La denuncia del impedimento del ingreso a la perito de la querella Virginia Creimer a la autopsia desató la indignación de familiares y amigos de la víctima que se convocaron por la tarde para exigir que la dejen participar del examen.
La bronca corrió como reguero de pólvora entre familiares y amigos del joven que fue encontrado muerto el miércoles 26 de febrero en el río Paraná, luego de asistir al boliche Ming de La Fluvial. El padre de Carlos denunció este lunes por la mañana a la prensa que el jefe de fiscales de Homicidios Dolosos, Adrián Spelta, impedía el ingreso al Instituto Médico Legal de la perito de la querella Virginia Creimer, donde se realiza la autopsia.
Ante esta situación confusa, el juez Nicolás Foppiani aclaró que los peritos de parte están autorizados a ingresar al examen del cuerpo, pero aclaró que no pueden intervenir con bisturí para evitar “futuros planteos de nulidad”. La autopsia, que se iba a realizar al mediodía, pasó para las 17.
Desde Fiscalía negaron que se haya impedido el trabajo de peritos y apuntaron que la familia del joven cometió «un error» de interpretación respecto al protocolo a llevarse a cabo y el juez de primera instancia Foppiani autorizó que los peritos de la querella pueden presenciar la autopsia.
En tanto, un gran grupo de personas se congregó en el lugar bajo la premisa “Justicia por Bocacha”, como llamaban los amigos a Carlos Orellano. Además de los forenses del Instituto Médico Legal, ingresaron peritos por la Fiscalía, la familia de la víctima y del boliche Ming de La Fluvial.
“Este equipo trabajó en el caso Nisman, es prestigioso en toda Sudamérica y no lo quieren dejar trabajar, esto es poner palos en la rueda”, había expresado Orellano. “Si no dejan trabajar a la doctora Creimer, directamente voy a pedir que se suspenda a autopsia”, se quejó.
La propia Creimer había avisado: “Nos notifican que mi equipo no va a poder ingresar a realizar las prácticas”.
A alrededor de las 17, al llegar para ingresar al Instituto Médico Legal, Creimer y su equipo fueron recibidos con aplausos por los manifestantes al grito de “¡justicia para Bocacha!” y: “¡Se va acabar, se va acabar esa manera de matar!“.
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Nanci
02/03/2020 en 21:21
Acompaño en el dolor y la impotencia a la familia y amigos de Carlos. Pero no se puede permitir una muerte más!!! Son comportamientos deshumanizados que remiten a una sociedad patológica y violenta. El escenario se repite constantemente y esos enfermos siguen destrozando vidas.