La concejala Norma López presentó un proyecto para congelar el precio del pan en la ciudad, y así “resguardar puestos de trabajo, la producción local y alentar el consumo», con un valor de referencia de 50 pesos el kilo.

El horno no está para bollos en para los trabajadores y dueños de panaderías, ya que en el Gran Rosario cerraron su venta al público entre 80 y 100 locales del rubro según estima la Asociación de Industriales Panaderos de Rosario.

La iniciativa que impulsa la presidenta del bloque FPV –junto al vicepresidente 1° del Concejo, Roberto Sukerman– busca que el pan tenga su un precio de referencia a 50 pesos al menos por 6 meses, y además que la provincia bonifique hasta un 50 por ciento las tarifas de la energía eléctrica de aquellas panaderías que se sumen a tener esta opción de Pan Social.

La edil justicialista comparó su iniciativa con la presentada por el diputado provincial Leandro Busatto que se está discutiendo por estos días en la Cámara de Diputados, y agregó: “Es necesario poner un precio de referencia porque la gente no puede acceder a este producto clave de la canasta básica. También buscamos resguardar los puestos de trabajo del sector y proteger la producción local”.

“El pedido es que la intendenta nos acompañe con acciones concretas porque esto depende de la Secretaría de Comercio de la provincia y de la Empresa Provincial de la Energía (EPE). Pedimos que acompañe este pedido de referencia del precio del pan con una bonificación en el consumo de kwts a aquellas empresas que consuman hasta 7000 kwts durante 6 meses”, explicó.

Norma López sostuvo que con este proyecto “buscamos brindar una herramienta que ayude en este momento de asfixia económica, tanto para los panaderos como para los vecinos y vecinas de la ciudad”.

En la reunión estuvieron presentes referentes del sector de panaderos y confiteros, Gerardo Di Cosco, José Luis Di Salvio y Gabriel González, entre otros, quienes se manifestaron “muy preocupados” ante la situación de crisis que atraviesan. “Es necesario tener un precio razonable para que la gente se pueda llevar el pan a su casa. Los bolsillos están cada vez más flacos, no hay dinero. La mayoría de las panaderías de barrio están en una situación crítica. Hoy el precio del kilo de pan ronda los 70 pesos, la bolsa de harina aumentó un 350 por ciento en el último año. Esto se traslada directamente al precio final”, coincidieron.

Entre los problemas más importantes que enfrenta el sector “encontramos la caída del consumo, el aumento de los servicios, particularmente la luz y el gas, y el incremento de la harina”, según remarcaron. “Los últimos dos con incidencia directa en el costo de los productos panificados. El combo de medidas neoliberales, acentuado en el último tiempo por la suba del dólar y el aumento de las tarifas, han sido muy perjudiciales para las panaderías”, añadieron.

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