El cumple comenzó un día antes, el sábado 17 de marzo este año, en el porteño Teatro de la Universidad Metropolitana, cuando Cecilia Rossetto le cantó el “Feliz Cumpleaños” a uno de sus invitados: Osvaldo Bayer, quien cumplía 91 años rodeado de afecto de una sala que lo aplaudía y vitoreaba.
Si algo ha hecho el Maestro es cumplir, cumplir años de compromiso con la lucha por los derechos humanos, los pueblos originarios, los trabajadores y con la verdad histórica y ética revolucionaria. Con armas como la palabra, la investigación periodística basada en testimonios de los cualquiera y revolviendo archivos, Osvaldo no nos dejó, no le dimos un adiós, hay que tomar ese compromiso y seguir con su pelea. No le hubiera gustado que le dijeran que “es imprescindible”, fue tan generoso que siempre acompañó e impulsó a cientos de nuevos compinches de esa ética y búsqueda rigurosa de la verdad. Tanto es lo que deja que muchos historiadores, periodistas, investigadores y organizaciones sociales retoman sus trabajos y los siguen profundizando desde las más diversas disciplinas.
Celebrar su vida
Por eso, preferimos retomar el festejo de su nacimiento y el quilombo que se armó en su casa y en la vereda cuando cientos de jóvenes y mayorcitos se juntaron el domingo 18 en la puerta de “El Tugurio”, como llamó su amigo Osvaldo Soriano a esa casa levantada con libros y testimonios de una vida intensa y trajinada.
El colorido inmueble de Antonio Arcos 2493, de Belgrano, había sido decorado con globos y guirnaldas (algunas auriazules) y a la tardecita entraron muchos amigos y algunos que pasaron para ver sin saber si podrían entrar.
Entre tantos carteles, apareció una torta y el Viejo agradeció emocionado tanto cariño, fue un cumple a puertas abiertas. Todos llevaban dulces, sánguches y bebidas, además de carteles que decían “Viva la Anarquía”, “Viva la Patagonia Rebelde”, mientras algunos no podían evitar unas lágrimas.
Santuario, catedral y tugurio
Roberto Suárez Samper, cronista patagónico y médico que investigó y acompañó al Maestro durante años por territorios sureños, indicaba que “Osvaldo concibió sus mejores proyectos en El Tugurio, no hay duda que con el tiempo deberá ser destacado con todos los honores, porque es una catedral del desorden y la sabiduría”.
Normalmente el Tugurio es una romería, una feria artesanal de sueños, resistencias, memorias y beligerantes presencias de quienes no desaparecen. Como una barricada de la dignidad y la ética, siempre merodeaban en la vereda una piba con mate y grabador, y también brotan a cada rato mayorcitos que quedan como paralizados de emoción, en esa especie de “santuario pagano” de la rebeldía.
Criterios periodísticos
En noviembre de 1958, tras trabajar unos meses en “El Diario de Esquel”, por “diferencias en criterios periodísticos”, Bayer es despedido de ese periódico. Pero Bayer no se va de esa ciudad y publica “La Chispa”, semanario que en su tapa describe ya su imparcialidad: “Contra el Latifundio-Contra el Hambre-Contra la Injusticia”. Salieron a la calle ocho ediciones, entre diciembre de 1958 y abril de 1959.
“Bayer denunciaba en su periódico el robo de territorios de comunidades mapuche en Cushamen por parte de latifundistas, comerciantes y diputados radicales de la zona”, indica Bruno Nápoli, curador y editor, junto con Ariel Penisi, de una investigación sobre esa publicación.
“El saqueo de territorios, desde la formación del Estado argentino, es un tema absolutamente tapado. En los mapas de antes de 1860, el territorio nacional tenía la mitad de superficie, luego pasó a ser casi el doble, pero no se contó bien cómo fue que se agrandó. Pero se dice que siempre nos unieron las mismas costumbres, cultura y se hablaba castellano”, dice Nápoli en una entrevista con el eslabón en agosto último, al presentar la edición facsimilar de “La Chispa”, en Rosario.
En sus notas investiga la historia de esos mismos territorios que hoy intenta explotar Luciano Benetton, partes de la región recuperadas por el lof Cushamen, del expatriado lonko Facundo Huala Jones, y donde fue desaparecido y hallado muerto a Santiago Maldonado, tras un ataque de fuerzas de Gendarmería Nacional a esa comunidad.
