Vientos tempestuosos corren en Venezuela. Estados Unidos empujó a la cornisa al gobierno de Nicolás Maduro y aprobó sanciones contra la estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA) que produce el 96 por ciento de los ingresos del país, y congeló cuentas y activos venezolanos. China y Rusia siguen respaldando a Maduro, pero Alemania y Francia —que no se habían sumado a la batería injerencista — ahora acompañan a otros países europeos que dicen que si el gobierno no llama a nuevas elecciones reconocerán al autoproclamado presidente interino, el antichavista Juan Guaidó. En tanto, la puja de multitudes sigue en el espacio público: el miércoles pasado se movilizaron otra vez los opositores, el jueves los oficialistas, y la pulseada sigue este sábado, en el marco del 20 aniversario de la Revolución Bolivariana.

Aunque los mandos militares le siguen leales, el presidente reelecto de Venezuela Nicolás Maduro sumó esta semana más embates diplomáticos en su contra.

Al golpe que le propinó Estados Unidos desconociendo su autoridad y respaldando a Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino del país, ahora se sumaron los legisladores del Parlamento Europeo, en Bruselas. En tanto, Alemania, España, Francia, Holanda, Portugal y Reino Unido expresaron que si “en los próximos días” Maduro no llama a nuevas elecciones reconocerán al opositor.

Por su lado, Pekín y Moscú continúan reconociendo como mandatario a Maduro. Pero, el caos económico promete agigantarse con las nuevas sanciones económicas estadounidenses con lo que el pueblo venezolano sufre las consecuencias tanto si prospera el golpe, como si resiste y triunfa el gobierno.

Misilazo económico

Washington lanzó esta semana una bomba letal contra Venezuela al sancionar a la petrolera estatal PDVSA y bloquear sus activos y cuentas. Bloqueó 7.000 millones de dólares en bienes y 11.000 millones en exportaciones petroleras, según publicó Telesur.

“Es un paso decisivo que los fondos que debe pagar Estados Unidos al gobierno por el petróleo no se le paguen a Maduro, sino a Guaidó”, comentó el analista Luis Salamanca, a la agencia AFP.

La sanción estadounidense es un misilazo al corazón petrolero del país ya que PDVSA se encuentra en default y la producción petrolera en el nivel más bajo de las últimas tres décadas: 1,3 millones de barriles diarios.

Otro analista consultado por la agencia francesa sentenció: “Estados Unidos está comprometido con su tesis del colapso total para desestabilizar a Maduro. Su éxito significaría la implosión del chavismo; pero si fracasa, como en Cuba, Siria o Irán, el más afectado será el pueblo”, opinó el economista Luis Vicente León.

Ninguno de los pronósticos económicos es halagüeño para un país que ya alcanzó el drama de otras naciones arrasadas por catástrofes bélicas o naturales y que integra el grupo de los que ha sufrido las recesiones más profundas de las últimas décadas.

Las cifras de una economía desfigurada por un hiperinflación incontenible desde finales de 2017 son desproporcionadas. Como botón de muestra está el incremento del año pasado en más del 3.500 por ciento del salario mínimo. La medida, junto a la reconversión monetaria que le restó cinco ceros al bolívar, la tomó el gobierno para intentar alcanzar, en vano, el proceso de alza de precios que suben en exocet.

Y es la economía, esa olla donde se cocina la intervención estadounidense en Venezuela. El gobierno de Donald Trump ofreció una “ayuda humanitaria” de 20 millones de dólares y el auto proclamado presidente interino Guiadó, al mejor estilo Mauricio Macri, promete que va a “derrotar la inflación”.

“Terrible violación” de Bruselas

Para echar más leña al fuego, el Parlamento Europeo, con sede en Bruselas, Bélgica, se convirtió este jueves en la primera institución de la UE en reconocer a Guaidó como presidente interino, lo que Leonid Slutski, jefe del comité de Asuntos Internacionales de la Duma (cámara de diputados rusa), consideró “una terrible violación del derecho internacional y una injerencia en los asuntos internos de un país soberano”. Así lo dijo a la prensa local según publicó el diario El Nuevo Herald. Y el legislador ruso añadió: “Ni el presidente de Estados Unidos ni el Departamento de Estado ni el Parlamento Europeo pueden imponer a los venezolanos otro líder, incluso por medio del reconocimiento del autoproclamado Guaidó”, recalcó.

En tanto, bajo la presión de España, Alemania y Francia, la Unión Europea (UE) lanzó un ultimátum a Maduro para que en “los próximos días” acepte unos comicios “libres” o de lo contrario reconocerá a Guaidó.

El tono más alto en contra de Maduro, lo puso, para sorpresa de algunos, el presidente de España, el socialista Pedro Sánchez, quien tildó a Maduro de “tirano”, se reunió con destituyentes e incluso quiso protagonizar el llamado a formar “un grupo de contacto internacional” para la cuestión venezolana.
Lo planteó nada menos que en México, ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien fue tajante y replicó: “No queremos que los extranjeros intervengan en asuntos que competen a los mexicanos, por eso debemos también ser muy cuidadosos de no intervenir. Para que otros no intervengan”.

Justamente México, junto a Uruguay, convocó a una conferencia internacional de países y organismos con “posición neutral” sobre Venezuela, para el próximo 7 de febrero en Montevideo.

Pero, ¿a qué se debe esta sorpresiva aparición en escena de Sánchez contra Maduro? Según el propio diario El País de Madrid, “el gobierno está convencido de que el mandatario venezolano va a caer, aunque no sabe cuándo ni cómo”. Ante eso, el además secretario general del Partido Socialista Obrero Español (Psoe), vio una oportunidad de “recuperar el papel de liderazgo internacional” español, según publicó el mismo medio. Quiere hacer leña de un árbol que todavía no cayó.

Aire viciado

Guaidó, por su parte, denunció el mismo jueves pasado que cuerpos élite de seguridad estaban cerca de su residencia para intimidar a su familia, y responsabilizó al gobierno de Maduro.

“Claramente, este fue un intento de intimidación a él y a la oposición”, acompañó el ultraderechista senador estadounidense Marco Rubio. También el cuestionado secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, condenó “enérgicamente” la intimidación a Guaidó.

Estados Unidos advirtió que habrá “serias consecuencias” si el gobierno de Maduro toma medidas para “dañar” al opositor. El gobierno de Trump admitió que no descarta una acción armada en Venezuela y llamó a los militares a apoyar la transición.

En tanto, la ofensiva de Guaidó, después de una movilización el miércoles pasado, seguirá con una “gran marcha”, este sábado 2 de febrero, justo cuando se cumplen 20 años de la Revolución Bolivariana, fundada por el fallecido Hugo Chávez, en una jornada de convocatoria oficialista. Los opositores envalentonados, están dispuestos a arruinar los festejos chavistas y se acrecienta el peligro de un río de sangre fluyendo por las calles de Venezuela.

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