Lifschitz avanza en la licitación del agente financiero de la provincia, que seguirá en manos del Grupo Petersen, a pesar de las advertencias opositoras. Un nuevo contrato para un nuevo gobernador. Los números del Nuevo Banco de Santa Fe. Planes desarrollistas para el futuro.
La apertura del sobre con la oferta técnica de la licitación del agente financiero y caja obligada de la provincia disparó un debate entre el oficialismo y las oposiciones acerca de la oportunidad en que se desarrolló el proceso, atento a que el vínculo entre el Estado santafesino y el Nuevo Banco de Santa Fe (Grupo Petersen) expira el 30 de junio, quince días después de que se conozca quién será el próximo gobernador. El peronismo y otras fuerzas cuestionaron el “apuro” de Miguel Lifschitz por renovar el contrato ante un inminente cambio de gobierno, mientras que funcionarios de la Casa Gris le enrostraron al PJ haber sido la fuerza que privatizó la banca estatal en la década de los 90 del siglo pasado. Un negocio redondo con clientela cautiva el de agente financiero con caja asegurada.
Fundado en 1874 como entidad mixta por iniciativa del gobernador Servando Bayo, el Banco Provincial de Santa se privatizó en junio de 1998, durante el primer gobierno del fallecido Jorge Obeid, cuando pasó a manos del Banco General de Negocios (BGN) de los hermanos Carlos y José Rohm.
Quienes debieron dejarlo cuatro años más tarde envueltos en una causa por subversión económica y lavado de dinero que obligó a uno de ellos a conocer una cárcel por dentro, mientras el otro alcanzaba a huir del país.
En 2003, durante la segunda gobernación de Carlos Reutemann, la entidad financiera volvió a concesionarse, en esa oportunidad al grupo Petersen de la familia Eskenazi, su actual administrador. Bajo el nombre de Grupo San Juan, los Eskenazi manejan las entidades financieras que fueron públicas en las provincias de Entre Ríos, San Juan, Santa Cruz y Santa Fe.
Nacido como empresa constructora y de ingeniería, el Grupo Petersen comenzó a mediados de los 90 su diversificación –como hizo buena parte de la vieja oligarquía local– hacia las finanzas y los seguros, el agro y los servicios.
En números
La ola privatizadora del menemismo le dejó cuatro bancos provinciales al Grupo Petersen, cuyos gobiernos requieren de sus servicios como agente financiero para pagar salarios y realizar transacciones financieras.
Eso supone una clientela cautiva. En el caso del NBSF, según el último reporte del Banco Central de la República Argentina, tenía 246.702 cuentas de pago de remuneraciones en febrero pasado.
A diciembre de 2018 había 1.002.733 de tarjetas de débito asociadas al banco y más de medio millón (539.838) de titulares de tarjetas de crédito.
A la vez, contaba a fin de año con 1.019.299 cajas de ahorro abiertas y 751.661 cuentas previsionales. El número de plazos fijos –que el gobierno central alienta para evitar las posiciones en dólares– alcanzaba sin embargo los 60.011 en el caso de individuos y 3.008 en el de empresas. Para el mismo período, por ejemplo, el Banco Macro tenía casi 300 mil plazos fijos individuales y 9.800 de empresas.
Los préstamos hipotecarios del NBSF eran apenas de 189 en diciembre por un monto de apenas 573.250 pesos, de acuerdo al balance presentado en febrero. En cambio, había otorgado más de 13 millones de pesos en préstamos personales, tan utilizados por los sectores medios en este contexto para financiar el no arribo salarial a fin de mes.
En su último balance, la entidad de los Eskenazi declaró activos por algo más de 73 millones de pesos, pasivos por 62,9 millones y un patrimonio neto de 10,4 millones de pesos.
En debate
Lo que generó cruces esta semana entre el oficialismo provincial y las oposiciones políticas fue la decisión del gobernador Lifschitz de avanzar en la licitación del nuevo agente financiero y caja obligada de la provincia, que quedará otra vez en manos de los Eskenazi.
