En el reciente Foro Federal en Ferro, empresas recuperadas y cooperativas de trabajo reivindicaron su rol de actores fundamentales para la recuperación de la economía.
“No podemos reclamar unidad a la dirigencia política si no avanzamos en nuestra unidad”, se escuchó desde el escenario del microestadio de Ferro. Caballito de batalla muy invocado ese de la unidad, pero siempre duro de domar, incluso para organizaciones como las de los trabajadores y trabajadoras autogestionados, en las que el ejercicio del debate y la búsqueda democrática de acuerdos es –o debe ser– una práctica fundante y constante. Justamente, integrantes de expresiones de la autogestión y el cooperativismo de trabajo fueron las y los que se reunieron en el club que tiñe de verde el barrio porteño de Caballito, para concretar el llamado Primer Foro Federal de la Economía Cooperativa, Autogestiva y Popular. La movida fue el sábado pasado y marcó un notorio avance en la meneada unidad del sector, sin llegar a reunir a todos sus actores pero sí a muy buena parte; y a partir de acordar una agenda que incluye ejes reivindicativos y propositivos novedosos, como el de situar al cooperativismo de trabajo y la autogestión no ya como meras mallas de contención ante la exclusión social sino como herramientas importantes para el desarrollo productivo y económico nacional.
Tanto ese perfil discursivo como la presentación pública a través del Foro en Ferro surgieron luego de trabajosos acuerdos previos entre varios espacios que no habían logrado confluir antes. Los vértices del nuevo agrupamiento se vieron reflejados en los oradores del acto final: Federico Tonarelli, del hotel Bauen y Facta; Francisco Martínez, de Textiles Pigüé, Actra y Gestara; Pasiano Ocampo, de la CTA; y un cierre a dúo entre Christian Miño, de la CNCT y Rafael Klejzer, de la regional Caba de la CTEP.
Antes del cierre, funcionaron comisiones de trabajo donde dirigentes y militantes del sector de la autogestión pudieron debatir e interpelarse con referentes sindicales y políticos, y economistas como Matías Kulfas, Daniel Arroyo, Andrés Asiaín, el secretario general del sindicato de los gráficos Héctor Amichetti, Delfina Rossi, Mario Cafiero. Varios de ellos suenan como integrantes del futuro gabinete nacional en caso que Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner ganen las próximas elecciones nacionales. Y quedó claro que entre la gran mayoría de los alrededor de tres mil asistentes al Foro, esa es la fórmula que más esperanzas genera; mientras que la de Mauricio Macri y Miguel Pichetto es la que más asusta. Y no es para menos: “El sector de la economía cooperativa, autogestionada y popular (empresas recuperadas, cooperativas de trabajo, organizaciones de la economía popular, social y solidaria, etc.) está atravesando un proceso crítico, con el elemento excluyente de las condiciones macroeconómicas y políticas creadas por el programa neoliberal en ejecución desde la asunción del gobierno de Macri”, se señaló en el documento base que se acordó antes del Foro. Y se añadió que “estas circunstancias obligan a dar respuestas urgentes para asegurar la sobrevivencia de las cooperativas y, al mismo tiempo, a pensar y generar estrategias que permitan fortalecer al sector y proyectar una propuesta a futuro, en el convencimiento de que la economía autogestionada no es sólo una salida que la clase trabajadora ha ido desarrollando frente a la crisis, sino que también debe ser vista como una perspectiva de una futura economía alternativa al capitalismo neoliberal global que condena a sectores cada vez más amplios a la precarización y la marginación”.
Además, las organizaciones que confluyeron en Ferro y anunciaron una movilización a Plaza de Mayo para fines de agosto, fijaron una agenda de acciones que exigirán al próximo gobierno nacional, en la que plantearon que “el sector del trabajo organizado bajo los criterios de la autogestión, es parte del movimiento obrero y como tal, de la fuerza fundamental de la economía”, por lo que “debe ser reconocido como un importante elemento de la política económica y productiva desde el Estado, a través de la integración de su tratamiento como política pública en los organismos estatales acordes a esta importancia y no solamente como organismos de contralor administrativo o de programas focalizados en distintos ministerios”.
En esa línea, consideraron que es “prioridad” avanzar con leyes que establezcan “un reconocimiento jurídico al trabajador autogestionado como sujeto laboral, que asegure derechos laborales y garantice el acceso a la seguridad social en igualdad de condiciones con el resto de la clase trabajadora”. También abogaron por “una legislación que regule y facilite la constitución de empresas recuperadas por sus trabajadores o cerradas de hecho por sus patrones”, junto con la “creación de un fondo de crédito y financiamiento para cooperativas de trabajo, empresas recuperadas y la economía popular que otorguen una
herramienta para el desarrollo del sector tanto en capitalización como en innovación y renovación productiva y científico tecnológica”.
Estos y otros reclamos surgen de una experiencia forjada a lo largo de décadas de resistencia y lucha por conservar y crear puestos de trabajo con una lógica distinta a la del mercado, basada en la solidaridad y el esfuerzo de miles de trabajadoras y trabajadores movidos por un coraje a prueba de todo. “En las plazas de las ciudades y pueblos de nuestro país hay monumentos a muchas personalidades por distintas razones, pero lo que no hay en ningún lado es un monumento al cagón”, resumió Francisco Martínez desde el escenario de Ferro.