las corporaciones que, además de ser corruptos, actúan como buenos representantes de los poderes fácticos, y realizan los trabajos más sucios: ajustes feroces que hambrean a millones, represión, formas de gobiernos autoritarias bajo tenues pátinas democráticas, y hasta verdaderos genocidios sociales.

Lula está preso cumpliendo una condena en segunda instancia de 12 años y un mes por corrupción, lo que, según las normas del país, le impide ser candidato a cualquier cargo electivo. Fue condenado inicialmente por el juez Sergio Moro a 9 años y medio de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, acusado de recibir un apartamento a modo de soborno en la red de corrupción en la petrolera Petrobras. Luego la Justicia aumentó su pena, pese a que ningún jurista ni especialista en Derecho, dentro y fuera de Brasil, avala el accionar de los jueces y consideran que todo el proceso está viciado de irregularidades y arbitrariedades.

La impugnación no se hizo esperar

Menos de un día después de la presentación oficial de Lula como candidato, vino el contragolpe. La Fiscal General de Brasil, Raquel Dodge, presentó el jueves una impugnación contra la candidatura presidencial del ex mandatario.

En una petición remitida al instructor del caso ante la Corte Electoral, el magistrado Luís Roberto Barroso, Dodge afirmó que Lula “no es elegible” porque fue condenado en segunda instancia, según un comunicado publicado en el portal del Ministerio Público.

Ya antes de que el PT inscribiera a Lula, Dodge expresó que la justicia electoral “debe garantizar que solamente los elegibles puedan ir a los comicios” y que los “inelegibles no deberían gastar recursos en campañas”, informó O Globo.

Pero algunos especialistas han señalado que existe un “vacío legal” en uno de los artículos de esta ley —aprobada durante el mandato de Lula— que establece que los tribunales de instancias superiores, a petición de los condenados, pueden suspender la llamada “inelegibilidad”.

A partir del 16 de agosto comienza la campaña electoral para los comicios del próximo 7 de octubre en primera vuelta. De igual manera, se abre un lapso de cinco días para las impugnaciones judiciales en contra de las opciones presentadas.

Un juez del TSE será asignado para el caso de Lula y sus abogados podrán presentar su defensa en un periodo de siete días. El magistrado puede llegar a un fallo individual o llevar el caso ante la plenaria del TSE. La defensa del precandidato podrá apelar el veredicto ante el TSE y posteriormente ante el Supremo Tribunal Federal de Brasil.

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