El decreto de convocatoria a la licitación para seleccionar un agente financiero, de febrero pasado, recuerda en sus considerandos que “mediante Decreto N° 0288 del 4 de marzo de 2009, se realizó una Licitación Pública para seleccionar a una entidad bancaria que actúe como Caja Obligada y Agente Financiero de la Administración Pública Provincial, resultando adjudicado el Nuevo Banco de Santa Fe S.A., celebrándose el contrato de vinculación respectivo por un plazo de 5 (cinco) años”.
Agrega que de acuerdo al pliego de bases y condiciones, mediante resolución N° 131 del 31 de marzo de 2014 se procedió a prorrogar dicho contrato por un plazo de cinco años más con vencimiento en fecha 30 de junio de 2019.
Doce días después de las elecciones generales de Santa Fe en las que se elegirá al próximo gobernador, quien ya tendrá adjudicado el nuevo agente financiero.
Nuevo es una forma de decir, porque la única entidad que ofertó para prestar el servicio es el Nuevo Banco de Santa Fe de la familia Eskenazi. Es decir que seguirá al frente de la entidad el mismo grupo que lo administra desde 2003.
El Banco Nación, comandado por Javier “Sueldos Medios” González Fraga compró el pliego licitatorio, por 250 mil pesos, pero finalmente no formalizó una oferta para disputar el negocio.
Criterio de oportunidad
Durante la campaña electoral para las Paso, la que advirtió un anticipo del proceso fue la precandidata justicialista María Eugenia Bielsa, quien le pidió al gobernador que suspenda la reprivatización del Banco de Santa Fe y que “deje resolver este asunto al nuevo gobierno”.
“No es el momento”, de reprivatizar el banco “porque el contrato con el grupo Eskenazi termina el 30 de junio”, consideró la ex vicegobernadora. Planteó que Lifschitz “debería postergarlo para que el nuevo gobierno fije las nuevas condiciones” de ese convenio.
“Nosotros tenemos otra idea sobre el rol que debe tener el Banco de Santa Fe, que es superavitario porque da créditos a empleados públicos y tiene una masa de activos que viene de la mano de la provincia”, señaló la precandidata a través de un comunicado.
El 2 de mayo pasado el gobierno provincial abrió los sobres con la oferta técnica, y la polémica se reavivó. “El gobernador se anticipa”, dijo el diputado y candidato a renovar su banca, Carlos del Frade, del Frente Social y Popular.
“Por la envergadura de lo que estamos discutiendo, recuperar el agente financiero para la provincia, debía dejarse esto para el próximo gobernador, porque va a tener mayor legitimidad”, aseguró el periodista y escritor.
En declaraciones a la prensa, Del Frade puntualizó que “es un negocio bárbaro el Banco Provincial de Santa Fe, que está facturando 20.570 millones de pesos anuales”.
Recordó que el que administra la familia Eskenazi “es uno de los más importantes de la Argentina, el 16 entre los 20 más importante” mientras que “es la empresa número 120 entre las mil que más facturan” en el país.
Por último, pidió que así como el gobierno pretendía el 16 de junio –día de las elecciones generales en la provincia– una consulta popular sobre la necesidad de una reforma constitucional, también “tendría que consultar al pueblo de la provincia si quiere recuperar para sí el Nuevo Banco”. Cabe decir que este jueves el propio gobernador anunció que bajaba la consulta reformista.
Facultades y sospechas
Durante esta semana fueron los principales candidatos del peronismo, representantes del Frente Juntos, los que alertaron sobre la prisa oficial en la contratación del agente financiero.
“El gobernador puede tener las atribuciones, gracias a las cuales está actuando, pero habría sido conveniente que tuviera las consultas, los diálogos”, dijo el senador nacional y postulante a la Gobernación, Omar Perotti (quien era funcionario en tiempos de la privatización de la entidad), durante una rueda de prensa en Santa Fe.
“Lo que uno tiene muy claro –siguió– es que podría hacerlo, hay instancias como para generar esos procesos”. Y advirtió, desafiante y enigmático: “Pero así como el gobernador tiene sus facultades, el próximo gobierno también tiene las suyas”.