Viajes hacia Osvaldo Bayer
Marcelo Valko, compinche de Don Osvaldo, rescata anécdotas de viajes y copas con el Maestro, en el libro “Viajes hacia Osvaldo Bayer”. Sobre ese trabajo publicado por Sudestada, Valko señala que “simplemente vuelco algunas postales de nuestros encuentros y mi permanente sorpresa ante su humildad, generosidad y sabiduría”.
“Con el Maestro nos conocimos hace muchos años. Cada vez que fui a su casa fueron pocas las ocasiones en las que me recibió adelante, en el living, en torno a esa mesita ratona donde reposa a modo de pisapapeles una bomba anarquista de bronce, que apareció más de una vez en las entrevistas que le realizaron y que utilizó de modo impecable la serie “Mundo Bayer”. Es un obsequio que le entregaron viejos anarquistas”, cuenta Valko, autor de “Cazadores de Poder”; “Viajes hacia Osvaldo Bayer”; “Desmonumentar a Roca”; “Ciudades Malditas Ciudades Perdidas”; “Pedagogía de la Desmemoria” y “Los indios invisibles del Malón de la Paz”, entre otros.
Y Valko recuerda lo que le decía Osvaldo: “No necesito más que esto para vivir, para qué más…Qué hará esa gente que tiene tantos millones… para qué tanto… Unos tanto y otros nada…”.
“Entonces no debería ir a ese diario”
“Awka-liwen” (Rebelde Amanecer) es un documental de Mariano Aiello y Kristina Hille, fue presentado por Bayer, su guionista en junio de 2009, en el auditorio de la Fundación del periódico La Capital. Pero antes de presentación, al realizar una larga entrevista, Bayer le pregunta al cronista sobre la situación del diario. Tras escucharlo, dijo: “Entonces no debería presentar el documental en ese diario”, y enseguida quiso saber entonces por la organización de los trabajadores.
Más de un cronista, de los que no tienen la camiseta de su empresa, se han sentido comprendidos, cuando Osvaldo cuenta que al trabajar en Clarín, aprovechaba casi a escondidas para armar parte de sus investigaciones.
También pasó por Rosario en junio de 2014, para presentar “Las putas de San Julián”, en el Sindicato de Empleados de Comercio. “Las únicas que corrieron a escobazos a los soldados fusiladores fueron las mujeres más humilladas, las prostitutas de San Julián. Les gritaron lo que eran: asesinos”, explicaba el Viejo sobre el glorioso episodio de las mujeres que se negaron a recibir a los milicos del Ejército argentino. Autoridades militares dijeron que esas mujeres habían insultado al “uniforme de la Patria”, pero al final la película se difundió con permiso de Perón, pero muerto Perón la levantaron de los cines.
Defensa de la rebeldía
“Cuando existen niños con hambre, no hay democracia”, afirmó y reivindicó el derecho a la rebeldía”, sostiene Bayer.
En una entrevista publicada por Silvina Friera (Página 12, el 14 de agosto de 2016 ), dijo: “Me he propuesto no tener piedad con los despiadados. Mi falta de piedad con los asesinos, con los verdugos que actúan desde el poder, se reduce a descubrirlos, dejarlos desnudos ante la historia y la sociedad y reivindicar de alguna manera a los de abajo, a los que en todas las épocas salieron a la calle a dar sus gritos de protesta y fueron masacrados, tratados como delincuentes, torturados, robados, tirados en alguna fosa común”.
Sobre Kirchner señaló. “No fue un revolucionario, pero sí el presidente que más se atrevió a proponer un verdadero Nunca Más a las dictaduras militares y sus crímenes; y eliminar las vergonzosas leyes de Obediencia Debida y Punto Final”.
Criticó al gobierno macrista y relacionó a sus funcionarios como herederos de los que impulsaron la matanza y saqueo de los pueblos originarios. También señalaba que Macri nunca defendió a los derechos humanos, y que su familia y negocios se beneficiaron con la dictadura.
Adhemar Principiano
02/01/2019 en 16:20
Saludar al amigo anarco/libertario, con el inmenso grito de Severino «VIVA LA ANARQUIA»