El naufragio del acuerdo Stand By con la Argentina no dejó indemne al Fondo Monetario Internacional, no solo por el recambio de autoridades y los entredichos por el incumplimiento de los estatutos internos de la entidad, sino a partir de la decisión de la nueva titular del organismo, Kristalina Georgieva, de rever la posición que el FMI adoptará de cara a las recomendaciones para los países emergentes en el futuro.
La crisis argentina desencadenada por la política de sobreendeudamiento coordinada entre el gobierno de Mauricio Macri y las autoridades del FMI, produjo una convulsión en el mundo de las finanzas internacionales y las consecuencias se manifiestan en replanteos acerca de la doctrina a aplicar por el organismo. Son formas sutiles para evitar una autocrítica que implique el reconocimiento de los errores centrales que empujaron deliberadamente a la Argentina a un pozo de deuda y evite asumir la responsabilidad política de los mismos aceptando una quita en la reestructuración por parte del actual gobierno.
En ese sentido, en una columna publicada por el Financial Times, Georgieva destacó que desde el FMI están “repensando y actualizando” el asesoramiento para los países miembros y detalló un conjunto de factores que se condicen con el estado de situación que atraviesa la economía argentina. Una de las diferencias fundamentales respecto a la anterior línea sostenida por el organismo durante la gestión de Christine Lagarde es la de permitir la intervención en el mercado de cambio como una forma de amortiguar los shocks externos, un punto que estuvo en debate durante el 2018 y que derivó en el pedido de renuncia del expresidente del Banco Central, Luis Caputo.
En aquel entonces, los enviados del organismo internacional defendían la “flotación libre” como medio de corrección de los desbalances de cuenta corriente. Sin embargo, tras la renuncia de Luis Caputo del Banco Central, el dólar continúo su disparada ascendente y el por entonces ministro de Hacienda Nicolás Dujovne recibió la anuencia para subastar 9.600 millones de dólares del Tesoro. «Me peleé tanto por explicarles eso que en un momento me dijeron ‘mirá flaco andate'», contó posteriormente el expresidente del Central en relación a su decisión de intervenir durante una conferencia junto al economista y exviceministro de Economía durante la gestión de Axel Kicillof, Emmanuel Álvarez Ágis.
En el texto publicado, Georgieva reconoce que en el FMI «basado en un pensamiento económico más convencional, orienta en general a los miembros hacia la utilización del tipo de cambio como amortiguador» aunque señala que la doctrina «puede pasar por alto importantes características de los mercados emergentes». En ese sentido, el alto porcentaje de deuda en dólares puede generar que el tipo de cambio “se convierta en amplificadores de choque” aumentando “repentinamente” los servicios de la deuda y los pasivos.
Por último, como si aludiera expresamente a las lecciones dejadas por el caso argentino, Georgieva lanza el interrogante: «¿Debería utilizarse la intervención en materia de divisas para estabilizar el tipo de cambio y contener los riesgos del balance de pagos para determinados tipos de perturbaciones financieras externas, dando así mayor autonomía a la política monetaria para centrarse en la estabilización de la actividad interna?».