La diputada nacional Silvina Frana, que encabezó la lista a la Cámara baja por el sector de Bielsa, sostuvo en la misma conferencia de prensa que “es llamativo que el gobierno de la provincia haga un llamado anticipado a la licitación del banco, porque el contrato de vinculación vence después de las elecciones”.
Para la legisladora, “eso generó un manto de sospechas y dudas y más aún cuando compraron tres agentes los pliegos y se presentó uno solo, el que opera hoy como agente”.
“Permítannos presumir que hay una suerte de favoritismo y después habrá que verlo en los papeles. Nosotros ya expresamos públicamente, en su momento, que no correspondía llamar en este momento a licitación”, abundó.
A la vez, Frana comparó el traspaso de Aguas Santafesinas de manos privadas a estatales operado durante la segunda gestión de Obeid. “Allí también había un contrato de vinculación: la empresa pasaba de la parte privada al Estado y para la concesión definitiva se esperó un año aguardando las elecciones. Eso hace a la institucionalidad y al respeto por el resto de las fuerzas políticas”, sostuvo.
Contraofensiva
Durante el acto de apertura de la oferta técnica, los ministros de Gobierno y de Economía, Pablo Farías y Gonzalo Saglione, abrieron el paraguas para amortiguar las críticas.
Farías aclaró que “hay que cumplir con los plazos legales y los plazos establecidos en los contratos de concesiones que existen. Esto llevó a que se haya tenido que licitar nuevamente el contrato del agente financiero, que es una necesidad que tenemos porque, en la década del noventa hubo una decisión de privatizar un servicio que tiene que estar en manos del Estado”.
Además, el titular de Gobierno destacó que “esa decisión de privatizar el banco provincial genera hoy un gran límite para tener políticas activas, fundamentalmente dirigidas al sector productivo y al consumo de la gente”.
Farías señaló que “es necesario llevar adelante este proceso de contratar una entidad bancaria que actúe como agente financiero y caja obligada, y hacerlo y hacerlo en los plazos legales porque, si no lo hiciéramos así, se diría que no cumplimos con esos plazos”. Para aventar fantasmas, agregó que el proceso se hizo “en forma absolutamente transparente.
Por su parte, Saglione también cargó contra la privatización de la entidad financiera. “Hace algo más de dos décadas, la provincia resignó su banco público a manos de una entidad privada y, en el marco de ese proceso de privatización, se entregó ese rol de agente financiero y caja obligada el grupo que tomó la posesión del banco”.
Doce años después
A doce años de haber asumido por primera vez la gobernación, el Frente Progresista se propone ahora enmendar aquel error mediante la creación de una banca de desarrollo e inversión para el sector productivo.
El ministro de Economía dijo que una de las propuestas “es el proyecto de ley que crea el Fondo de Garantías Santa Fe, el Fideicomiso Productivo de la provincia, y el Banco Santafesino de Inversión y Desarrollo, una institución que supimos tener y hemos perdido”.
“Avanzamos en un paquete que trata de abordar simultáneamente todas las problemáticas que, a nuestro entender, se derivan de la relación entre el Estado provincial y el agente financiero y caja obligada de la provincia. Este pliego licitatorio incorpora elementos entre ese proyectos de ley y el contrato que se va a derivar de la presente licitación”, consignó Saglione.
En ese sentido, sostuvo que “el banco que resulte ganador deberá aportar financiamiento, fondeo al Fideicomiso Productivo, y garantizar en su propuesta la canalización de recursos financieros y préstamos a empresas pymes de la provincia que cuenten con garantías emitidas por el Fondo de Garantías de Santa Fe”.
El proyecto también contempla, en caso de ser aprobado, fondear la nueva banca con los recursos de depósitos judiciales, una caja de unos tres mil millones.
“Además se establece que en la medida que logremos la aprobación legislativa para la creación del Banco de Santafesino de Inversión y Desarrollo, los depósitos judiciales dejen de estar en manos del agente financiero y pasen a ser parte del fondeo garantizado y estable de la nueva entidad pública que proponemos crear”, cerró el ministro, que evidentemente tiene fe en que sea Antonio Bonfatti el próximo gobernador.