Cada vez que una travesti se acerca a su cumpleaños número 38, brinda por haber pasado el promedio de vida, o al menos por estar acercándose a ese número mágico que todos los años sube y baja. Las travas no quieren, no lo buscaron, pero están acostumbradas y cuentan años como si fuera suerte, y cuentan muertas con frecuencia. Todos los años, todos los meses, todos los días recuerdan o despiden a amigas y compañeras; viven y militan por y a través de ellas. Cada una de esas muertes lleva la marca del abandono: desde el consumo problemático de drogas, la exposición e inseguridad de estar toda la noche en la esquina, hasta la falta de acceso a tratamientos específicos o malos diagnósticos en las guardias médicas. Con la crisis, todo se agudiza. Aumenta el alquiler y el hambre, faltan los trabajos y ya no hay tantos clientes para las trabajadoras sexuales, se achican los presupuestos y las primeras en volver a los márgenes son ellas. El 2018 concluye dándole forma de estadística a esa cotidianidad: al cierre de esta edición llevan contados 74 travesticidios en todo el país. Y en un año, el promedio de vida para una persona travesti/trans bajó de 38 a 34 años.

La provincia de Santa Fe es pionera en políticas de género y diversidad. Rosario fue la primera ciudad en tener un Área de Diversidad Sexual y el gobierno provincial, la primera en tener una subsecretaría de Diversidad Sexual. En Santa Fe existen cuatro casas LGBTI+, 3 centros quirúrgicos para operaciones de afirmación de género, un centro de día para la población trans y hay 20 servicios habilitados de Terapia Hormonal. Se realizaron tres asambleas del Consejo Provincial de Diversidad Sexual y 25 mujeres trans recibieron la Reparación Histórica. Además, 9 localidades de la provincia lograron aprobar el Cupo Laboral Trans. Se estima que en Santa Fe hay unas 1200 personas trans/travestis, de las cuales 200 participan del programa Nueva Oportunidad, 170 retomaron sus estudios primarios, secundarios y terciarios, y 30 niños y niñas están siendo acompañados por servicios de Infancia Trans. La provincia es pionera, Rosario también. Pero no alcanza.

Más de una vez, inclusive en este medio, Esteban Paulón, subsecretario de Diversidad, remarcó las dificultades de comenzar de cero con estas políticas. La población trans es una población que estuvo siempre discriminada, postergada, en el margen. La vulnerabilidad del sector no desaparece con el presupuesto de una subsecretaría, el odio hacia la comunidad tampoco puede combatirse de un día para el otro. Sin embargo, el escenario pionero de Santa Fe sirve para dibujar la realidad de la comunidad en el resto del país, donde no existen o recién empiezan a gestarse estas políticas.
El año cierra contabilizando 74 travesticidios. Los números no son oficiales. Se fueron contando de amiga en amiga, de boca en boca, de red en red. La mayoría de los casos ni siquiera salieron en los medios, porque no se trataron de muertes por hechos violentos, sino que son la consecuencia de toda una vida de abandono y exclusión. Y las que están, más que vivir, sobreviven día a día. “En otras provincias, incluido Buenos Aires y Capital, es un desastre. Las compañeras están en situación de extrema vulnerabilidad, de pobreza extrema, pidiendo un pedazo de pan porque ni siquiera la prostitución les deja un pesito para sobrevivir o subsistir”, señaló Jackeline Romero, referente travesti local y presidenta de la Red Diversa Positiva.  Romero sumó y contó que en el norte de Santa Fe muchas travestis venden tortas fritas para ganarse la diaria. Y que incluso en Rosario crece la problemática del consumo de drogas, hay más compañeras de situación de calle, chicas de 15 a 20 años que sufren la expulsión de su casa y no les queda otra que ejercer el trabajo sexual.

“Hay cupo laboral trans, áreas de diversidad, casas LGBT, áreas, programas, direcciones, pero no hay ni voluntad política ni fondos para trabajar”, consideró Romero. Y sumó: “Veníamos trabajando bien, haciendo un buen trabajo de prevención y concientización. Pero cuando comenzaron a estancarse las políticas públicas comenzamos a ver esta situación. Hicimos un retroceso de unos diez años en relación a nuestros derechos”. La falta de presupuesto y políticas públicas se traduce en un nuevo abandono para personas que habían comenzado a sumar derechos. Pero a la crisis se le suma la impunidad y los discursos antiderechos y de odio que cada vez tienen más fuerza y que derivan en todo: expulsión de las escuelas, centros de salud, trabajo y la muerte violenta.

“¿Qué significa esto? Es la desidia”, remarcó Morena García, militante de Comunidad Trans Rosario. Morena no diferencia: las 74 muertes contabilizadas son crímenes de odio. Todas se deben a una causa: son personas que murieron sólo por ser travestis o trans. “Cuando marginalizás a una población, cuando la privás de la identidad, el trabajo, la salud, el derecho a ser sujeto de derecho, ¿cómo no clasificarlo como crimen de odio social? Es un abandono equiparable al crimen de odio que comete un machirulo”, reforzó.

Morena fue contundente e hizo hincapié en que el contexto social y político es clave para entender la tragedia de estos años. “Arrancando por la macrisis, ya tenemos un problema terrible”, sostuvo. “Cuando se instala un clima que propicia esta grieta, y se instalan políticas de pobreza y gatillo fácil, nadie se pone del lado de una travesti. De ahí en adelante, empiezan a surgir estas cuestiones de lo antinatural, y después los crímenes. Esto se recrudeció hace tres años. Y el macho, no el hombre, está avalado por estas políticas”, agregó. Para García, la clave es el 2019 y militar todo lo posible para evitar que en cualquier nivel del Estado se instalen, o sigan instalando, los gobiernos de derecha.

Las travas tienen más que la costumbre de andar contando muertas y sobreviviendo. Entre otras, saben transformar el dolor en alegría y desde esa perspectiva, toda tragedia tiene un sin embargo. Morena no lo dejó pasar y recordó: a pesar de lo catastrófico del panorama, este año la marcha del orgullo en Rosario convocó a 15 mil personas y fue la más masiva de la historia. También remarcó que más de una persona se para en la calle o en las redes a defenderlas de la transfobia y que contra los miles de trolls, más de uno y una se copa en entender y acompañar. “Hay un cambio”, concluyó. “Esta vez hay resistencia”.

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